Respuesta de Lama Ole:
El cristianismo considera a las emociones perturbadoras como pecados, y en otras religiones también son vistas como negativas. Sin embargo, en el Budismo Camino del Diamante las emociones perturbadoras son materia prima en el camino hacia la liberación y la iluminación. Sacas energía y poder de ellas y las vuelves útiles.
El símbolo que representa esto es el pavo real. Los tibetanos dicen que el pavo real come veneno para producir todos los hermosos colores en sus plumas. De manera similar, uno toma todas las perturbaciones, sufrimientos y dificultades en uno mismo y los convierte en energía y fuerza. Mira las emociones perturbadoras como desechos orgánicos: si trabajas bien con ellas, obtendrás compost y brotarán nuevas semillas.
Pero es importante que primero tengas suficiente distancia y estés en control. Solo entonces, puedes ver que las emociones perturbadoras no son tan reales: que aparecen, cambian y se disuelven de nuevo. Luego, vas un paso más allá, para observar cómo una emoción va y viene. Eres como una casa vacía a la cual ésta entra sin poder causar ningún problema.
Este último nivel es muy útil para los occidentales, pero en la imaginación tibetana no existe. Aquí, captas la energía de la emoción perturbadora y la usas para hacer algo útil, como lavar los platos. Tan pronto como hayas llegado a la cima, la emoción ya no te puede enganchar, no reaccionas como lo hiciste antes. En ese momento, puedes usar su poder para cavar en el jardín o lo que sea. Esta forma de canalizar la energía es un consejo práctico de mi parte, no la obtuve de mis maestros. Pero es muy útil usar la energía de la emoción para lograr algo.