Si tenemos la sensación de que energías perturbadoras o fantasmas vienen a nosotros, ¿qué tanto podemos confiar en esta sensación? ¿Por qué vienen y qué podemos hacer para prevenirlo?

Respuesta de Lama Ole:

Si llegas a algún lugar y tienes una sensación extraña, primero debes chequearte a ti mismo. ¿Te levantaste del lado equivocado de la cama? ¿Es tuyo el mal viaje? Pero si estás seguro de que te sientes bien, y aún tienes siempre la misma sensación extraña en un lugar determinado, entonces puede haber algunas energías perturbadoras allí a las que tienes apertura, o con las cuales tienes una conexión.

El mejor antídoto contra esto es en realidad la compasión. Si vienen a molestarte y tienes compasión, ellas experimentarán esto como un olor desagradable. No podrán soportarlo y se irán de nuevo. Y si vienen porque necesitan ayuda, entonces la recibirán de esta manera.

También es excelente hacer buenos deseos: “Que tengas una gran felicidad y que todo el sufrimiento te abandone”, o algo así. Si haces esto, realmente puedes hacer mucho bien. Ellos realmente son capaces de saber lo que haces y lo que piensas, por lo que puedes hacer algo por ellos si tienes esta apertura. Pero también debes saber que no puedes confiar en ellos. Los seres no se vuelven más sabios cuando están muertos. No puedes depender de ellos. Solo puedes confiar en seres que han superado el concepto del ego y que piensan más en los demás que en sí mismos. Con los otros, puedes meterte con un verdadero Mefistófeles, como en Fausto. Puedes tener dificultades reales allí.

Es por eso que en el budismo solo trabajamos con los protectores que tienen un ojo de sabiduría en sus frentes. Ese es el signo de que son bodhisattvas, quienes solo trabajan por el beneficio de los demás.

Entonces, si experimentas energías perturbadoras, deséales todo lo bueno, pero no te involucres con ellas y no les hagas promesas.

¿Qué deberíamos hacer si una persona difícil aparece en nuestro centro budista y causa mucha perturbación?

Respuesta de Lama Ole:

Si alguien está realmente molestando a los demás y no quiere aprender nada, entonces deben tratar de deshacerse de él. Pueden verificar si hay otro grupo en el que encajaría mejor y enviarlo allí. Si eso no funciona, deben dejarle en claro que ya no debería regresar.

Las personas obtienen muchas malas impresiones en sus mentes cuando se comportan agresivamente y perturban el centro. Todo lo que una persona hace en el centro tiene un efecto poderoso a nivel interno y externo. Uno tiene grandes oportunidades para acumular mucho beneficio, pero si uno es malhumorado y siempre lleva la contraria en todo, puede acumular mucha negatividad, la cual le causará más sufrimiento. En ese caso, es mejor mantenerse alejado.

Si uno quiere aprender algo, entonces va al centro con una actitud abierta y a través de su confianza en el Buda, las dificultades desaparecen. Pero el deseo de cambiar debe estar, de lo contrario no funciona. Hay suficientes personas capaces que están entrenadas y reciben un pago para atender los casos difíciles.

Las cosas esotéricas están de moda ahora y muchas personas están metidas en esto, dicen que ven auras y conocen ángeles, y así. ¿Qué piensas de esto?

Respuesta de Lama Ole:

Los daneses somos famosos por nunca haber tenido un gobierno fuerte o personas realmente grandes o famosas, porque siempre que alguien se hizo muy grande, todos comenzaron a reírse de ellos. Esa gran carcajada aplana todo y las personas mas talentosas tuvieron que dejar el país en algún punto. No estoy hablando de mí, me gusta estar en Dinamarca…

En algún punto, decidí de forma totalmente abrupta que hay dos formas de espiritualidad. Hay personas que pueden manejar sus vidas, que se encargan de lo que es necesario y casi todo funciona como debería ser. Un día, descubren que trabajar en una fábrica de margarina por cuarenta años, jubilarse con un bonito discurso y ser enterrado 10 años después con un discurso aún más bonito, no puede ser todo lo que una vida humana tiene para ofrecer. Y entonces, con base en una vida práctica, empiezan a desarrollar habilidades y cualidades más profundas. Lo que estas personas experimentan –personas que tienen control de su vida, que permanecen allí fuertes, que no tienen nada que probar ni de lo cual excusarse– en eso puedes confiar. Puedes creer en lo que estas personas dicen.

