Si uno cae en estados de confusión después de consumir drogas, ¿es solo debido a las drogas o también hay que tener una predisposición para ello?

Respuesta de Lama Ole:

Realmente debe haber ahí un anillo y un gancho. Soy de los años sesenta y tuve mucha experiencia con las drogas. Presenté mis exámenes en la Universidad de Copenhague y, antes de conocer el budismo, me interesaron mucho todas las posibilidades que hay para conocer la mente.

Bien, la luz clara que uno ve con el LSD es realmente genial, o poder dejar el cuerpo y todo eso. Pero gradualmente descubres que en realidad no son las drogas las que te hacen feliz. La felicidad que podrías haber experimentado en medio año, se comprime en ocho horas. Cuando lo has hecho unas cuantas veces, en algún momento, llegan las cartas de advertencia del banco: “¡Sobregiro! ¡Sobregiro!” y la alegría y el significado se van; entonces el miedo y la confusión toman su lugar.

Si has consumido drogas, entonces ese es el contexto con el que puedes trabajar. Te desarrollas más a través de la meditación, la cual sienta las bases para todo lo que está más allá. Pero si no has tomado drogas, no necesitas hacerlo ahora.

No estoy diciendo que el LSD no se deba utilizar. Debería estar disponible para que los psicólogos lo usen en casos de miedo extremo a la muerte. En realidad, en tales casos, las dosis mínimas de 25 microgramos pueden hacer un “clic” para que el miedo desaparezca. Creo que el LSD debería estar disponible como una herramienta, como un medicamento en manos de buenos psicólogos, quizás incluso también para los lamas, si tienen tiempo. Pero no debería estar disponible para que simplemente todos se llenen la cabeza con él. Eso no es bueno. Si logras un desarrollo sin drogas, si tienes éxito con tu propia fuerza a través de la meditación, es mucho más efectivo. Estableces algo permanente. Si consumes drogas, primero subes y luego chocas de nuevo; tienes muchos viajes de yo-yo de los que puedes hablar más tarde, pero no tienes una experiencia duradera. Con la meditación, pones una piedra encima de la otra. Dondequiera que estés en tu desarrollo, es ahí donde realmente estás.

Si la mente ha sido luz clara desde tiempos sin principio, ¿por qué llegan a surgir los sentimientos perturbadores?

Respuesta de Lama Ole:

Todas las emociones perturbadoras surgen de la ignorancia. La ignorancia es la incapacidad fundamental de la mente para ver que el que experimenta, lo que es experimentado y la experiencia misma, se complementan entre sí; que el espacio y su claridad son lo mismo en todas partes. Desafortunadamente uno confunde el espacio con un “yo” y piensa que la claridad –todo lo que aparece en el espacio– es un “tú”. De esta separación, surgen los sentimientos perturbadores.

Desarrollamos apego hacia lo que queremos y aversión contra lo que nos disgusta. Del apego surgen el deseo y la codicia, y de la aversión surgen el odio y los celos. Igualmente, de la ignorancia –la estupidez– aparece el orgullo: uno piensa que es algo real e importante, aunque podría morir en cualquier momento.

El Buda enseña que hay 84 000 combinaciones de estas emociones perturbadoras básicas. Todas ellas conducen a palabras y acciones dañinas que de nuevo producen malos resultados. Este sufrimiento nos hace creer que el mundo está en contra nuestra. Entonces malas acciones surgen nuevamente y el ciclo se repite una y otra vez.

A causa del cristianismo, creemos aquí en Occidente que las cosas “claras” no pueden ser sagradas. Pensamos que solamente pueden ocurrir milagros si dejamos las cosas confusas, si son un poco místicas. ¡Pero en el budismo queremos hacer todo lo más claro posible! Es bueno mirar las cosas cuidadosamente, para dudar, para diferenciar, para ser críticos. Así es como uno se vuelve un budista realmente bueno. El Buda explica las cosas como son, pero la experiencia debemos ganarla nosotros mismos. Solo que es poco inteligente dudar de las mismas cosas una y otra vez. Cuando hemos resuelto una duda –y en consecuencia aprendido algo– simplemente seguimos adelante. Pero es bueno examinar todo críticamente.

Quien es crítico al principio, es como un diamante al final: indestructible y claro. Uno ha aclarado todas las dudas y ha interiorizado la esencia de las enseñanzas. Quien al principio está lleno de amor y deseo, será como una flor de loto al final: abierto a todo.

Las personas pertenecen a diferentes familias búdicas:

La transformación de la ira es la familia del diamante.

La transformación del orgullo es la familia de la joya.

La transformación del apego es la familia del loto.

La transformación de los celos es la familia de la acción.

La transformación de la estupidez es la familia del buda.

