Cuando hay muchas cosas que hacer al mismo tiempo, ¿cómo puedo seguir tu consejo de “hacer lo que está en frente de tu nariz”?

Respuesta de Lama Ole:

¡Entonces haz lo que está más cerca de tu nariz! Si estás escribiendo una carta, termínala; luego, si hay una taza de café frente a ti, bébela, y así sucesivamente. Mantienes tu cuerpo ocupado con las cosas que se deben hacer mientras mantienes todo lo demás en mente. Entonces, las dificultades se hacen más suaves y gradualmente todo caerá en tus manos como una fruta madura.

Primero, trata de ver las cosas claramente sin dejarte molestar por ideas fijas ni sentimientos fuertes. Esto significa, no subir y bajar como si estuvieras en un ascensor todo el tiempo, sino detenerte y percibir las cosas directamente, tal como son. Puede presentarse el problema de volverse demasiado rígido o perder la compasión, entonces uno está demasiado cerrado y quiere controlarlo todo. Pero si te aproximas a las cosas de una manera relajada y abierta, verás lo que hay que hacer.

Es importante que te mantengas en tu centro y que confíes en ti mismo. Permaneces allí con fuerza interior. Y luego, desde este nivel de fuerza, verás las cosas fantásticas que pueden suceder. Si puedes mantener el centro, el resto vendrá por sí solo. Si huyes de tu centro y buscas algo más, solo obtendrás confusión y dificultades.

Esto es lo que significa el buen karma: uno tiene tantas buenas impresiones en la mente, que uno descansa en lo que sucede. Uno no tiene que probar nada, ni excusarse por nada, ni mover nada de aquí para allá. Si podemos hacer esto, también veremos las dificultades que nos creamos a nosotros mismos. Si las barreras del ego se interponen en el camino, entonces el Lama puede dar consejos.

¿Qué puedo hacer si constantemente tengo discusiones con mis padres porque siempre insisten en sus puntos de vista anticuados y no aceptan nada nuevo?

Respuesta de Lama Ole:

En algunos aspectos, llega un momento en que uno tiene que admitir que ellos están “listos para el museo”. En algunos temas no podrán cambiar y simplemente se quedarán con los puntos de vista y expresiones de su tiempo. En esos casos, sigue hablando con ellos de una manera que puedan entender y que los beneficie. Trata de mantener alejadas las cosas que no puedan entender en absoluto, porque para ellos ahora se trata de disfrutar de una vejez feliz. Puedes decirte a ti mismo: “De todos modos, no puedo hacerlos cambiar, así que solo seré amable”.

Por otro lado, hay situaciones en las que se nota una chispa de vida, y entonces uno puede tratar de decirles que deben cambiar algo ¡Que no son demasiado viejos para probar algo nuevo! Pero uno realmente no debería estar enojado, porque los padres son difíciles por ignorancia, no por maldad. Ellos desean para sus hijos solo lo mejor, pero apenas pueden entender su propia situación. Y si tú dependes de su apoyo, entonces realmente es muy difícil para ellos cuando discutes con ellos demasiado.

En mi trabajo, a menudo tengo que tomar medidas relativamente drásticas, y a veces tengo que mostrarle a la gente la puerta de salida. Para mí, esto es muchas veces desagradable y tengo dudas sobre si es lo correcto.

Respuesta de Lama Ole:

En cualquier situación, uno debe tratar a las personas como adultos y decirles que deben enfrentar las consecuencias de sus acciones.

Muchos adultos son como niños. No saben lo que está bien y lo que está mal, y entonces se comportan como niños. Entonces uno tiene que decirles: “Esto será recompensado de esta manera y eso será castigado de esta otra. Así es como funciona el mundo. ¡Ahora escojan qué quieren!” Ve al grano de la situación, de una manera alegre y más allá de lo personal, y diles claramente: “Debes irte ahora, por favor”. Y no: “Desafortunadamente, tengo que…”. Porque si uno trata a los adultos como niños, se comportarán como niños. Y si los niños no tienen que enfrentar límites, se volverán neuróticos.

¿Es posible, de alguna manera, usar la impaciencia de forma significativa?

