Respuesta de Lama Ole:
El objetivo de un meditador es tener un control de su cuerpo igual al que tiene un piloto de carreras de su automóvil. Es decir, nos volvemos capaces de dirigir las energías en la forma y dirección que elijamos. Sin embargo, solo aquellos que han tenido muchos logros pueden hacer esta práctica. Es necesario entrenar, aprender a experimentar las cosas de una manera más allá de lo personal y desarrollar poder meditativo.
Si observamos la sucesión de prácticas, las enseñanzas de la unión tántrica vienen después de la práctica del “calor interno”, donde uno puede sentarse en la nieve y derretirla. Para hacer esto correctamente, uno debe ser capaz de empujar las energías hacia abajo, sostenerlas y hacerlas cambiar. Hay una broma de los yoguis que dice que, si un hombre realmente ha logrado esta práctica, puede absorber agua mezclada con la leche a través de su pene y luego liberar el agua y la leche nuevamente por separado. No sé hasta dónde esto es cierto, pero –en cualquier caso– la práctica es realmente muy difícil.
La razón por la que no hablamos mucho sobre las prácticas de unión sexual no es por mojigatería. Desde el punto de vista budista, el cuerpo no es sucio ni pecaminoso. Es una herramienta, un templo de energía donde la iluminación puede suceder. Pero una explicación de por qué las prácticas en unión no se mencionan a menudo, es que muchas personas tienen dificultades con la sexualidad. Si hablamos sobre las energías del cuerpo, las energías sexuales y el trabajo con ellas, las personas a menudo comienzan a pensar en sus anticuados conceptos cristianos o islámicos, donde se considera la sexualidad como algo sucio y malo. Crean dualismos.
Las prácticas en unión generalmente se mantienen en secreto por el propio bien de las personas, porque simplemente no pueden entender la joya que tienen en sus manos. Si aún tenemos esperanza y temor, aferramiento y repulsión –pero queremos mantenernos bajo control y no desarrollar sentimientos perturbadores– es mejor mantenerse al margen. Solo cuando podemos relacionarnos en un estado de dar y recibir y cuando buscamos desarrollarnos mutuamente –solo entonces– la práctica de la unión tántrica se vuelve útil. Solo cuando uno experimenta todo como un sueño y puede ver a ambos practicantes como formas de energía y luz, tiene sentido invocar los campos de poder e intercambiar energías.
En términos generales, es así: utiliza tu cuerpo como una herramienta para dar alegría a los demás y evitar causarles sufrimiento. Tampoco debes destruir la alegría que se experimenta al hacer el amor con ideas sobre cómo debes hacerlo. Disfruta, sé bueno con tu pareja y todo lo demás evolucionará gradualmente.
En el budismo, el nivel máximo de comprensión profunda se llama detong, que significa la inseparabilidad de la alegría y el vacío. Eso significa que permaneces en un estado de gozo y éxtasis. Mantienes este estado sin interrupción y estás en control total de él. Pero no es un estado personal. Tú irradias en el espacio, lleno de alegría. Tan pronto como tocas algo, comienza a irradiar también. En este estado no se experimenta que una persona esté haciendo algo por otra. Más bien, algo sucede en el espacio abierto. Intenta mantener este nivel todo el tiempo, al hacer el amor también. Experiméntalo como la iniciación más alta y no como una cosa pequeña que solo quieres conservar para ti. Entonces será un encuentro lleno de la más alta verdad y las más bellas joyas. Mantén esto presente y luego irradia sobre todas las cosas.