El sentimiento perturbador más fuerte –el que pone más piedras en nuestro camino– es al mismo tiempo la mejor materia prima para la iluminación.

¿Cuáles son los antídotos contra las emociones perturbadoras?

Respuesta de Lama Ole:

Si la ira es el mayor problema, entonces realmente deberíamos obligarnos una y otra vez a desearles a todos los seres todo lo bueno y desarrollar compasión.

Si el apego es la más fuerte, siempre debemos recordar que todo es impermanente, que no podemos llevarnos nada con nosotros, y que en vez de esto debemos permitir que todos los seres participen de nuestra alegría.

Y si la confusión es la más fuerte, debemos descansar en lo que esté allí; debemos ir más allá de los conceptos y simplemente descansar en nuestro centro.

Si el orgullo es la más fuerte, deberíamos observar cómo todo está condicionado y se desintegra nuevamente.

Y si los celos son la más fuerte, debemos pasar por la experiencia completamente, para ver que en realidad es como una corriente de conciencia, como una corriente de agua en el océano.

¿Qué podemos hacer cuando nuestro dolor por la muerte de alguien dura demasiado?

Respuesta de Lama Ole:

Debes tratar de superar el dolor lo antes posible, porque mientras estás de duelo simplemente no tienes ningún excedente. En lugar de llorar por las personas muertas, podrías hacer algunas cosas buenas en su nombre.

Hazlo como los viejos pueblos germánicos: se reúnen tres días después de la muerte y beben una buena cantidad, en honor de las nobles hazañas de quien ha muerto. De esta manera dejan ir a los muertos.

Cuando mis padres murieron, yo pude ayudarlos a llegar a las tierras puras, donde están protegidos y les va bien. Mi experiencia con esto es que todavía siento que están allí y haciendo cosas buenas. Deja ir el dolor, no beneficia a nadie.

¿Es la tristeza también una emoción perturbadora?

Respuesta de Lama Ole:

Las tres emociones perturbadoras básicas son la ignorancia, el apego y la aversión. De estas emergen las otras emociones. La tristeza surge de la estupidez, de la incapacidad de experimentar el presente en su frescura. La tristeza es una expresión de estar atrapado en imágenes antiguas de las que uno no puede liberarse.

¿Qué puedo hacer cuando comienzan a correr mis pensamientos?

Respuesta de Lama Ole:

En general, los pensamientos siempre están ahí. Surge un pensamiento –y si uno lo observa– se da cuenta de que simplemente continúa fluyendo como una corriente, como las olas que vienen y van. Es interesante cuando están allí y también es bueno cuando ya no están.

No deberías tomarte los pensamientos demasiado en serio. Los pensamientos, conceptos e ideas son útiles si tienes que aprender algo o aplicar tu inteligencia. Cuando no estés involucrado en un trabajo que requiera una concentración total, puedes desconectar la corriente de pensamientos de las acciones inmediatas.

Por ejemplo, cuando uno monta bicicleta, no piensa: “Entonces, primero tengo que mover un pie aquí y el otro allá; y al mismo tiempo tengo que sostener el manubrio y poner el cambio correcto”, y así. En vez de esto, uno solo se sienta en la bicicleta, confía en la sabiduría del cuerpo y la maneja. Si uno hace lo que está en frente de su nariz y los pensamientos continúan en paralelo, las acciones se vuelven más espontáneas, sin esfuerzo y útiles.

El cuerpo, el habla y la mente contienen una gran cantidad de sabiduría y energía espontáneas e intuitivas. Tú eres un buda. Tienes todo en ti. Estás conectado con todo.

Los pensamientos son muy buenos si puedes encenderlos y apagarlos a voluntad. Entonces piensas lo que quieres y los apagas nuevamente cuando has pensado lo suficiente; eres espontáneo y actúas sin esfuerzo. Los mejores maestros en esto son los surfistas de las costas de California, Hawái, Australia y Nueva Zelanda. Se acuestan sobre sus tablas en el agua. Durante un largo tiempo no hay olas. Luego aparece una ola que los lleva solo hasta mitad de camino hacia la orilla, y otra que rompe sus tablas. Entonces, finalmente, aparece la ola correcta y el surfista feliz se levanta y la monta. Él no odia una ola ni está apegado a otra, sino que simplemente hace lo que es posible. Y cuando vivimos de esta manera, las habilidades y los poderes dentro de nosotros salen a la luz. Yo también aprendo mucho de esta manera acerca de la paciencia.

Desafortunadamente, es muy difícil apagar los pensamientos cuando son demasiados. Pero hay un buen método que Milarepa también usó hace siglos. Pronunció la sílaba “PEI”. En el preciso momento en que uno dice PEI en voz alta o internamente, los pensamientos se difuminan y desaparecen.

