Respuesta de Lama Ole:
Aquí, en realidad podría haber una sola manera: transformar el orgullo exclusivo en un orgullo inclusivo. Es decir, en lugar de pensar “qué grande soy”, uno piensa “qué grandes somos todos”.
La vida se vuelve muy complicada si crees que eres mejor que los demás. Siempre te encuentras en mala compañía y actúas en consecuencia, haciendo todo difícil. Pero si piensas al revés, que todos somos excelentes, entonces estás en buena compañía; puedes aprender de todos y ser verdaderamente beneficioso aquí y ahora con tu mente, pensamientos y acciones. Y es por eso que les recomiendo mucho que configuren su entorno de la manera más positiva posible, no para enfatizar los errores y la negatividad, sino para aprender a percibir cosas bellas e interesantes. Después de un tiempo, surgen buenas experiencias y resulta fácil pensar de una manera positiva y totalmente comprometida.
Lo opuesto de esta actitud mental –es decir, la perfeccionada cultura de orden jerárquico– la puedes experimentar, por ejemplo, en un monasterio chino. Hay siete clases de té: el que está en el cajón superior ha sido cosechado por vírgenes certificadas durante la luna llena, mientras que el cajón inferior contiene hierba. Y cuando entras, el monje te mira y abre el segundo cajón de la parte inferior. Si uno construye tal sistema, tendrá una vida muy complicada.