Respuesta de Lama Ole:

¡Sí, eso creo! Te daré un ejemplo de cómo manejo la impaciencia. La impaciencia siempre es agradable cuando se asemeja a conducir un automóvil con el tacómetro en la zona verde.

En la zona baja blanca, los pistones golpean demasiado fuerte –lo cual no es bueno; y en la zona roja, la película de aceite puede dañarse. Entonces se trata de permanecer en el medio, de dos mil a seis mil revoluciones por minuto.

El truco es tener siempre tantas cosas para hacer al mismo tiempo, que te mantienes dentro de estos límites. Por ejemplo, si la gente siempre pide mucho de ti, entonces estás totalmente presente con ellos. Si están un poco menos cerca, puedes hacer varias cosas prácticas. Y si están bien ocupados con ellos mismos, entonces quizás puedas estar allí y aún así escribir cartas para mantener tus conexiones con otros. Si te mantienes siempre en la zona verde, estás usando bien tu impaciencia y ésta se vuelve lo más útil posible para todos.

¿Cómo puede uno aprender a ser paciente?

Respuesta de Lama Ole:

Yo diría que la manera más fácil, es evitar situaciones en las que generalmente caes al agua. Si te sientes más fuerte después de pasar un tiempo evitando algo, podrás ver la situación con más humor; puedes reírte de ella y verla desde un nivel más allá de lo personal.

Además, si comienzas a mantener una distancia mayor, podrás “dejar que el ladrón entre a una casa vacía”. Esto simplemente significa no poner energía en una sensación de impaciencia o agitación. En cambio, observa cómo la sensación corre de aquí para allá e intenta provocarte, pero tú no haces nada. Entonces, puedes usar la energía de esas sensaciones para lavar los platos, limpiar el automóvil o cavar en el jardín.

Entonces, para empezar, evita las situaciones en las que te impacientas. Cuando seas más fuerte y tengas más distancia, te darás cuenta de que la situación es como un sueño y podrás observar los sentimientos sin reaccionar a ellos.

Pero la paciencia tiene que aprenderse, y no significa simplemente aguantar y reaccionar al momento siguiente. Uno podría sentarse allí como un gato, esperando durante horas a que pase un ratón, para finalmente abalanzarse sobre él. ¡Eso no es paciencia! Es importante crear espacio para uno mismo, para poder ver la situación desde la distancia. De esta manera, puede darse una transformación, si uno quiere trabajar en esto. Durante este proceso, uno puede madurar de forma que cada vez surjan más espacio y libertad. Uno desarrolla más opciones para manejar las dificultades y ya no experimenta bloqueos u obstáculos absolutos. 

¿Es verdad que gastamos nuestro buen karma si no tenemos paciencia?

Respuesta de Lama Ole:

No tener paciencia significa enojarse. Y enojarse quema todos los diferentes buenos karmas. Las numerosas impresiones positivas que hay en la mente de uno, se queman y desaparecen.

Hay muchos seres en el mundo que piensan, dicen y hacen cosas buenas; seres que acumulan mucha positividad. Pero cada vez que llegan a un nivel donde se requiere un cambio –una nueva dimensión de conciencia– surgen el miedo y la incertidumbre. Entonces comienzan a enojarse y se derrumban. Cuando los viejos y habituales sentimientos y pensamientos se vuelven a desplegar, los seres construyen nuevamente cosas buenas, luego vuelven a caer, vuelven a construir, y así sucesivamente.

Desde que decidí firmemente trabajar de manera consciente para deshacerme de mi ira, me encuentro cada vez con menos frecuencia en situaciones en las que me hubiese enfadado antes. ¿Es esto una coincidencia?

Respuesta de Lama Ole:

Definitivamente no. Un pilar muy importante de nuestro trabajo es la Promesa del Bodhisattva. Desde el momento en que tomas esta promesa, cuando trabajas contra tu ira, cada vez menos personas desagradables vendrán a ti. Esto te lo prometo.

