Si me doy cuenta de que mi pareja está sufriendo cuando estoy con otra persona, ¿estoy creando karma negativo?

Respuesta de Lama Ole:

Depende. Si realmente crees que esta es tu pareja, entonces tienes una cierta responsabilidad de hacerla feliz lo mejor que puedas. Por otro lado, tienes la responsabilidad de ayudarla a crecer y desarrollarse como ser humano también. En última instancia, en una situación así, debes sopesar estas dos cosas.

Depende de la actitud de uno, de la manera en la que uno piensa y experimenta las cosas. Depende de si la pareja se ha encontrado en el nivel de “solo tú de ahora en adelante hasta la tumba”, o si han pensado “a partir de ahora, vamos a crecer y desarrollarnos lado a lado, e intentaremos estar la mayor parte posible del camino juntos”. Todo esto varía de persona a persona. En este aspecto es imposible establecer reglas fijas.

Con una pareja celosa, por ejemplo, uno debería pensar seriamente si una aventura romántica es de alguna utilidad. Por otro lado, si la pareja de uno piensa: “él sabe lo que está haciendo” o “ella sabe lo que está haciendo” o “si ella está bien, yo también estoy bien, y si se enamora de otra persona, llevará más a casa y hará que todo esté nuevo y fresco otra vez”. En este caso, estaría bastante bien, siempre sujeto a la condición de que la pareja esté sana. Pero para hacer esto, debe haber mucha confianza entre las personas involucradas. Si uno se acuesta con otra persona, se acuesta con todos los compañeros que ha tenido esa persona, ya que hay algo de todos ellos presente. Ciertamente es algo más grande.

Uno siempre debe encontrar parejas maduras y no personas pequeñas, dependientes y con poco excedente. No es una cuestión de moralidad, donde debemos pensar “esto es malo” o “no debemos hacerlo”, en absoluto. En el budismo, el cuerpo no se considera algo fundamentalmente malo, como en algunas otras religiones. El cuerpo es considerado un palacio de luz con 72,000 canales de energía, todos hechos de la naturaleza de la sabiduría. El cuerpo es una herramienta para beneficiar y ayudar a otros, para darles felicidad y amor.

Hay muchas diferencias culturales en cuanto a las relaciones de pareja y la sexualidad, y cada cultura tiene sus propios estándares. ¿Es posible simplemente ignorar estas normas, o el contexto cultural juega un papel central en cómo debemos comportarnos?

Respuesta de Lama Ole:

Mi consejo aquí es similar al de nuestros otros maestros que han pasado algún tiempo en Occidente y se han familiarizado con algo diferente a las culturas estrechas de las que provienen: vive tu vida sin alejarte demasiado del marco que tu sociedad ha establecido. Vive de una manera que no genere problemas para ti o para los demás, y que naturalmente traiga felicidad.

Si practicas algo que se sale especialmente de la norma y te aleja demasiado de los demás, entonces surgirá el sufrimiento. Y lo único que realmente cuenta es si lo que haces causa felicidad o sufrimiento a largo plazo. Así de simple.

¿Cuál es la diferencia entre el amor y el apego en las relaciones?

Respuesta de Lama Ole:

Las emociones perturbadoras como el apego surgen originalmente de la confusión. Solo hay tres emociones que no resultan de la confusión, y por lo tanto, son absolutas: la ausencia de miedo, el gozo y el amor.

La ausencia de miedo surge cuando la mente reconoce su naturaleza, que es espacio, cuando la mente descubre que no es una cosa, sino que es indestructible como el espacio mismo. El gozo surge cuando la mente reconoce su naturaleza clara. Esto sucede cuando, sobre la base de la ausencia de miedo, la mente experimenta su juego libre, su potencial y su riqueza. Entonces uno se vuelve gozoso y feliz.

