Respuesta de Lama Ole:
En el Camino del Diamante, practicamos como laicos y yoguis porque vemos las emociones perturbadoras como la materia prima para la iluminación. Esto nos distingue del nivel Hinayana o Theravada de monjes y monjas.
Lo bueno es que uno puede abrirse al Buda con todo, incluso con nuestra sexualidad. El Buda enseña que el cuerpo es un templo con 72,000 canales de energía. Las partes femeninas son una flor de loto y las partes masculinas un diamante. Todo lo experimentado es visto como puro, lleno de sabiduría y significado. Y si nosotros mismos nos sentimos puros, podemos abrirnos al Buda y aprender de él; podemos trabajar con estas energías. En todo lo que sucede, la pureza, el entusiasmo y la frescura aparecen en cada momento.
Es un verdadero obstáculo si uno ha sido criado para ver el cuerpo como un enemigo, y todo lo que está debajo del cinturón como malo. A menudo, la causa es una educación católica. En mi opinión, muchos católicos necesitan terapia para restablecer una relación razonablemente sana con sus cuerpos.
Es importante abrirse completamente a los budas, también con nuestros deseos y sentimientos. De esta manera, podemos pedirles que entren en contacto con nosotros, especialmente si se trata del amor. Las mujeres son más conscientes que los hombres en este sentido. Entienden la importancia del amor mucho mejor que los hombres.
Si un hombre acude a una mujer, debe abrirse para experimentar su sabiduría y comprender la importancia profunda del amor y el significado de la apertura.