¿La envidia y los celos son lo mismo?

Respuesta de Lama Ole:

La envidia y los celos a menudo van de la mano, pero podemos distinguirlos observando sus causas. Los celos nacen del deseo y de la falta de algo, de la sensación de no tener suficiente. Una persona celosa cree que necesita a la otra persona. Necesita aferrarse y tomar precauciones, por eso no le gusta cuando sus esperanzas se desvanecen. Si una persona le gusta mucho y de repente la pierde, surgen los celos.

En cambio, la envidia no proviene del apego ni de la carencia, sino más bien de la ira y la aversión. Si a la persona envidiosa no le cae bien alguien, no querrá que esa persona sea feliz. Aunque no tenga nada que ver con la persona, aun así, se enfurecerá si al otro le va bien. Esto es envidia.

Al tratar con los celos, es de suma importancia darle a la persona celosa la sensación de que estás allí, incluso si no estás físicamente cerca. Es muy importante mostrar tu aprecio por la conexión que existe entre ustedes. Puede que surja una situación en la que no puedan compartir mucha cercanía física. Pero si está claro que no tiraras ni despreciarás lo que han compartido hasta el momento, sino que lo honrarás y te alegrarás por ello, entonces puedes irradiar este excedente al mundo. Si manejas los celos de esta manera, se disolverán.

De esta manera, habrán compartido riqueza entre ustedes; tú la compartes por aquí y tu pareja la comparte por allá. Siempre vuelvan a la sensación de riqueza, a la visión: “Ahora estamos compartiendo algo que nos enriquece. Esto lo compartiremos con todos los seres en todas partes. El espacio nos conecta y nos mantiene unidos, haciéndonos parte de una misma totalidad”. Si piensan así, toda mentalidad estrecha desaparecerá.

El espacio no nos separa, nos conecta. El espacio no es distancia, es un contenedor. Ahora mismo puede haber dos metros entre nosotros y lo experimentamos como una separación, como algo que no nos gusta. Pero si observamos más de cerca, vemos que hay un sinfín de kilómetros detrás de nosotros.

Toda nuestra percepción del espacio debe cambiar. Estamos acostumbrados a dejar que nuestra conciencia sólo funcione a través de nuestros ojos, y así experimentamos el mundo exclusivamente de esta manera. Mientras sólo percibamos a través de los ojos y nos enfoquemos sólo en lo que se puede ver, experimentaremos un sentimiento de separación. La sensación de estar separados –de un “yo aquí” y “tú allá”– puede cambiarse de una manera muy positiva cuando nos abrimos al espacio en todas las direcciones. Uno puede practicar ser consciente en todas las direcciones, desde el centro del corazón o desde los cinco centros de energía al mismo tiempo, y experimentar el mundo de esta manera. 

Por ejemplo, si tratas de expandir tu conciencia a través de tu espalda, sientes la almohada, la pared de la habitación, la pared de la casa, la calle, los autos que están allí, el vecindario, la ciudad, el país, el mundo. De esta manera, puedes experimentar todo a través de cada uno de los centros de energía del cuerpo, y obtener más y más la sensación de espacio. Deja que la sensación de centro y límite se disuelva hasta que sólo quede un estado de conciencia, que es totalmente abierto como el espacio. ¡Esto elimina los celos!

Por cierto, esto es parte de una meditación completa, pero también se puede practicar así. En cualquier caso, ¡viene a través de la meditación! La meditación elimina la separación entre tú y yo, entre aquí y allá. Entonces, estarás unido –de todos modos– al agradable estado de unidad de todos los fenómenos, en el fantástico estado de conciencia. La experiencia de la mente misma es incluso mejor y más rica que tener un amante a cada lado. Es un estado que lo abarca todo, más allá que todo lo demás ¡La meditación es lo más importante!

Si alguien tiene problemas con los celos, realmente puedes decirle: “No tienes idea de lo rico que eres. Únicamente puedes ver algo hermoso en mí porque tienes algo hermoso dentro de ti. Yo sólo funciono como tu espejo. Sólo te muestro tu propia belleza, tu propia naturaleza búdica, tus propias habilidades. Si no tuvieras todo esto dentro de ti, no podrías verlo en mí”. Pero es bastante difícil, especialmente si la otra persona no desea desarrollarse, sino que busca una relación estrecha y exclusiva, y pone grandes expectativas en la pareja para alcanzar su propia felicidad. Es difícil ayudar a alguien así y no puedes protegerlos de todas las dificultades.

No obstante, muy a menudo el dolor es el motor para el desarrollo. Cuando los juegos y hábitos ordinarios dejan de funcionar y una persona experimenta dolor, sólo entonces llega a comprender que necesita cambiar un poco. De lo contrario, la mente es como un caballo gordo y perezoso que prefiere acostarse o pararse por ahí, sin lograr nada. En general, –como todo lo que experimentamos es un reflejo de nosotros mismos– mientras algo duela, es porque aún estamos aprendiendo. En el momento en que ya nada nos duela, lo habremos logrado. Es así de simple.

Pueden comprobarlo en sus propias vidas. Puede ser en las relaciones o en otras situaciones de la vida: siempre y cuando encuentren suficiente fuerza dentro de ustedes y no necesiten nada más, siempre y cuando estén tranquilos y felices, y tengan un excedente para otras cosas – no importa lo que esté sucediendo – lo habrán logrado. Seguirán siendo vulnerables solo en la medida en que necesiten algo una y otra vez; o quieran aferrarse o rechazar algo; o necesiten probarse a sí mismos, dar explicaciones o justificarse.

Si la mente ha sido luz clara desde tiempos sin principio, ¿por qué llegan a surgir los sentimientos perturbadores?