El amor surge cuando la mente reconoce su naturaleza ilimitada. Si te das cuenta de que la naturaleza de la mente es espacio, claridad y que no tiene límites, y que todos los seres son como nosotros –que quieren ser felices y evitar el sufrimiento– notarás que no puedes separar tus propios sentimientos de los de los demás. Simplemente no hay nada más que puedas hacer sino convertirte en una persona amorosa y protectora. Solo estos sentimientos tienen la verdadera naturaleza de la mente como su causa, y por lo tanto, son de naturaleza permanente.

La mente de las personas normales es como un ojo: mira hacia afuera pero no puede verse a sí misma. Todos los fenómenos en el espacio se pueden medir y describir, pero la pregunta del tamaño de la mente –longitud, ancho, forma o sabor– nadie puede responderla. Sabemos todo sobre el mundo exterior, pero nada sobre aquel que lo experimenta. Esto es malo, ya que las imágenes externas cambian constantemente, mientras que la mente siempre permanece igual.

De la incapacidad de la mente para verse a sí misma, surgen dos emociones fundamentales. La primera es el apego o el deseo. Nos experimentamos a nosotros mismos como si fuéramos menos que la totalidad de todos los fenómenos y anhelamos algo que creemos que no tenemos. La segunda emoción es la aversión. Pensamos que no nos gustan todas esas personas allí afuera, que son peligrosas. 

Muchas personas tienden a confundir el deseo con la virilidad y piensan que sin ningún deseo serían impotentes. Este malentendido se basa en una mala interpretación de las palabras, pero es la razón por la que muchos no quieren meditar. Es por eso que usamos el término “apego” en su lugar.  

Si observamos más de cerca el amor y el apego, podemos distinguir claramente entre dos cosas. El primero solo tiene aspectos positivos: es el tipo de amor que da. Este amor se manifiesta a través de un intercambio directo con alguien o mediante un sentimiento general de compasión, compartiendo con otros lo que sea que uno tenga. También aparece como un gozo empático, lo que significa que estamos felices aún con cosas que no tienen nada que ver directamente con nosotros, simplemente porque consideramos que son significativas. Y finalmente, con este tipo de amor estamos equilibrados: sabemos que todos tienen la naturaleza búdica, sin importar cuán oculta se encuentre esta luz clara.

El otro tipo de amor –el malo– no tiene lugar aquí y ahora, sino que sucede en el pasado o en el futuro. No libera a los demás, sino que los limita y los confina. Este tipo de amor no puede regocijarse si la pareja aprende y se desarrolla, sino que se preocupa de que él o ella se esté volviendo más inteligente que nosotros y que pueda huir pronto. Debemos realmente asegurarnos de deshacernos de este amor celoso, de mente estrecha, envidioso y expectante, en el momento en que lo veamos aparecer. El control restrictivo no es beneficioso para nadie. Debemos dar libertad a las personas y dejarlas ir. Si vuelven, es porque encuentran su lugar a tu lado; si se van para siempre, serán más felices en otro lugar. Todo lo pegajoso y lleno de expectativas no es bueno. Todo lo liberador sí lo es.

¿Qué deberíamos hacer para lidiar con el apego?

Respuesta de Lama Ole:

El Buda dio dos consejos en relación con el apego y Karmapa agregó otro remedio especial. En el nivel más alto y absoluto –dentro del linaje del Tantra Madre– el Buda aconseja trabajar en particular con la fase de disolución. Esto significa que uno procura hacer corta la fase de construcción al meditar, y permanece por largo tiempo en la fase de disolución. En la meditación del VIII Karmapa, también existen antídotos especiales para el apego.

En el nivel práctico del día a día –y para las personas que están motivadas principalmente por fuertes deseos– el Buda nos aconseja pensar mucho en la impermanencia, para que no nos atemos demasiado al mundo de los fenómenos. En segundo lugar, debemos compartir todo lo bueno que experimentemos con todos los seres, porque aquellos cuya emoción predominante es el deseo, experimentan muchas cosas maravillosas y llenas de riqueza. Debemos llevar siempre con nosotros una sensación interna que diga: “¡Quiero mostrar esto a otros!”