Lo mismo sucede cuando dejas de matar mosquitos. Entonces vendrán cada vez menos mosquitos a picarte, porque tienen el karma para una vida corta –y si no los matas– tendrán que ir a otro lugar. Lo mismo sucede cuando dejas de estar enojado. Las personas enojadas irán entonces a otro lugar, porque no tienen una conexión contigo. No las verás más.

Hannah y yo tomamos la Promesa del Bodhisattva con Karmapa en una luna llena en septiembre de 1970. Antes de eso, siempre había peleas y grandes disputas. No sé a dónde han ido las personas enojadas; ya no tengo nada que ver con ellas. Solo conozco gente agradable en todas partes. A veces hay algunas personas que crean rumores, pero también hablan cada vez menos.

Es así: uno se mueve dentro de ciertos campos de poder o campos de energía. Si, por ejemplo, uno abandona un círculo de violencia, entonces ya no se encontrará con esas personas. Si la violencia –las emociones perturbadoras– son eliminadas dentro de uno mismo, entonces uno ya no tiene nada que ver con ellas.

Hannah y yo observamos esto durante los cinco años que estuvimos en los Himalayas. Por ejemplo, nunca vimos un animal siendo sacrificado. Y el sacrificio ocurre en todas las calles justo al lado de la carretera. Nunca hemos estado en un festival de sacrificio, donde montañas enteras son empapadas de sangre. Nunca he visto esto. Solo he visto a las cabras felices y luego unas cuantas chuletas de cabra.

Al tomar esta Promesa del Bodhisattva, una gran cantidad de asperezas, negatividad –y cosas que causan dolor y sufrimiento– desaparecerán de tu vida. Esto te lo puedo prometer.

Me he dado cuenta de que cuando logro evitar la ira en un encuentro personal, luego aparecen leves sentimientos de arrogancia. Esto tampoco es bueno, ¿verdad?

Respuesta de Lama Ole:

Si eso te ayuda a evitar la ira, entonces está bien tener un sentimiento de arrogancia o cualquier otro sentimiento sustituto. Puedes tenerlo hasta que te canses, luego también se irá.

Trata a la ira como un veneno: simplemente debes dividirla en componentes menos peligrosos, y luego descomponerla aún más. Al final, puedes esparcirla en el suelo como fertilizante.

Se permite casi cualquier medio para evitar la ira. También te recomiendo que pienses: “Solo tengo que pasar diez minutos con él, en cambio él tiene que estar consigo mismo las veinticuatro horas del día, siete días a la semana”. Esto también es un poco arrogante –porque te pones por encima de alguien más– pero si te mantiene alejado de un arrebato de ira, entonces también ha sido útil.

Al final, uno simplemente observa y piensa: “¿Por qué él hace eso?” Uno ya no tiene ira y no puede entender a dónde se fue.

Mi hermano es muy agresivo y se mete en peleas todo el tiempo. ¿Hay alguna manera en que pueda ayudarlo?

Respuesta de Lama Ole:

Si él está dispuesto a decir un mantra, entonces unos cuantos millones de repeticiones de OM MANI PEME HUNG, serían buenas. Eso remueve mucha agresividad.

Yo perdí el interés en las peleas durante mi primera visita a un sauna nudista. De repente, vi allí cuánta piel desnuda puede herirse, cuán vulnerables son realmente las personas. Cuando salí del sauna, pensé: “Ahora los protegeré; no los golpearé más; cambiaré el programa.” ¡Y eso fue muy bueno!

En mi caso, no siento que la ira venga de adentro, sino que es plantada en mí desde afuera. ¿Es eso posible?

Respuesta de Lama Ole:

¡Si no tienes ira en ti mismo, no sentirás ira afuera! Te lo prometo: es una cuestión de anillo y gancho. Si no hay un anillo para que tu ira se enganche, verás al supuesto oponente como un animal extraño en un zoológico dando volteretas. No puede surgir ningún sentimiento de ira, solo piensas: “Qué extraño, ¿por qué actúa de una manera tan rara?”

Al meditar y eliminar la ira en ti mismo, te conviertes en un pato: todo lo que se vierte sobre ti, fluye por todos lados y no te mojas. A esto es a lo que apuntamos.

