Respuesta de Lama Ole:
Sigue intentándolo hasta que la gente ya no te vuelva agresivo. Si tienes presente que a todas las personas –incluso a las que te hacen enojar– les espera la enfermedad, la vejez y la muerte, tu enojo se convertirá en compasión.
Mira a tu antagonista de esta manera: él nació, eso dolió, lloró, era tan pequeño y desprotegido. Durante su vida tuvo muchos deseos; algunos se cumplieron, otros no. Ahora mismo quiere muchas cosas que no puede conseguir. Quiere evitar muchas cosas que no puede evitar. Tal vez quiera evitarte, pero tú estás ahí de todos modos. Y constantemente tiene que cuidar de todo lo que posee.
Si has observado esto con detenimiento, te darás cuenta de que él está mal y tiene dificultades. Puedes desarrollar compasión y ver que este pobre tipo necesita tu ayuda, en lugar de una discusión. Entonces, puedes apartarte y dejar que golpee la pared. O lo detienes de una manera que sea desagradable para él. Pero cuando reacciones de esta manera, ¡nunca debe ser desde de la ira! Hay que tener en cuenta que si él desarrolla el hábito de comportarse mal, será muy difícil que vuelva a cambiar. Así que detenlo ahora.
Puedes manejar a las personas como quieras –impresionarlas, ser encantador y demás– siempre y cuando desees liberarlas. ¡Obsérvate! Con compasión y el deseo de ser útil para otros, puedes usar tu encanto. Y si estás libre de ira, puedes ser duro con los demás para ayudarlos.
Primero, mantén siempre la visión budista liberadora. Luego, cuando comiences a ver más claramente cómo viven las personas –qué desean y cuántas dificultades tienen en realidad– la aversión disminuirá constantemente y aumentarán tus deseos por su felicidad.