Si utilizas los diferentes niveles de esta manera, obtendrás buenos resultados. Lo más importante es entender que el pensamiento no estaba aquí antes, que mañana se habrá ido y que no tiene que molestarte hoy: como las olas en el océano que van y vienen.

¿Cómo podemos estar seguros de que la alegría que experimentamos no es una dependencia fuerte?

Respuesta de Lama Ole:

Podemos examinar el nivel en el que se manifiesta la alegría. Si consiste en tener algo y luego se detiene en el momento en que no lo tenemos, entonces la alegría constrictiva y desagradable.

En realidad podemos disfrutar cualquier cosa, mientras no tengamos un problema una vez que se haya ido. Si el placer se vuelve lo suficientemente fuerte, entonces rompe los límites del ego. Uno puede entrar en él a través del ego y descubrir algo que es mil veces más grandioso que cualquier cosa que haya conocido antes. Mientras no nos domine, podemos disfrutarlo sin miedo. Como dijo una vez un viejo maestro: “Ya que todo es un juego de la mente –al fin y al cabo– podemos también disfrutarlo”. De lo que él estaba hablando, es de la vida misma.

A veces los hombres se vuelven bastante dependientes y apegados a mí, aun cuando solo quiero ser amistosa. ¿Cómo debería manejar esto?

Respuesta de Lama Ole:

Lo mejor es explicarles lo fantástico que sería compartir algo en muchos niveles, tener un hermano o un amigo. De esta manera, los apartas de los apegos sexuales. En particular, uno debería decirles: “Lo que estás buscando en mí está dentro de ti ¿Por qué no tratas de meditar un poco?” 

Simplemente medita una y otra vez en el nivel de la más alta sabiduría, y haz que las personas tomen conciencia de su fuerza y ​​potencial. Si las personas quieren algo que no pueden obtener, si quieren algo de una manera que no es saludable, es mejor enviarlos a otro lugar. Es mejor usar las energías y ayudarlos a ser independientes. Así, pueden trabajar juntos más adelante.

¿Cómo puedo disolver las inhibiciones sexuales y la timidez?


Respuesta de Lama Ole:

Aconsejo a las personas que vean el cuerpo como una herramienta para dar gozo a la otra persona, y para saltar de lleno a la experiencia. Vale la pena centrarse completamente en la pareja y no pensar en uno mismo. Ambos en la pareja pueden hacer esto.

El hombre puede estar feliz por el gozo que le da a la mujer. Y la mujer puede disfrutar del poder que ella activa en el hombre. En cuestiones del amor, siempre es mejor seguir a quien esté experimentando el sentimiento y el gozo más altos. Si es el hombre quien está experimentando algo más intensamente, entonces la mujer puede fundirse emocionalmente con él. Y si es la mujer la que tiene una experiencia más intensa, el hombre puede sumergirse en su experiencia y estar feliz de poder darle tanto. Es como un buen encuentro entre amigos cercanos: deja que el mejor narrador hable. Simplemente elegimos el mejor viaje.

¿Cuál es la mejor forma de manejar la sexualidad?

Respuesta de Lama Ole:

Trata de ver tus emociones y tu cuerpo como herramientas para beneficiar y ayudar a otros. En realidad, podemos alcanzar la mente de otras personas a través del gozo físico. Esto les da libertad y la oportunidad de experimentar su propio poder y cualidades. El amor es como una iniciación en la que sacamos a relucir la riqueza y la belleza mutuamente.

En el pasado, la gente veía la sexualidad como algo separado de la mente y que sólo pertenecía al cuerpo. Creo que es exactamente lo contrario: la sexualidad tiene algo que ver con nuestra totalidad, con nuestro comportamiento y con toda nuestra experiencia. 

