Respuesta de Lama Ole:
Con respecto a la sexualidad, el Buda dio enseñanzas en tres niveles. Para aquellos que tienen dificultades con su vida sexual –por ejemplo, las personas que se deprimen durante un orgasmo y sienten que están perdiendo algo, o para las personas que tienen problemas con las relaciones–, el consejo del Buda es convertirse en monje o monja. Esto congela el problema y mantiene todo fuera de sus vidas, pero no conduce a la alegría ni a la felicidad. Sus problemas obviamente están arraigados en vidas anteriores, en las que no pudieron construir nada bueno con los demás.
Luego está el nivel de la persona laica promedio, donde uno ve el cuerpo como una herramienta para dar gozo y felicidad a la pareja. La parte masculina se ve como un diamante y la parte femenina como una flor de loto, y una pareja trata de darse tanta felicidad como sea posible.
Luego, está el tercer nivel de los realizadores. Éstos están vinculados, sobre todo, a su visión. Los monjes y monjas están comprometidos a evitar el sufrimiento; los laicos están comprometidos a usar sus habilidades, y aplicar la sabiduría y la compasión en la vida cotidiana; y los yoguis están comprometidos con su visión –es decir– ver constantemente todo en el nivel más alto y puro, y siempre experimentar el más alto gozo. En este nivel, si somos capaces de ver algo puro en cada ser humano, nuestra vida sexual puede ser una herramienta para crear un gozo enorme. Si sucede en el nivel de la pureza, si nos respetamos unos a otros, si nos experimentamos a nosotros mismos y a los demás en un nivel más allá de lo personal, entonces las energías iluminadas pueden moverse y aprendemos algo en el proceso. ¡Es totalmente maravilloso!
Por supuesto, hay grandes diferencias entre estos niveles. Solo un cuarto de hora de lucha libre con una botella de vino en el estómago, no es algo que yo haría o recomendaría a otros. Esto solo causa problemas. Por otro lado, es muy bueno si pueden compartir el tiempo juntos de manera consciente y darse gozo mutuo. Esto es llamado detong en tibetano y “espacio y gozo inseparables”, en español. Luego mantengan este estado e irrádienlo hacia el espacio como una fuente constante de gozo –como una fuente de gozo más allá de lo personal– que irradia hacia todos los seres. Si logran hacer eso, pueden llevar grandes cantidades de bendiciones y mucha inspiración al mundo. Pueden ayudar a muchas personas a descubrir su propio potencial y fortaleza.