Respuesta de Lama Ole:
No los visites con demasiada frecuencia, pero trata de ser amigable mientras estés allí. Cada generación tiene su propio estilo de vida, y cuando se encuentran, cada una hace lo posible por cubrir esa brecha. Cuando la visita no marche bien, regresa a casa e inténtalo más adelante por teléfono.
A partir de cierta edad, la gente queda amparada como un monumento protegido: tienes que comportarte bien con ellos y no agitarlos demasiado. Fíjate si aún están en condiciones de aprender algo nuevo o si solo puedes redondear lo que ya está allí, y dejarles algunas buenas impresiones que puedan llevarse consigo para la próxima vida.
Nuestros padres han hecho mucho por nosotros, y reconstruyeron Europa después de las guerras. Por eso, realmente les debemos algo. Deberíamos ver cómo darles felicidad e intentar tratarlos bien. Pero, a veces, tratarlos bien significa no visitarlos demasiado seguido, y mejor llamarlos por teléfono. Cuando eso también termina en peleas, es mejor escribir postales: “Estoy bien y pienso en ustedes”, y así. Y cada generación puede hacer lo suyo.