Respuesta de Lama Ole:
La mejor actitud en el amor es pensar más en dar que en recibir; desear felicidad a los demás y tratar de dar lo que sea de beneficio. No tener demasiado apego, más bien compartir de una manera amigable y fácil, sin limitarse el uno al otro. Si siempre tienes a tu pareja en tu mente, todo se volverá menos rígido y más divertido.
Este es un camino largo y toma algo de tiempo. Haber nacido como ser humano en esta vida, significa que la emoción más predominante fue el deseo. A medida que tu mente se vuelve cada vez más clara, presta atención a lo que haces – si es útil o no para otras personas – especialmente si tienes poder sobre ellas. Piensa en lo que puedes compartir con ellas y en lo que no; en lo que es bueno ahora y lo que será beneficioso después. Hay muchas cosas diferentes para considerar.
A veces uno tiene que hacer incluso cosas que parecen bastante extrañas. Drukpa Kunley fue un maestro en esto. Un día iba caminando por las calles de Bután, cuando una joven pasó por allí. Él le dijo: “Definitivamente tenemos que hacer el amor. Ven conmigo ahora mismo”. Ella lo vio sin afeitar y con su cabello largo, y respondió: “¡Oh!” Corrió a la casa de al lado y dijo: “Escuchen, más abajo hay un hombre terrible con mucho cabello y una gran barba ¡Y quería acostarse conmigo!”
“Eres la chica más estúpida de la ciudad”, respondió la gente. “Él es el mejor yogui que tenemos, es Drukpa Kunley. Con seguridad hubiera sido fantástico”. Y de nuevo ella dijo: “¡Oh!” Regresó donde él y le dijo: “Está bien, lo he pensado mejor y…”
“Lo siento”, replicó él. “Ya no tengo tiempo. En el momento en que te lo ofrecí, una conciencia altamente realizada pasaba por ahí, y pude haberte engendrado un hijo maravilloso. Pero ahora…Lo siento, en otro momento”.
Si observas más allá de lo personal, verás que las cosas no son simplemente buenas o malas, sino que producen felicidad o sufrimiento dependiendo de las circunstancias. En lo referente a la sexualidad, si las personas tienen el karma adecuado, será para ellas gozosa. En otros casos, la sexualidad sólo causa problemas. Problemas en la primera relación, en la segunda, en la tercera, y así sucesivamente.
Si tienes una conexión cercana con alguien a nivel físico, lo mejor que puedes hacer es darle libertad a él o a ella, lo mejor que puedas. Este es el verdadero regalo en el amor: mostrar a las personas su belleza y potencial, y dejarlos ser libres. Prueba hacer esto: piensa en los otros y no en ti mismo. Esto es lo importante.
Si observamos el amor, por ejemplo, existen dos tipos: uno que da, enriquece y crece, y otro que tiene límites y expectativas, que congela las cosas y se aferra constantemente al pasado o al futuro. En este tipo de amor restrictivo y negativo, uno trata de encajonar al otro diciendo: “Ahora que te has casado conmigo, no puedes hablar con esa persona y tienes que hacer esto y aquello”.
Si las personas se atan a una relación tan cerrada que se excluyen completamente de comunicarse con el mundo exterior, esto es un signo de debilidad, y no es bueno. Esto empobrece a todos.
El buen tipo de amor –que da y es generoso, que tiene el sabor de la libertad y el crecimiento– se puede encontrar en aquellas relaciones en las que ambos quieren aprender y crecer juntos, y que el otro se desarrolle. Este es el caso del hombre que mira a la mujer, y piensa: “Te convertiré en una reina”. Y la mujer mira al hombre, y piensa: “Te convertiré en un príncipe”. Aquí no quiere uno controlar o limitar al otro, sino mostrarle sus cualidades: su fuerza, su belleza y su potencial. Este es el tipo correcto de amor.