¿Es igual el camino de desarrollo hacia la iluminación para los hombres y las mujeres ?

Respuesta de Lama Ole:

Si miras el camino completo, las mujeres tienen un comienzo más sencillo porque la mayoría de los maestros hoy en día son hombres. Pero esto no tiene que permanecer necesariamente de esta manera en el futuro. Hoy las mujeres pueden enamorarse del maestro, y al estar concentradas completamente en él, pueden absorber mucho y desarrollarse rápidamente. En contraste, los hombres tienen que ponerse a prueba primero el uno al otro. Siempre hay una cierta medida de rivalidad involucrada. Por eso es un poco mas difícil para los hombres en el inicio. Las mujeres también tienen una ventaja por su naturaleza amable y generosa, mientras los hombres a menudo muestran agresión y tienen que proteger a otros.

Pero en algún punto, algunos apegos sutiles permanecen mas fuertemente en las mujeres – tal vez a un hombre, a un hijo, a la familia, etc–. Por eso el hombre, que siempre se mantiene un poco más juguetón como un niño, avanza con mayor facilidad al final, porque puede desapegarse mejor.

La mujer se acerca más a las cosas con su totalidad y riqueza, de una manera holística. Y el hombre se topa con algo y alcanza una nueva dimensión, siguiendo ese camino. Por eso los hombres y las mujeres se complementan tan bien el uno al otro. Cuando hay una buena relación entre un hombre y una mujer, la mujer puede suavizar al hombre con su devoción y apertura, de modo que él no sea tan rígido y competitivo. Y al final, el hombre puede mostrarle a la mujer unas cuantas cosas: “¡Mira! Podemos hacerlo de esta o aquella manera”, y así. Y de nuevo, vemos que los hombres y las mujeres trabajan mejor juntos. Ninguno de los dos es mejor, sino que juntos se complementan y funcionan de una manera más significativa.

Hay muchas maneras de aprender uno del otro y desarrollarse. Cuando un hombre conoce a una mujer, ella puede ser su amante, o madre (ella le muestra el mundo), o hija (él la protege), o hermana (ella lo ayuda a progresar). Cuando una mujer conoce a un hombre, funciona al contrario. El hombre es su amante, o padre (él cuida de ella y la protege), o hermano (le muestra cómo son las cosas), o hijo (ella puede hacer algo por él y experimentar su instinto protector). Este rango de relaciones posibles contiene una tremenda oportunidad de complementarse el uno al otro, un enorme campo de poder y gozo que cultiva el crecimiento. Solo tenemos que encontrarlo.

Estoy muy orgulloso que mis estudiantes masculinos y femeninos estén desarrollándose igualmente bien. También tenemos hoy la misma cantidad profesores y profesoras del Camino del Diamante. Si se mantienen así, tendremos muchos budas femeninos.

Y, de hecho, es cierto que la mente en sí no tiene género. Solamente en el momento en que se conecta con un cuerpo toma ciertas cualidades, un cierto tipo de energía. Pero tan pronto el cuerpo se va, la mente de cada uno es luz clara –entonces no hay diferencia en lo absoluto.