Respuesta de Lama Ole:
Todas las emociones perturbadoras surgen de la ignorancia. La ignorancia es la incapacidad fundamental de la mente para ver que el que experimenta, lo que es experimentado y la experiencia misma, se complementan entre sí; que el espacio y su claridad son lo mismo en todas partes. Desafortunadamente uno confunde el espacio con un “yo” y piensa que la claridad –todo lo que aparece en el espacio– es un “tú”. De esta separación, surgen los sentimientos perturbadores.
Desarrollamos apego hacia lo que queremos y aversión contra lo que nos disgusta. Del apego surgen el deseo y la codicia, y de la aversión surgen el odio y los celos. Igualmente, de la ignorancia –la estupidez– aparece el orgullo: uno piensa que es algo real e importante, aunque podría morir en cualquier momento.
El Buda enseña que hay 84 000 combinaciones de estas emociones perturbadoras básicas. Todas ellas conducen a palabras y acciones dañinas que de nuevo producen malos resultados. Este sufrimiento nos hace creer que el mundo está en contra nuestra. Entonces malas acciones surgen nuevamente y el ciclo se repite una y otra vez.
A causa del cristianismo, creemos aquí en Occidente que las cosas “claras” no pueden ser sagradas. Pensamos que solamente pueden ocurrir milagros si dejamos las cosas confusas, si son un poco místicas. ¡Pero en el budismo queremos hacer todo lo más claro posible! Es bueno mirar las cosas cuidadosamente, para dudar, para diferenciar, para ser críticos. Así es como uno se vuelve un budista realmente bueno. El Buda explica las cosas como son, pero la experiencia debemos ganarla nosotros mismos. Solo que es poco inteligente dudar de las mismas cosas una y otra vez. Cuando hemos resuelto una duda –y en consecuencia aprendido algo– simplemente seguimos adelante. Pero es bueno examinar todo críticamente.
Quien es crítico al principio, es como un diamante al final: indestructible y claro. Uno ha aclarado todas las dudas y ha interiorizado la esencia de las enseñanzas. Quien al principio está lleno de amor y deseo, será como una flor de loto al final: abierto a todo.
Las personas pertenecen a diferentes familias búdicas:
La transformación de la ira es la familia del diamante.
La transformación del orgullo es la familia de la joya.
La transformación del apego es la familia del loto.
La transformación de los celos es la familia de la acción.
La transformación de la estupidez es la familia del buda.
El sentimiento perturbador más fuerte –el que pone más piedras en nuestro camino– es al mismo tiempo la mejor materia prima para la iluminación.
Apego
¿Cuáles son los antídotos contra las emociones perturbadoras?
Respuesta de Lama Ole:
Si la ira es el mayor problema, entonces realmente deberíamos obligarnos una y otra vez a desearles a todos los seres todo lo bueno y desarrollar compasión.
Si el apego es la más fuerte, siempre debemos recordar que todo es impermanente, que no podemos llevarnos nada con nosotros, y que en vez de esto debemos permitir que todos los seres participen de nuestra alegría.
Y si la confusión es la más fuerte, debemos descansar en lo que esté allí; debemos ir más allá de los conceptos y simplemente descansar en nuestro centro.
Si el orgullo es la más fuerte, deberíamos observar cómo todo está condicionado y se desintegra nuevamente.
Y si los celos son la más fuerte, debemos pasar por la experiencia completamente, para ver que en realidad es como una corriente de conciencia, como una corriente de agua en el océano.
Experimento mis necesidades físicas muy fuertemente, como apego y como realmente desagradables. ¿Cómo puedo manejar esto?
Respuesta de Lama Ole:
En el Camino del Diamante, practicamos como laicos y yoguis porque vemos las emociones perturbadoras como la materia prima para la iluminación. Esto nos distingue del nivel Hinayana o Theravada de monjes y monjas.
Lo bueno es que uno puede abrirse al Buda con todo, incluso con nuestra sexualidad. El Buda enseña que el cuerpo es un templo con 72,000 canales de energía. Las partes femeninas son una flor de loto y las partes masculinas un diamante. Todo lo experimentado es visto como puro, lleno de sabiduría y significado. Y si nosotros mismos nos sentimos puros, podemos abrirnos al Buda y aprender de él; podemos trabajar con estas energías. En todo lo que sucede, la pureza, el entusiasmo y la frescura aparecen en cada momento.