Puedes cubrir todo el mundo exterior con cuero para caminar cómodamente. Esto sería agradable, pero también implicaría mucho trabajo. O en su lugar, meditas, que es como ponerte zapatos. Entonces tienes tu propia pequeña pieza de cuero sobre la cual caminar, y así tampoco sientes dolor.

¿Es posible pensar que estamos enojados con alguien por cierta razón, pero que la verdadera razón radique en un problema de una vida anterior?

Respuesta de Lama Ole:

Sí, es muy posible que en una vida anterior alguien te haya quitado a tu pareja o te haya matado. Este podría ser su karma.

De hecho, esta es una de las razones por las que es tan difícil detener las guerras. Muchos seres se matan entre sí y se reencuentran en otra vida –en todo tipo de países– solo para matarse entre sí, una y otra vez. El único antídoto es que las personas en un área se vuelvan tan positivas, que las personas con mal karma ya no nazcan en esos países.

Si abandonamos completamente la ira, ¿no seremos ignorados por los demás y simplemente dejarán de tomarnos en serio?

Respuesta de Lama Ole:

Si detenemos la confrontación entre “esto o lo otro” y “tú o yo”, si dejamos de esperar y de temer, no significa que de repente nos convertimos en vegetales amigables, sentados por ahí, mirando a nuestros ombligos y diciendo “OM” cada hora.

Cuando uno ha removido las emociones perturbadoras, se vuelve realmente efectivo. Más allá de lo que pensamos, lo que queremos, lo que imaginamos –más allá de este nivel– se encuentran el gozo total, el poder, el amor, la energía completa de nuestra mente. Todo está allí, y solo cuando las emociones perturbadoras se han ido, pueden expresarse por completo.

No permitimos que hagan cualquier cosa con nosotros. No nos volvemos pasivos ni nos sentamos como un asceta que permite todo sin interferir. Cuando las emociones perturbadoras se han ido, entonces intervenimos. Nos convertimos en un “elefante loco”, como dijo Milarepa; hacemos exactamente lo que es necesario, sin expectativas ni miedo. Reaccionamos como una espada y cortamos donde es necesario.

Cuando cambias tu manera de pensar de “esto o lo otro” a un suave “esto y aquello”, entonces puedes trabajar con las energías y llevarlas a donde quieras. En lugar de detener al tigre, atas un arado a su cola. Tú lo diriges y entonces él ara todo el terreno que querías sembrar.

Yo mismo veo todo lo desagradable como una purificación y todo lo agradable como una bendición. Veo lo que perjudica a los seres, lo que causa sus problemas. Y con una motivación más allá de lo personal, intervengo y dejo que las cosas sucedan como quiero. Esto nos sucede a todos, tan pronto como nuestras expectativas y temores desaparecen. De repente, tienes mucha más fuerza que antes. Eres más efectivo y certero en lo que haces. Si estás seguro de que haces lo correcto, sin ego, entonces eres mucho más fuerte y persistente. Pero no debes enojarte en el proceso.

En muchas artes marciales, se dice que debes tener cuidado con la ira de un hombre paciente, porque él sabe lo que está haciendo. No ha desperdiciado su energía en cinco minutos de drama. Trabaja de manera enfocada en lo que quiere. Siempre asegúrate de que todo lo que hagas emerja de una conciencia simple y buena, de lo contrario pierdes credibilidad. Te quedas allí como un tonto y nadie puede tomarte en serio.

La forma de cambiar podría describirse así:

Al principio, por ejemplo, podrías ir a votar pensando: “¿Dónde obtendré la mayor cantidad de dinero?” o “¿Cómo puedo evitar límites de velocidad adicionales?” En el siguiente nivel, podrías pensar: “¿Qué beneficia a todos? ¿Qué les brinda más y más libertad y les permite a todos prosperar?” En el tercer nivel, sabes que lo que haces es correcto y simplemente haces lo que está delante de tu nariz. No hay más dudas. Estás más allá de lo personal; haces lo que es más útil.

Con una actitud budista, uno nunca se vuelve un “debilucho”. Sin embargo, ya interpretamos esto un poco de manera errónea. Los países budistas son generalmente fáciles de invadir y destruir. Cuando los atacan, no se defienden lo suficientemente bien. Esto aplica para los países gobernados en su mayoría por monjes. Cuando había más personas prácticas –laicos y yoguis– podían defenderse mejor.

