Respuesta de Lama Ole:
Con excepción del LSD, la psilocibina, la mescalina y unas cuantas drogas similares del Amazonas, las drogas tienen el efecto opuesto de la meditación. Las drogas te muestran las experiencias que hay en la mente; la meditación te muestra la mente misma. Las drogas dispersan la mente; la meditación la centra. Tomar drogas y meditar no es compatible.
El alcohol –con lo estúpido y poco espiritual e inspirador que es– de hecho es mejor, porque no te hace escurridizo. Actúas estúpidamente, pero estás consciente de ello y te disculpas más tarde –las personas entienden y todo termina.
Pero el hachís es diferente. Te vuelve escurridizo como una anguila. Tú volteas las cosas para complacerte. Te haces más viejo, pero no más sabio. Yo mismo fumé mucho –casi todos los días durante nueve años de mi vida–. En los sesentas, creíamos que podía ser útil. Realmente pensábamos eso. Teníamos a Leary, Alpert, Huxley –todos los mejores cerebros del momento que decían eso.
Pero mi experiencia con drogadictos es que me vuelvo intranquilo cuando estoy con ellos. Siento que lo que estoy haciendo no es comprendido. Si estoy con personas que beben, intento decirles algo. Pero con personas que fuman hachís, prefiero leer el periódico porque tengo el sentimiento de que cualquier cosa que diga no será entendida.
Aconsejaría a las personas que quieren meditar que dejen de fumar hachís ¡Es mas barato aprender a meditar! Y después de un tiempo, es al menos igual de agradable. Pero es más difícil. Tienes que construirlo con tu propia fuerza. Por otro lado ¡Te puedes parar firmemente sobre lo que tú mismo has construido!