Respuesta de Lama Ole:
Como yogui, puedes usar tu dolor para ganar energía extra.
Recuerdo momentos en los que ya estaba tan cansado que el dolor en mis piernas fue lo único que me ayudó a terminar una conferencia sin dormirme. Solo piensa que tu cuerpo es una herramienta y úsalo lo mejor que puedas.
Dolor
¿Hay algún método contra el dolor en el budismo?
Respuesta de Lama Ole:
¡Es un tema muy amplio! Lo mejor podría ser un método budista general, y lo siento, suena muy simple: desapego. Eso significa entender siempre que tenemos nuestro cuerpo en lugar de que somos nuestro cuerpo.
El dolor siempre está relacionado con la creencia en la realidad de las experiencias que aparecen en la mente. Si uno sabe que este cuerpo es impermanente y debería ser usado como una herramienta, entonces el tipo de pensamiento, “Oh, me está pasando a mí. Yo soy el objetivo ¡Estoy sufriendo!”, se desvanece. Más bien se convierte en, “Sí, el sufrimiento existe y los cuerpos pueden sentir dolor”, y así sucesivamente. Se vuelve menos personal. Tenemos que entrenar esta actitud mientras estamos jóvenes y frescos. Del mismo modo, no aprendemos meditación mientras estamos muriendo, lo aprendemos ahora.
Mantras como OM MANI PEME HUNG o KARMAPA CHENNO son siempre muy buenos. También hay mantras especiales y ciertas prácticas de respiración que pueden ayudar. Pero lo más importante es no tomarse el dolor demasiado en serio y enfocarse en otra cosa.
¿Cómo podemos lidiar con el dolor?
Respuesta de Lama Ole:
Todo el mundo se enferma. El quince por ciento de los humanos tiene la oportunidad de usar analgésicos y el resto sufre. Definitivamente uno debería usar la ayuda que pueda obtener.
El proceso de morir, por ejemplo, no está influenciado por los analgésicos. Lo que sucede al morir no tiene nada que ver con la química. Sin embargo, el uso intensivo de analgésicos acorta la vida. Simplemente deberíamos pensar, “estoy eliminando el dolor”, entonces el karma es bueno. Uno no debe pensar, “estoy acortando la vida”, porque entonces el karma es malo. Es fácil, la mente es el jefe.