Es un verdadero obstáculo si uno ha sido criado para ver el cuerpo como un enemigo, y todo lo que está debajo del cinturón como malo. A menudo, la causa es una educación católica. En mi opinión, muchos católicos necesitan terapia para restablecer una relación razonablemente sana con sus cuerpos.
Es importante abrirse completamente a los budas, también con nuestros deseos y sentimientos. De esta manera, podemos pedirles que entren en contacto con nosotros, especialmente si se trata del amor. Las mujeres son más conscientes que los hombres en este sentido. Entienden la importancia del amor mucho mejor que los hombres.
Si un hombre acude a una mujer, debe abrirse para experimentar su sabiduría y comprender la importancia profunda del amor y el significado de la apertura.
Hay enseñanzas budistas sobre el apego que describen el cuerpo como algo impuro. ¿No contradice esto las enseñanzas del Camino del Diamante?
Respuesta de Lama Ole:
El Buda dio enseñanzas para diferentes tipos de personas. Les enseñó a los monjes y monjas a considerar las sensaciones físicas como algo desagradable, ya que es peligroso para ellos –para su tranquilidad mental–. A los laicos les dijo que el cuerpo es una forma de dar alegría y un medio para trabajar con la mente. En el nivel más alto, se dice que hay 72 000 canales de energía en el cuerpo, todos radiantes, todos significativos. Uno ve la parte femenina como una flor de loto y la parte masculina como un diamante. Uno considera al cuerpo entero como un mandala, un campo de poder de luz y energía.
Si practicamos en el nivel del Camino del Diamante y consideramos el cuerpo como impuro, entonces estamos rompiendo nuestros lazos. Si experimentamos el cuerpo de otra persona como desagradable, repulsivo, impuro o sin sentido, estamos saliendo del campo de poder de los budas.
No tengo idea de cómo trabajan los monjes con esto; tal vez lo mantienen desconectado en sus mentes. Pero si uno practica en el nivel del Camino del Diamante, si ha recibido enseñanzas del Mahamudra y luego considera el cuerpo como algo impuro, entonces uno pierde todo lo alcanzado. Siempre les digo a mis alumnos que la verdad más alta es el más alto gozo, y uno debe mantener este nivel tan bien como pueda.
¿Cuál es la diferencia entre el amor y el apego en las relaciones?
Respuesta de Lama Ole:
Las emociones perturbadoras como el apego surgen originalmente de la confusión. Solo hay tres emociones que no resultan de la confusión, y por lo tanto, son absolutas: la ausencia de miedo, el gozo y el amor.
La ausencia de miedo surge cuando la mente reconoce su naturaleza, que es espacio, cuando la mente descubre que no es una cosa, sino que es indestructible como el espacio mismo. El gozo surge cuando la mente reconoce su naturaleza clara. Esto sucede cuando, sobre la base de la ausencia de miedo, la mente experimenta su juego libre, su potencial y su riqueza. Entonces uno se vuelve gozoso y feliz.
El amor surge cuando la mente reconoce su naturaleza ilimitada. Si te das cuenta de que la naturaleza de la mente es espacio, claridad y que no tiene límites, y que todos los seres son como nosotros –que quieren ser felices y evitar el sufrimiento– notarás que no puedes separar tus propios sentimientos de los de los demás. Simplemente no hay nada más que puedas hacer sino convertirte en una persona amorosa y protectora. Solo estos sentimientos tienen la verdadera naturaleza de la mente como su causa, y por lo tanto, son de naturaleza permanente.
La mente de las personas normales es como un ojo: mira hacia afuera pero no puede verse a sí misma. Todos los fenómenos en el espacio se pueden medir y describir, pero la pregunta del tamaño de la mente –longitud, ancho, forma o sabor– nadie puede responderla. Sabemos todo sobre el mundo exterior, pero nada sobre aquel que lo experimenta. Esto es malo, ya que las imágenes externas cambian constantemente, mientras que la mente siempre permanece igual.
De la incapacidad de la mente para verse a sí misma, surgen dos emociones fundamentales. La primera es el apego o el deseo. Nos experimentamos a nosotros mismos como si fuéramos menos que la totalidad de todos los fenómenos y anhelamos algo que creemos que no tenemos. La segunda emoción es la aversión. Pensamos que no nos gustan todas esas personas allí afuera, que son peligrosas.
Muchas personas tienden a confundir el deseo con la virilidad y piensan que sin ningún deseo serían impotentes. Este malentendido se basa en una mala interpretación de las palabras, pero es la razón por la que muchos no quieren meditar. Es por eso que usamos el término “apego” en su lugar.