Respuesta de Lama Ole:

Todas las emociones perturbadoras surgen de la ignorancia. La ignorancia es la incapacidad fundamental de la mente para ver que el que experimenta, lo que es experimentado y la experiencia misma, se complementan entre sí; que el espacio y su claridad son lo mismo en todas partes. Desafortunadamente uno confunde el espacio con un “yo” y piensa que la claridad –todo lo que aparece en el espacio– es un “tú”. De esta separación, surgen los sentimientos perturbadores.

Desarrollamos apego hacia lo que queremos y aversión contra lo que nos disgusta. Del apego surgen el deseo y la codicia, y de la aversión surgen el odio y los celos. Igualmente, de la ignorancia –la estupidez– aparece el orgullo: uno piensa que es algo real e importante, aunque podría morir en cualquier momento.

El Buda enseña que hay 84 000 combinaciones de estas emociones perturbadoras básicas. Todas ellas conducen a palabras y acciones dañinas que de nuevo producen malos resultados. Este sufrimiento nos hace creer que el mundo está en contra nuestra. Entonces malas acciones surgen nuevamente y el ciclo se repite una y otra vez.

A causa del cristianismo, creemos aquí en Occidente que las cosas “claras” no pueden ser sagradas. Pensamos que solamente pueden ocurrir milagros si dejamos las cosas confusas, si son un poco místicas. ¡Pero en el budismo queremos hacer todo lo más claro posible! Es bueno mirar las cosas cuidadosamente, para dudar, para diferenciar, para ser críticos. Así es como uno se vuelve un budista realmente bueno. El Buda explica las cosas como son, pero la experiencia debemos ganarla nosotros mismos. Solo que es poco inteligente dudar de las mismas cosas una y otra vez. Cuando hemos resuelto una duda –y en consecuencia aprendido algo– simplemente seguimos adelante. Pero es bueno examinar todo críticamente.

Quien es crítico al principio, es como un diamante al final: indestructible y claro. Uno ha aclarado todas las dudas y ha interiorizado la esencia de las enseñanzas. Quien al principio está lleno de amor y deseo, será como una flor de loto al final: abierto a todo.

Las personas pertenecen a diferentes familias búdicas:

La transformación de la ira es la familia del diamante.

La transformación del orgullo es la familia de la joya.

La transformación del apego es la familia del loto.

La transformación de los celos es la familia de la acción.

La transformación de la estupidez es la familia del buda.

El sentimiento perturbador más fuerte –el que pone más piedras en nuestro camino– es al mismo tiempo la mejor materia prima para la iluminación.

¿Cuáles son los antídotos contra las emociones perturbadoras?

Respuesta de Lama Ole:

Si la ira es el mayor problema, entonces realmente deberíamos obligarnos una y otra vez a desearles a todos los seres todo lo bueno y desarrollar compasión.

Si el apego es la más fuerte, siempre debemos recordar que todo es impermanente, que no podemos llevarnos nada con nosotros, y que en vez de esto debemos permitir que todos los seres participen de nuestra alegría.

Y si la confusión es la más fuerte, debemos descansar en lo que esté allí; debemos ir más allá de los conceptos y simplemente descansar en nuestro centro.

Si el orgullo es la más fuerte, deberíamos observar cómo todo está condicionado y se desintegra nuevamente.

Y si los celos son la más fuerte, debemos pasar por la experiencia completamente, para ver que en realidad es como una corriente de conciencia, como una corriente de agua en el océano.

Si me doy cuenta de que mi pareja está sufriendo cuando estoy con otra persona, ¿estoy creando karma negativo?

Respuesta de Lama Ole:

Depende. Si realmente crees que esta es tu pareja, entonces tienes una cierta responsabilidad de hacerla feliz lo mejor que puedas. Por otro lado, tienes la responsabilidad de ayudarla a crecer y desarrollarse como ser humano también. En última instancia, en una situación así, debes sopesar estas dos cosas.

Depende de la actitud de uno, de la manera en la que uno piensa y experimenta las cosas. Depende de si la pareja se ha encontrado en el nivel de “solo tú de ahora en adelante hasta la tumba”, o si han pensado “a partir de ahora, vamos a crecer y desarrollarnos lado a lado, e intentaremos estar la mayor parte posible del camino juntos”. Todo esto varía de persona a persona. En este aspecto es imposible establecer reglas fijas.

Con una pareja celosa, por ejemplo, uno debería pensar seriamente si una aventura romántica es de alguna utilidad. Por otro lado, si la pareja de uno piensa: “él sabe lo que está haciendo” o “ella sabe lo que está haciendo” o “si ella está bien, yo también estoy bien, y si se enamora de otra persona, llevará más a casa y hará que todo esté nuevo y fresco otra vez”. En este caso, estaría bastante bien, siempre sujeto a la condición de que la pareja esté sana. Pero para hacer esto, debe haber mucha confianza entre las personas involucradas. Si uno se acuesta con otra persona, se acuesta con todos los compañeros que ha tenido esa persona, ya que hay algo de todos ellos presente. Ciertamente es algo más grande.

Uno siempre debe encontrar parejas maduras y no personas pequeñas, dependientes y con poco excedente. No es una cuestión de moralidad, donde debemos pensar “esto es malo” o “no debemos hacerlo”, en absoluto. En el budismo, el cuerpo no se considera algo fundamentalmente malo, como en algunas otras religiones. El cuerpo es considerado un palacio de luz con 72,000 canales de energía, todos hechos de la naturaleza de la sabiduría. El cuerpo es una herramienta para beneficiar y ayudar a otros, para darles felicidad y amor.