¿Es correcto decir que el deseo debe estar presente para un renacimiento humano? Y si no transformamos nuestros sentimientos de deseo, ¿seguiremos renaciendo como seres humanos?

Respuesta de Lama Ole:

Eso es básicamente cierto, siempre y cuando no hagamos nada realmente dañino. Si llevamos a cabo muchas acciones negativas en nuestra vida o si somos muy mezquinos con el dinero, es muy probable que renazcamos en África, Sudamérica o lugares como esos. Igualmente, si hemos sido codiciosos pero también generosos, podríamos renacer en Norteamérica o Europa. Pero los buenos lugares se están achicando, mientras que los malos están creciendo.

Es inteligente aprender a desarrollarnos. Y lo hermoso de la práctica budista es que no necesitamos cambiar o destruir nuestros deseos o apegos. Solo tenemos que aprender a cambiar de dirección toda la energía de nuestro deseo. En este momento, esta energía se enfoca en parejas atléticas, dinero y vacaciones. Ahora, solo necesitamos dirigirla hacia la liberación y la iluminación. El deseo es una fuerza muy positiva si uno sabe cómo transformar los apegos aferrados y limitantes en un deseo liberador e iluminado. No tienes que dormir al tigre, puedes montarlo. Amarras al tigre a la parte delantera de un arado y lo diriges en la dirección que quieres ir. En otras palabras, usamos el poder inherente a las emociones perturbadoras, aunque esto quizás no sea tan fácil.

En algunos casos, es útil relajarse y simplemente evitar las situaciones más difíciles con las que solemos enojarnos demasiado. Es sabio experimentar todo como un sueño. Piensa: “la emoción no estaba aquí hace cinco minutos y desaparecerá dentro de otros cinco minutos. Si me involucro con ella ahora, solo me meteré en problemas”. Pero lo más importante es hacer uso del poder y darle la vuelta. Esto es exactamente lo que hace un luchador: toma el poder de su enemigo y lo usa contra él.

¿Existen directrices en el budismo con respecto a la sexualidad?

Respuesta de Lama Ole:

Con respecto a la sexualidad, el Buda dio enseñanzas en tres niveles. Para aquellos que tienen dificultades con su vida sexual –por ejemplo, las personas que se deprimen durante un orgasmo y sienten que están perdiendo algo, o para las personas que tienen problemas con las relaciones–, el consejo del Buda es convertirse en monje o monja. Esto congela el problema y mantiene todo fuera de sus vidas, pero no conduce a la alegría ni a la felicidad. Sus problemas obviamente están arraigados en vidas anteriores, en las que no pudieron construir nada bueno con los demás.

Luego está el nivel de la persona laica promedio, donde uno ve el cuerpo como una herramienta para dar gozo y felicidad a la pareja. La parte masculina se ve como un diamante y la parte femenina como una flor de loto, y una pareja trata de darse tanta felicidad como sea posible.

Luego, está el tercer nivel de los realizadores. Éstos están vinculados, sobre todo, a su visión. Los monjes y monjas están comprometidos a evitar el sufrimiento; los laicos están comprometidos a usar sus habilidades, y aplicar la sabiduría y la compasión en la vida cotidiana; y los yoguis están comprometidos con su visión –es decir– ver constantemente todo en el nivel más alto y puro, y siempre experimentar el más alto gozo. En este nivel, si somos capaces de ver algo puro en cada ser humano, nuestra vida sexual puede ser una herramienta para crear un gozo enorme. Si sucede en el nivel de la pureza, si nos respetamos unos a otros, si nos experimentamos a nosotros mismos y a los demás en un nivel más allá de lo personal, entonces las energías iluminadas pueden moverse y aprendemos algo en el proceso. ¡Es totalmente maravilloso!