Otra forma de liberarte de los pensamientos es imaginar al lama sobre tu cabeza. El lama aparece como si estuviera hecho de agua y dejas que esta agua fluya dentro de ti. De esta manera te conviertes en el lama, que en nuestro caso es siempre el Karmapa. Imagina que tú eres Karmapa e intenta mantener esta percepción y sentimiento lo mejor posible.

Si surgen pensamientos importantes que te distraen de aquello en lo que te tienes que concentrar, entonces puedes escribirlos. Como los occidentales reaccionamos mucho a las cosas escritas, es muy útil usar notas para no distraernos de lo que es importante en el momento.

Suelo soñar despierto durante largo tiempo. Cuando me doy cuenta de que lo estoy haciendo, trato de enfocarme en mi trabajo, pero es realmente difícil para mí tener mi cabeza clara. ¿Qué significa esto?

Respuesta de Lama Ole:

Para ti, ciertamente es bueno hacer mucho trabajo práctico: permanecer en la tierra y no ser levantado de allí. Encontraste los métodos correctos a través de tu sabiduría intuitiva.

Forzarse a uno mismo a hacer algo con mucha precisión, aquí y ahora, es probablemente el mejor antídoto para evitar elevarse; especialmente si uno es muy soñador. Bueno, si uno se acaba de enamorar, entonces está bien soñar. Pero para la vida en general, soñar no es tan significativo. En lugar de eso, es mejor que te pellizques un poco y hagas lo que está en frente de tu nariz. Un día romperás el viejo hábito y luego cualquier fantasía será una inspiración, una fascinación –todo será interesante.

Este es un caso en el que uno no debe usar mantras, porque con los mantras uno también se eleva. Es por eso que los mantras son buenos contra las emociones perturbadoras.

¿Cuál es la diferencia entre el amor y el apego en las relaciones?

Respuesta de Lama Ole:

Las emociones perturbadoras como el apego surgen originalmente de la confusión. Solo hay tres emociones que no resultan de la confusión, y por lo tanto, son absolutas: la ausencia de miedo, el gozo y el amor.

La ausencia de miedo surge cuando la mente reconoce su naturaleza, que es espacio, cuando la mente descubre que no es una cosa, sino que es indestructible como el espacio mismo. El gozo surge cuando la mente reconoce su naturaleza clara. Esto sucede cuando, sobre la base de la ausencia de miedo, la mente experimenta su juego libre, su potencial y su riqueza. Entonces uno se vuelve gozoso y feliz.

El amor surge cuando la mente reconoce su naturaleza ilimitada. Si te das cuenta de que la naturaleza de la mente es espacio, claridad y que no tiene límites, y que todos los seres son como nosotros –que quieren ser felices y evitar el sufrimiento– notarás que no puedes separar tus propios sentimientos de los de los demás. Simplemente no hay nada más que puedas hacer sino convertirte en una persona amorosa y protectora. Solo estos sentimientos tienen la verdadera naturaleza de la mente como su causa, y por lo tanto, son de naturaleza permanente.

La mente de las personas normales es como un ojo: mira hacia afuera pero no puede verse a sí misma. Todos los fenómenos en el espacio se pueden medir y describir, pero la pregunta del tamaño de la mente –longitud, ancho, forma o sabor– nadie puede responderla. Sabemos todo sobre el mundo exterior, pero nada sobre aquel que lo experimenta. Esto es malo, ya que las imágenes externas cambian constantemente, mientras que la mente siempre permanece igual.

De la incapacidad de la mente para verse a sí misma, surgen dos emociones fundamentales. La primera es el apego o el deseo. Nos experimentamos a nosotros mismos como si fuéramos menos que la totalidad de todos los fenómenos y anhelamos algo que creemos que no tenemos. La segunda emoción es la aversión. Pensamos que no nos gustan todas esas personas allí afuera, que son peligrosas. 

Muchas personas tienden a confundir el deseo con la virilidad y piensan que sin ningún deseo serían impotentes. Este malentendido se basa en una mala interpretación de las palabras, pero es la razón por la que muchos no quieren meditar. Es por eso que usamos el término “apego” en su lugar.  

Si observamos más de cerca el amor y el apego, podemos distinguir claramente entre dos cosas. El primero solo tiene aspectos positivos: es el tipo de amor que da. Este amor se manifiesta a través de un intercambio directo con alguien o mediante un sentimiento general de compasión, compartiendo con otros lo que sea que uno tenga. También aparece como un gozo empático, lo que significa que estamos felices aún con cosas que no tienen nada que ver directamente con nosotros, simplemente porque consideramos que son significativas. Y finalmente, con este tipo de amor estamos equilibrados: sabemos que todos tienen la naturaleza búdica, sin importar cuán oculta se encuentre esta luz clara.