Si observamos más de cerca el amor y el apego, podemos distinguir claramente entre dos cosas. El primero solo tiene aspectos positivos: es el tipo de amor que da. Este amor se manifiesta a través de un intercambio directo con alguien o mediante un sentimiento general de compasión, compartiendo con otros lo que sea que uno tenga. También aparece como un gozo empático, lo que significa que estamos felices aún con cosas que no tienen nada que ver directamente con nosotros, simplemente porque consideramos que son significativas. Y finalmente, con este tipo de amor estamos equilibrados: sabemos que todos tienen la naturaleza búdica, sin importar cuán oculta se encuentre esta luz clara.
El otro tipo de amor –el malo– no tiene lugar aquí y ahora, sino que sucede en el pasado o en el futuro. No libera a los demás, sino que los limita y los confina. Este tipo de amor no puede regocijarse si la pareja aprende y se desarrolla, sino que se preocupa de que él o ella se esté volviendo más inteligente que nosotros y que pueda huir pronto. Debemos realmente asegurarnos de deshacernos de este amor celoso, de mente estrecha, envidioso y expectante, en el momento en que lo veamos aparecer. El control restrictivo no es beneficioso para nadie. Debemos dar libertad a las personas y dejarlas ir. Si vuelven, es porque encuentran su lugar a tu lado; si se van para siempre, serán más felices en otro lugar. Todo lo pegajoso y lleno de expectativas no es bueno. Todo lo liberador sí lo es.
¿Qué deberíamos hacer para lidiar con el apego?
Respuesta de Lama Ole:
El Buda dio dos consejos en relación con el apego y Karmapa agregó otro remedio especial. En el nivel más alto y absoluto –dentro del linaje del Tantra Madre– el Buda aconseja trabajar en particular con la fase de disolución. Esto significa que uno procura hacer corta la fase de construcción al meditar, y permanece por largo tiempo en la fase de disolución. En la meditación del VIII Karmapa, también existen antídotos especiales para el apego.
En el nivel práctico del día a día –y para las personas que están motivadas principalmente por fuertes deseos– el Buda nos aconseja pensar mucho en la impermanencia, para que no nos atemos demasiado al mundo de los fenómenos. En segundo lugar, debemos compartir todo lo bueno que experimentemos con todos los seres, porque aquellos cuya emoción predominante es el deseo, experimentan muchas cosas maravillosas y llenas de riqueza. Debemos llevar siempre con nosotros una sensación interna que diga: “¡Quiero mostrar esto a otros!”
Si utilizas los diferentes niveles de esta manera, obtendrás buenos resultados. Lo más importante es entender que el pensamiento no estaba aquí antes, que mañana se habrá ido y que no tiene que molestarte hoy: como las olas en el océano que van y vienen.
¿Cómo podemos estar seguros de que la alegría que experimentamos no es una dependencia fuerte?
Respuesta de Lama Ole:
Podemos examinar el nivel en el que se manifiesta la alegría. Si consiste en tener algo y luego se detiene en el momento en que no lo tenemos, entonces la alegría constrictiva y desagradable.
En realidad podemos disfrutar cualquier cosa, mientras no tengamos un problema una vez que se haya ido. Si el placer se vuelve lo suficientemente fuerte, entonces rompe los límites del ego. Uno puede entrar en él a través del ego y descubrir algo que es mil veces más grandioso que cualquier cosa que haya conocido antes. Mientras no nos domine, podemos disfrutarlo sin miedo. Como dijo una vez un viejo maestro: “Ya que todo es un juego de la mente –al fin y al cabo– podemos también disfrutarlo”. De lo que él estaba hablando, es de la vida misma.
A veces los hombres se vuelven bastante dependientes y apegados a mí, aun cuando solo quiero ser amistosa. ¿Cómo debería manejar esto?
Respuesta de Lama Ole:
Lo mejor es explicarles lo fantástico que sería compartir algo en muchos niveles, tener un hermano o un amigo. De esta manera, los apartas de los apegos sexuales. En particular, uno debería decirles: “Lo que estás buscando en mí está dentro de ti ¿Por qué no tratas de meditar un poco?”
Simplemente medita una y otra vez en el nivel de la más alta sabiduría, y haz que las personas tomen conciencia de su fuerza y potencial. Si las personas quieren algo que no pueden obtener, si quieren algo de una manera que no es saludable, es mejor enviarlos a otro lugar. Es mejor usar las energías y ayudarlos a ser independientes. Así, pueden trabajar juntos más adelante.