Respuesta de Lama Ole:
Si no es posible hablar porque los niveles de experiencia son muy distintos, entonces se pueden aplicar algunos trucos para relajar la situación. Te puedes decir a ti mismo: “Sólo paso unas horas al día con él, mientras que él está consigo mismo día y noche, pobre hombre”. También puedes recordarte que puedes entrenar la paciencia con personas como él, y sin paciencia no hay iluminación. Puedes intentar escuchar todo lo que dice como un mantra. Incluso cuando refunfuña y gruñe, sólo escuchas Om Mani Peme Hung o Karmapa Chenno, Karmapa Chenno.
En cuanto a la razón por la cual la gente es difícil, a menudo es porque tienen problemas consigo mismos. Tienen tanta presión dentro de sí, que intentan crear una contrapresión externa iniciando una discusión con los demás. Puedes eliminar conscientemente la presión, por ejemplo, saliendo de la habitación cada vez que está a punto de discutir contigo. Dile: “Esta no es mi mesa, no daré servicio aquí hoy”. Eres amigable, pero actúas con mucha superficialidad en el momento que él trata de arrastrarte a sus viajes. Simplemente no te involucras.
Si él no encuentra nada para contrarrestar su presión interna, explotará en algún momento. Es ahí cuando surgirán los problemas internos, y sólo entonces podrán empezar a hablar de ellos, a trabajar con ellos y a pensar en cómo seguir adelante a partir de ahí.
O puede que encuentre a otras personas con las que discutir. Entonces puedes actuar como el árbitro y no como el enemigo. Puedes aportar tu sabiduría femenina y él te escuchará. Sin embargo, hay una cosa que las mujeres deben tener en cuenta si no tienen hijos. No deben actuar su deseo reprimido de educar a su pareja. Esto puede hacer que se comporte de una manera despreciativa y malhumorada, sólo para que lo dejes en paz.
Lo mejor que se puede hacer en este caso, es compartir sólo las cosas buenas entre ustedes. Siempre que las cosas van bien, tú estás con él, y cuando no, consigues un par de libros para leer. La vida es demasiado corta para dejarse atrapar por el mal humor. Cuando el sol brilla salimos al jardín y cuando llueve nos quedamos adentro. Y si creemos que el sol brilla muy poco, aun podemos considerar mudarnos a otro lugar con mejor clima.