Respuesta de Lama Ole:
En general, los pensamientos siempre están ahí. Surge un pensamiento –y si uno lo observa– se da cuenta de que simplemente continúa fluyendo como una corriente, como las olas que vienen y van. Es interesante cuando están allí y también es bueno cuando ya no están.
No deberías tomarte los pensamientos demasiado en serio. Los pensamientos, conceptos e ideas son útiles si tienes que aprender algo o aplicar tu inteligencia. Cuando no estés involucrado en un trabajo que requiera una concentración total, puedes desconectar la corriente de pensamientos de las acciones inmediatas.
Por ejemplo, cuando uno monta bicicleta, no piensa: “Entonces, primero tengo que mover un pie aquí y el otro allá; y al mismo tiempo tengo que sostener el manubrio y poner el cambio correcto”, y así. En vez de esto, uno solo se sienta en la bicicleta, confía en la sabiduría del cuerpo y la maneja. Si uno hace lo que está en frente de su nariz y los pensamientos continúan en paralelo, las acciones se vuelven más espontáneas, sin esfuerzo y útiles.
El cuerpo, el habla y la mente contienen una gran cantidad de sabiduría y energía espontáneas e intuitivas. Tú eres un buda. Tienes todo en ti. Estás conectado con todo.
Los pensamientos son muy buenos si puedes encenderlos y apagarlos a voluntad. Entonces piensas lo que quieres y los apagas nuevamente cuando has pensado lo suficiente; eres espontáneo y actúas sin esfuerzo. Los mejores maestros en esto son los surfistas de las costas de California, Hawái, Australia y Nueva Zelanda. Se acuestan sobre sus tablas en el agua. Durante un largo tiempo no hay olas. Luego aparece una ola que los lleva solo hasta mitad de camino hacia la orilla, y otra que rompe sus tablas. Entonces, finalmente, aparece la ola correcta y el surfista feliz se levanta y la monta. Él no odia una ola ni está apegado a otra, sino que simplemente hace lo que es posible. Y cuando vivimos de esta manera, las habilidades y los poderes dentro de nosotros salen a la luz. Yo también aprendo mucho de esta manera acerca de la paciencia.
Desafortunadamente, es muy difícil apagar los pensamientos cuando son demasiados. Pero hay un buen método que Milarepa también usó hace siglos. Pronunció la sílaba “PEI”. En el preciso momento en que uno dice PEI en voz alta o internamente, los pensamientos se difuminan y desaparecen.
Otra forma de liberarte de los pensamientos es imaginar al lama sobre tu cabeza. El lama aparece como si estuviera hecho de agua y dejas que esta agua fluya dentro de ti. De esta manera te conviertes en el lama, que en nuestro caso es siempre el Karmapa. Imagina que tú eres Karmapa e intenta mantener esta percepción y sentimiento lo mejor posible.
Si surgen pensamientos importantes que te distraen de aquello en lo que te tienes que concentrar, entonces puedes escribirlos. Como los occidentales reaccionamos mucho a las cosas escritas, es muy útil usar notas para no distraernos de lo que es importante en el momento.