Por supuesto, hay grandes diferencias entre estos niveles. Solo un cuarto de hora de lucha libre con una botella de vino en el estómago, no es algo que yo haría o recomendaría a otros. Esto solo causa problemas. Por otro lado, es muy bueno si pueden compartir el tiempo juntos de manera consciente y darse gozo mutuo. Esto es llamado detong en tibetano y “espacio y gozo inseparables”, en español. Luego mantengan este estado e irrádienlo hacia el espacio como una fuente constante de gozo –como una fuente de gozo más allá de lo personal– que irradia hacia todos los seres. Si logran hacer eso, pueden llevar grandes cantidades de bendiciones y mucha inspiración al mundo. Pueden ayudar a muchas personas a descubrir su propio potencial y fortaleza.

¿Cómo se puede utilizar la sexualidad para la práctica de la meditación?

Respuesta de Lama Ole:

El objetivo de un meditador es tener un control de su cuerpo igual al que tiene un piloto de carreras de su automóvil. Es decir, nos volvemos capaces de dirigir las energías en la forma y dirección que elijamos. Sin embargo, solo aquellos que han tenido muchos logros pueden hacer esta práctica. Es necesario entrenar, aprender a experimentar las cosas de una manera más allá de lo personal y desarrollar poder meditativo.

Si observamos la sucesión de prácticas, las enseñanzas de la unión tántrica vienen después de la práctica del “calor interno”, donde uno puede sentarse en la nieve y derretirla. Para hacer esto correctamente, uno debe ser capaz de empujar las energías hacia abajo, sostenerlas y hacerlas cambiar. Hay una broma de los yoguis que dice que, si un hombre realmente ha logrado esta práctica, puede absorber agua mezclada con la leche a través de su pene y luego liberar el agua y la leche nuevamente por separado. No sé hasta dónde esto es cierto, pero –en cualquier caso– la práctica es realmente muy difícil.

La razón por la que no hablamos mucho sobre las prácticas de unión sexual no es por mojigatería. Desde el punto de vista budista, el cuerpo no es sucio ni pecaminoso. Es una herramienta, un templo de energía donde la iluminación puede suceder. Pero una explicación de por qué las prácticas en unión no se mencionan a menudo, es que muchas personas tienen dificultades con la sexualidad. Si hablamos sobre las energías del cuerpo, las energías sexuales y el trabajo con ellas, las personas a menudo comienzan a pensar en sus anticuados conceptos cristianos o islámicos, donde se considera la sexualidad como algo sucio y malo. Crean dualismos.

Las prácticas en unión generalmente se mantienen en secreto por el propio bien de las personas, porque simplemente no pueden entender la joya que tienen en sus manos. Si aún tenemos esperanza y temor, aferramiento y repulsión –pero queremos mantenernos bajo control y no desarrollar sentimientos perturbadores– es mejor mantenerse al margen. Solo cuando podemos relacionarnos en un estado de dar y recibir y cuando buscamos desarrollarnos mutuamente –solo entonces– la práctica de la unión tántrica se vuelve útil. Solo cuando uno experimenta todo como un sueño y puede ver a ambos practicantes como formas de energía y luz, tiene sentido invocar los campos de poder e intercambiar energías.

En términos generales, es así: utiliza tu cuerpo como una herramienta para dar alegría a los demás y evitar causarles sufrimiento. Tampoco debes destruir la alegría que se experimenta al hacer el amor con ideas sobre cómo debes hacerlo. Disfruta, sé bueno con tu pareja y todo lo demás evolucionará gradualmente.

En el budismo, el nivel máximo de comprensión profunda se llama detong, que significa la inseparabilidad de la alegría y el vacío. Eso significa que permaneces en un estado de gozo y éxtasis. Mantienes este estado sin interrupción y estás en control total de él. Pero no es un estado personal. Tú irradias en el espacio, lleno de alegría. Tan pronto como tocas algo, comienza a irradiar también. En este estado no se experimenta que una persona esté haciendo algo por otra. Más bien, algo sucede en el espacio abierto. Intenta mantener este nivel todo el tiempo, al hacer el amor también. Experiméntalo como la iniciación más alta y no como una cosa pequeña que solo quieres conservar para ti. Entonces será un encuentro lleno de la más alta verdad y las más bellas joyas. Mantén esto presente y luego irradia sobre todas las cosas.