Si uno piensa: “Todos tienen la naturaleza búdica; ellos son buenos y no necesitamos protegernos”, entonces el vecino –que podría haber sido solo un pequeño villano– se convierte en un gran villano, porque se le dio la oportunidad, ya que nadie le mostró sus límites para que aprendiera a comportarse bien.

¡Debemos ser fuertes y capaces de protegernos!

Aunque intento trabajar con mis emociones perturbadoras, algunas personas todavía me vuelven agresivo. ¿Qué debo hacer?

Respuesta de Lama Ole:

Sigue intentándolo hasta que la gente ya no te vuelva agresivo. Si tienes presente que a todas las personas –incluso a las que te hacen enojar– les espera la enfermedad, la vejez y la muerte, tu enojo se convertirá en compasión.

Mira a tu antagonista de esta manera: él nació, eso dolió, lloró, era tan pequeño y desprotegido. Durante su vida tuvo muchos deseos; algunos se cumplieron, otros no. Ahora mismo quiere muchas cosas que no puede conseguir. Quiere evitar muchas cosas que no puede evitar. Tal vez quiera evitarte, pero tú estás ahí de todos modos. Y constantemente tiene que cuidar de todo lo que posee.

Si has observado esto con detenimiento, te darás cuenta de que él está mal y tiene dificultades. Puedes desarrollar compasión y ver que este pobre tipo necesita tu ayuda, en lugar de una discusión. Entonces, puedes apartarte y dejar que golpee la pared. O lo detienes de una manera que sea desagradable para él. Pero cuando reacciones de esta manera, ¡nunca debe ser desde de la ira! Hay que tener en cuenta que si él desarrolla el hábito de comportarse mal, será muy difícil que vuelva a cambiar. Así que detenlo ahora.

Puedes manejar a las personas como quieras –impresionarlas, ser encantador y demás– siempre y cuando desees liberarlas. ¡Obsérvate! Con compasión y el deseo de ser útil para otros, puedes usar tu encanto. Y si estás libre de ira, puedes ser duro con los demás para ayudarlos.

Primero, mantén siempre la visión budista liberadora. Luego, cuando comiences a ver más claramente cómo viven las personas –qué desean y cuántas dificultades tienen en realidad– la aversión disminuirá constantemente y aumentarán tus deseos por su felicidad.

¿Cuál es la diferencia entre el odio y la ira?

Respuesta de Lama Ole:

La ira es algo recién salido de la máquina. Es odio cuando ha estado almacenado en la bodega por un tiempo.

La ira está ahí si reaccionas a algo. En el caso del odio, el recuerdo de experiencias desagradables ya está allí, y luego se activan los sentimientos negativos. El odio tiene raíces profundas y puede extenderse ampliamente. La ira es más una reacción a corto plazo y luego te olvidas de la situación.

El gradiente al interior de Europa también es interesante: cuanto más vas al sur, más rápido se enciende la ira; pero la gente allí también se deshace de ella rápidamente. En el norte de Europa, la ira aparece más lentamente, pero también permanece por más tiempo. Así que las reacciones emocionales al interior de Europa son un poco diferentes.

¿Existe un antídoto rápido que podamos aplicar si somos atrapados de repente por la ira?

Respuesta de Lama Ole:

El mejor antídoto contra la ira es estar preparado; haber trabajado en el tema antes de que algo suceda. Es bueno tener puesto el paracaídas antes de saltar por la ventana.

Si de repente nos sorprende la ira, lo mejor es imaginar al lama sobre nuestra cabeza, y luego –como un balde de agua que se está vaciando– su bendición fluye a través de nosotros y nos convertimos en él. Ese es el método más rápido.

En las diferentes fases de la meditación, aprendemos a ver cómo aparecen los sentimientos, tratan de atraparnos y luego se disuelven. Cuando uno ha visto esto lo suficiente durante la meditación, sin reaccionar ante ello, entonces tiene una distancia protectora para la vida ordinaria. Esa es una gran ventaja.