El otro tipo de amor –el malo– no tiene lugar aquí y ahora, sino que sucede en el pasado o en el futuro. No libera a los demás, sino que los limita y los confina. Este tipo de amor no puede regocijarse si la pareja aprende y se desarrolla, sino que se preocupa de que él o ella se esté volviendo más inteligente que nosotros y que pueda huir pronto. Debemos realmente asegurarnos de deshacernos de este amor celoso, de mente estrecha, envidioso y expectante, en el momento en que lo veamos aparecer. El control restrictivo no es beneficioso para nadie. Debemos dar libertad a las personas y dejarlas ir. Si vuelven, es porque encuentran su lugar a tu lado; si se van para siempre, serán más felices en otro lugar. Todo lo pegajoso y lleno de expectativas no es bueno. Todo lo liberador sí lo es.

¿Podrías decir algo sobre aquellos propensos al deseo, la ira y la confusión?

Respuesta de Lama Ole:

La mayoría de las personas tienen un poco de todo: orgullo, celos, deseo, confusión e ira. Algunos ven algo y notan muchas cosas que les gustan, y tal vez algo que no les gusta. Estos son en su mayoría propensos al deseo. Otros ven de inmediato muchas cosas que no les gustan, y tal vez una cosa que les gusta. Así que son en su mayoría propensos a la ira. Y otras personas no tienen claro qué les gusta y qué no les gusta. Estos son los propensos a la confusión.

Algunos, por ejemplo, son propensos en un comienzo al deseo, porque tienen una necesidad física de amor. Luego, cuando el cuerpo está contento, la vieja ira puede aparecer y comenzar a encontrar muchas fallas en la pareja. De hecho, vemos esto a menudo: una hermosa luna de miel y después la gente se grita.

Yo mismo soy puramente propenso al deseo. Mi mente funciona de forma tal, que entiendo los errores de los demás como programas erróneos que se están descartando. Me olvido de casi todos los errores. Y cuando nos encontramos la siguiente vez, los saludo con alegría porque he olvidado los problemas del pasado. Pero si alguien ha hecho algo bueno, lo recuerdo muy bien, y me gusta preguntar sobre las experiencias.

Hay propensos a la ira que critican todo. Sin embargo, como saben exactamente lo que no les gusta, se aferran a esto menos de lo que lo harían otros. Así es como progresan rápidamente. Conozco a una mujer así que tuvo un progreso asombroso con su meditación. Los propensos a la ira tienen que aprender de situaciones en las que siempre se enojan o piensan que deben protegerse. Necesitan un marco protegido donde no sean atacados, y así puedan abandonar su actitud defensiva. Necesitan espacio a su alrededor para ver cómo son realmente las cosas y cuán hermoso es el mundo en su verdadera naturaleza. Entonces, descubren su riqueza y pueden dejar que toda su fuerza, amor y excedente jueguen libremente. La mayoría terminan con los nyingmapas; sus enseñanzas están dirigidas hacia eso.

A los propensos al deseo les gusta todo. En lugar de avanzar de una manera enfocada y lineal, se arrojan completamente hacia las cosas y progresan de esta manera. Tienen que aprender a reconocer la diferencia entre las cosas impermanentes y permanentes. La mayoría terminan siendo kagyus.

Los propensos a la confusión a menudo tiene que tomar el camino del pensamiento. Progresan paso a paso a través de una comprensión cada vez mejor y más clara, nivel por nivel. La mayoría terminan con los gelugpas.

Las diferentes escuelas funcionan más o menos de la siguiente manera. Para los nyingmapas, la visión desde arriba es lo más importante: al volar a través de un lago –por ejemplo, para obtener una visión general de éste– uno obtiene una comprensión del lago. Con los kagyupas, la experiencia directa es lo más importante: uno salta al lago y nada, sintiendo el agua en el cuerpo. Para los kagyupas todo está muy unido, como en una familia. Y para los gelugpas, el análisis y la comprensión son esenciales: el enfoque es llevar una muestra del agua del lago al laboratorio para ver qué hay dentro.

No podemos decir que un enfoque es bueno y otro malo. Una escuela es buena para algunos y otra escuela es buena para otros. Si uno sigue el camino correcto, alcanzará la meta. Y cuando uno se ha convertido en un buda, entonces desaparece la diferencia en cuanto a cuál camino uno tomó. Es solo una cuestión de cómo subir; cuando uno ha llegado, ya no hay diferencia.

¿Cómo podemos deshacernos de la indecisión?

Respuesta de Lama Ole:

Piensa en la interconexión de todo –que no estás separado realmente de los demás–. Si quieres ser útil para los demás, haz el fuerte deseo de darles lo que necesitan. Entonces, harás lo correcto de manera espontánea y sin esfuerzo, sin pensar que ahora estás haciendo esto por otra persona. Este es el objetivo.