¿Es la sexualidad la única forma de unir los principios masculinos y femeninos?

Respuesta de Lama Ole:

Es mejor si todo lo masculino y femenino básicamente te inspira. Te mueves a través del espacio y percibes –a la apertura en sí misma como el principio femenino. De la misma manera, experimentas el gozo como el principio masculino. Te abres hacia todas las cualidades y al potencial inherente de todos quienes se cruzan en tu camino. 

En el nivel personal, distinguimos cuatro tipos de relaciones, según la manera en que las personas reaccionan entre sí: una mujer puede ser madre, hija, hermana o amante. No todas personifican todos los tipos. Con los hombres también existen diferentes tipos: padres, hijos, hermanos, y los hombres que a una dama le gustaría llevarse a casa de inmediato. Así, hombres y mujeres pueden complementarse y encontrarse de diferentes maneras.

En general, debemos tratar de dejarnos inspirar por todo el espectro de la experiencia.

Al principio, podrías pensar principalmente en relaciones sexuales y ese tipo de intimidad. Pero luego descubres que una relación con menos deseos podría ser aún más fuerte, y a la larga, más beneficiosa.

Sin embargo, el tipo de encuentro también está sujeto al grado en que se ha desarrollado la masculinidad o feminidad. Hay personas que son muy masculinas o femeninas, y por lo tanto, necesitan parejas para encontrar su equilibrio. Por ejemplo, cuando no estoy con una mujer por un período largo, voy por ahí dando vueltas como un tanque: olvido afeitarme y termino siendo demasiado rudo.

Lo mismo es cierto para algunas mujeres que son muy femeninas: si no hay hombres alrededor, solo hablan de sombreros y niños durante días, y nada más sucede. En estos casos, los hombres y las mujeres se necesitan mucho.

También están los tipos de personas que son menos extremas. Tienen algunas cualidades femeninas y masculinas, un poco de ambas. Estas pueden estar bien sin una pareja.

Siempre tengo fuertes dudas de mí mismo. ¿Me podrías dar un consejo para esto?

Respuesta de Lama Ole:

La causa para dudar de uno mismo está enraizada en las visiones erróneas, es decir, en la propia forma de pensar. Significa que estás poniendo la carretilla delante del caballo. Debes crear una distancia de la actitud “uno u otro” y elevar lo que es relativo y condicionado al nivel de lo absoluto.

Comprende que el más alto gozo es la más alta verdad y que todo el mundo se beneficia de todo lo bueno que sucede en todas partes. Intenta no sentirte separado de la totalidad y siempre desea la felicidad a todos los seres. Si te está yendo mejor, entonces a los otros también les irá mejor. Y si te sientes bien, también puedes hacer más por ellos.

Si la duda en ti es de naturaleza intelectual, es mejor usar mantras. Los mantras son como una película de aceite sobre la cual las emociones perturbadoras patinan en todas las direcciones y luego desaparecen. Los mantras protegen tu mente de sus neurosis y así se pueden desarrollar experiencias y alegrías profundas. Mírate: tienes una cara, dos brazos, dos piernas y te gustaría tener felicidad como todos los demás. Este es un juego completamente abierto. Trata de hacer todo lo posible para ser feliz, y lo que no es posible hoy tal vez lo sea mañana.

Aquellos que piensan que tienen problemas deberían leer un periódico internacional todos los días durante una semana y compararse con lo que está sucediendo en el mundo –por ejemplo, con lo que ocurre en África a diario–. Entonces las propias dificultades se ponen en perspectiva y pierden peso.

¿Podrías decir algo sobre aquellos propensos al deseo, la ira y la confusión?

