Tengo un círculo de amigos muy cercanos con los que estoy muy conectado, pero ahora me doy cuenta de que tengo que alejarme de ese grupo. ¿Cómo puedo disolver esa conexión de buena manera?

Respuesta de Lama Ole:

Lo mejor es pensar que todos se benefician más de esta manera. Puedes pensar: “Si ellos me perturban, también tendrán mal karma, y solo podré ayudarlos después de tomar un poco de distancia”. Solo tienes que justificarlo ante ti mismo. A ellos, puedes decirles algo que pueda tomarse como una razón desde el punto de vista emocional, y luego te alejas alegremente. Cuanto más inconsistente sea la explicación, más obligados se verán ellos a examinar su propia situación.

Si llegas con una explicación grande y extensa, como un índice con varios puntos, con “porqués” y “por lo tantos”, podrán abordarlo a nivel conceptual. En cambio, lo mejor será decir algo como: “Suele dolerme la cabeza cuando estamos juntos” –algo totalmente sutil y femenino–. Entonces, ellos comenzarán a preguntar “¿Por qué?”, pero ya no podrán encontrarte en ningún lugar.

Ellos se quedarán con una sensación que los carcomerá y se preguntarán: “¿Qué fue eso? ¿Por qué dolores de cabeza? ¿Por qué habríamos de darle dolor de cabeza a alguien?” De esa manera, los dejas con algo que los hará escarbar en indagar por largo tiempo. Entonces, les habrás dejado un buen regalo. Habrás puesto algo en marcha en ellos.

¿Cómo podemos ayudar a un amigo que se ha metido en un gran problema? No es consciente de lo que está haciendo y rechaza todo buen consejo que le ofrecen los demás.

Respuesta de Lama Ole:

Hay formas directas e indirectas de trabajar con esto. Podemos decirles directamente: “Oye, ¿sabes lo que te estás haciendo a ti mismo?”, y nos mantenemos lo más firmes que podamos. Además de eso, hacemos deseos a los budas y decimos: “Por favor, antes de que consuma todo su capital, denle un buen golpe en la nariz, rápido y duro, para que se dé cuenta de que no es una buena idea y pueda salir de esa”. Tenemos buenas experiencias con Tara –el principio búdico femenino– en situaciones como estas. Ella puede ayudar de forma maternal. Mahakala podría ser un poco rudo aquí, pero también podemos recurrir a él.

Yo haría deseos para que esa persona se meta en dificultades rápidamente para que pueda detenerse pronto, en lugar de que se torturen durante un largo tiempo. Porque mientras más sigan así, más fuerza perderán y más se meterán en problemas. Si la gente quiere darse en la cabeza contra la pared, es importante que aquellos que suelen sostener una almohada enfrente, la quiten cada tanto y le digan, “¡Olé!” –porque, cuando duele, la gente puede comenzar a pensar–. Las personas deben confrontarse con sus acciones.

Mi hermano solía trabajar con personas en rehabilitación. Él era muy duro con ellos y provocaba su orgullo. Los trataba como basura, siempre les señalaba su situación y les decía: “Mira dónde estás ahora. Mira lo que te has hecho a ti mismo”. Y en muchos casos, lograba encontrar en ellos una pizca de orgullo y podía decirles: “Vamos, ahora muéstrame cómo puedes hacer las cosas diferente”. Los sacaba de la situación de esa manera. Las malas compañías son como la miel: se pegan a los dedos.

¿Cómo podemos ayudar a los amigos que comenzaron a consumir drogas y se han vuelto arrogantes y excluyentes?

Respuesta de Lama Ole:

Tan solo deberíamos explicarles a las personas que consumen drogas que, aunque se sientan mejor subjetivamente, desde un punto de vista objetivo funcionan peor. Las drogas disminuyen nuestra capacidad de pensar de forma crítica. Aunque objetivamente las capacidades continúan disminuyendo y tienen menos logros académicos, laborales y en la vida, creen que están bien y que se están volviendo cada vez mejores, porque su capacidad de pensamiento crítico disminuye rápidamente.

El ego evita las situaciones en las que podrían haberse desarrollado. Uno siempre puede señalar los hechos de forma muy clara: los exámenes que no aprobaron, el trabajo que no hicieron, las situaciones personales que no pudieron manejar, y así sucesivamente. Tal vez se sientan bien, pero están en su propio sueño. Visto objetivamente, la vida no está yendo particularmente bien para ellos. De hecho, uno solo puede ayudar a quienes consumen drogas una vez que ellos han descubierto que su vida se está yendo por el drenaje.

La razón por la que no permitimos consumidores de drogas en nuestros centros, es porque simplemente es una pérdida de tiempo; tú no estarás hablando con ellos si no con las drogas. Si viene un consumidor de heroína, estará sentimental; si viene un adicto a la cocaína, será brusco y querrá chequearlo todo. Si viene alguien que tomó éxtasis, no entenderá nada. Una persona que tomó anfetaminas, dará tres vueltas alrededor de la mesa y se marchará de nuevo. Un fumador de marihuana se sentará y tendrá muchas emociones, pero a la mañana siguiente no recordará nada.

Como la vida es tan corta y el tiempo es tan escaso, podemos decirles: “Gracias por venir y gracias por irte. Vuelve mañana, cuando puedas entender lo que estamos diciendo”.