Respuesta de Lama Ole:

La mayoría de las personas tienen un poco de todo: orgullo, celos, deseo, confusión e ira. Algunos ven algo y notan muchas cosas que les gustan, y tal vez algo que no les gusta. Estos son en su mayoría propensos al deseo. Otros ven de inmediato muchas cosas que no les gustan, y tal vez una cosa que les gusta. Así que son en su mayoría propensos a la ira. Y otras personas no tienen claro qué les gusta y qué no les gusta. Estos son los propensos a la confusión.

Algunos, por ejemplo, son propensos en un comienzo al deseo, porque tienen una necesidad física de amor. Luego, cuando el cuerpo está contento, la vieja ira puede aparecer y comenzar a encontrar muchas fallas en la pareja. De hecho, vemos esto a menudo: una hermosa luna de miel y después la gente se grita.

Yo mismo soy puramente propenso al deseo. Mi mente funciona de forma tal, que entiendo los errores de los demás como programas erróneos que se están descartando. Me olvido de casi todos los errores. Y cuando nos encontramos la siguiente vez, los saludo con alegría porque he olvidado los problemas del pasado. Pero si alguien ha hecho algo bueno, lo recuerdo muy bien, y me gusta preguntar sobre las experiencias.

Hay propensos a la ira que critican todo. Sin embargo, como saben exactamente lo que no les gusta, se aferran a esto menos de lo que lo harían otros. Así es como progresan rápidamente. Conozco a una mujer así que tuvo un progreso asombroso con su meditación. Los propensos a la ira tienen que aprender de situaciones en las que siempre se enojan o piensan que deben protegerse. Necesitan un marco protegido donde no sean atacados, y así puedan abandonar su actitud defensiva. Necesitan espacio a su alrededor para ver cómo son realmente las cosas y cuán hermoso es el mundo en su verdadera naturaleza. Entonces, descubren su riqueza y pueden dejar que toda su fuerza, amor y excedente jueguen libremente. La mayoría terminan con los nyingmapas; sus enseñanzas están dirigidas hacia eso.

A los propensos al deseo les gusta todo. En lugar de avanzar de una manera enfocada y lineal, se arrojan completamente hacia las cosas y progresan de esta manera. Tienen que aprender a reconocer la diferencia entre las cosas impermanentes y permanentes. La mayoría terminan siendo kagyus.

Los propensos a la confusión a menudo tiene que tomar el camino del pensamiento. Progresan paso a paso a través de una comprensión cada vez mejor y más clara, nivel por nivel. La mayoría terminan con los gelugpas.

Las diferentes escuelas funcionan más o menos de la siguiente manera. Para los nyingmapas, la visión desde arriba es lo más importante: al volar a través de un lago –por ejemplo, para obtener una visión general de éste– uno obtiene una comprensión del lago. Con los kagyupas, la experiencia directa es lo más importante: uno salta al lago y nada, sintiendo el agua en el cuerpo. Para los kagyupas todo está muy unido, como en una familia. Y para los gelugpas, el análisis y la comprensión son esenciales: el enfoque es llevar una muestra del agua del lago al laboratorio para ver qué hay dentro.

No podemos decir que un enfoque es bueno y otro malo. Una escuela es buena para algunos y otra escuela es buena para otros. Si uno sigue el camino correcto, alcanzará la meta. Y cuando uno se ha convertido en un buda, entonces desaparece la diferencia en cuanto a cuál camino uno tomó. Es solo una cuestión de cómo subir; cuando uno ha llegado, ya no hay diferencia.

¿Cómo podemos deshacernos de la indecisión?

Respuesta de Lama Ole:

Piensa en la interconexión de todo –que no estás separado realmente de los demás–. Si quieres ser útil para los demás, haz el fuerte deseo de darles lo que necesitan. Entonces, harás lo correcto de manera espontánea y sin esfuerzo, sin pensar que ahora estás haciendo esto por otra persona. Este es el objetivo.