Luego está el otro tipo de personas “espirituales”. Siempre que tienen que afrontar un reto, meten sus cabezas y no hacen nada. No lo pueden manejar; no lo pueden hacer; no tienen el coraje ni la resistencia. Y entonces se retiran del mundo y crean su propio universo dulce que nadie más puede examinar realmente. No confío en absoluto en lo que ellos experimentan.

Realmente me fijo en lo que las personas logran, como se sostienen así mismas, y si uno puede contar con ellos. Si pienso que ellos se respetan así mismos, que hacen lo que dicen, y están por encima de los juegos infantiles, entonces confío en lo que dicen.

Pero si las personas huyen de los retos del mundo, me mantengo lejos de ellos. Si las personas son muy santas y no usan la ironía consigo mismos, si son incapaces de reírse de sí mismos y son de alguna manera poco claros y dulces; si las cosas no se entienden completamente y no se expresan claramente, entonces todo mi cabello se pone de punta y pienso: “¡Sal de ahí!” Porque lo considero poco saludable.

Tengo un círculo de amigos muy cercanos con los que estoy muy conectado, pero ahora me doy cuenta de que tengo que alejarme de ese grupo. ¿Cómo puedo disolver esa conexión de buena manera?

Respuesta de Lama Ole:

Lo mejor es pensar que todos se benefician más de esta manera. Puedes pensar: “Si ellos me perturban, también tendrán mal karma, y solo podré ayudarlos después de tomar un poco de distancia”. Solo tienes que justificarlo ante ti mismo. A ellos, puedes decirles algo que pueda tomarse como una razón desde el punto de vista emocional, y luego te alejas alegremente. Cuanto más inconsistente sea la explicación, más obligados se verán ellos a examinar su propia situación.

Si llegas con una explicación grande y extensa, como un índice con varios puntos, con “porqués” y “por lo tantos”, podrán abordarlo a nivel conceptual. En cambio, lo mejor será decir algo como: “Suele dolerme la cabeza cuando estamos juntos” –algo totalmente sutil y femenino–. Entonces, ellos comenzarán a preguntar “¿Por qué?”, pero ya no podrán encontrarte en ningún lugar.

Ellos se quedarán con una sensación que los carcomerá y se preguntarán: “¿Qué fue eso? ¿Por qué dolores de cabeza? ¿Por qué habríamos de darle dolor de cabeza a alguien?” De esa manera, los dejas con algo que los hará escarbar en indagar por largo tiempo. Entonces, les habrás dejado un buen regalo. Habrás puesto algo en marcha en ellos.

¿Podrías decir algo acerca de tu experiencia con las drogas?

Respuesta de Lama Ole:

En los sesentas, las drogas tenían una función diferente de la que tienen ahora. El horizonte espiritual estaba dos centímetros por encima de la torre más alta de Copenhague –no más que eso–. Teníamos cabezas completamente cuadradas. Nos hubiéramos vuelto aún más materialistas que nuestros padres. Bebíamos mucho y teníamos tres o cuatro peleas a puños cada semana porque la presión era muy alta. No teníamos un plan para nuestras vidas –carecíamos de visión.

Las drogas nos hicieron mas humanos. Pero quizás el ochenta o noventa por ciento de los amigos de Hannah y míos de aquel tiempo hoy están muertos. Pagamos un precio alto. Pero así es para los que luchan al frente: son arrasados. Luego, los siguientes vienen y toman el control de la tierra que los primeros conquistaron. No hay duda de que todo nuestro ambiente espiritual y nuestra apertura son mucho mas grandes hoy gracias a que la gente valiente en los sesentas pasó a través de los conceptos extendidos de esos tiempos –porque tuvieron suficiente confianza en el espacio para hacerlo.

Pero hoy las drogas son un sombrero viejo. Son completamente ridículas. Cuando nosotros tomamos drogas, éramos la vanguardia, lo mejor de la sociedad, quienes las tomaron para hacer nuevos mundos accesibles. Hoy chicos desadaptados las toman para cometer suicidio lentamente. Las drogas ya no son lo máximo.

Parece que cada droga tiene un período en el cual activa muchos karmas. Por ejemplo, si miramos fuentes antiguas acerca de la conquista de las Américas, el tabaco era un alucinógeno cuando llegó por primera vez a Occidente. Las personas que usaban tabaco eran a menudo representadas vomitando. Sobre sus cabezas había pequeñas burbujas de pensamiento con todo tipo de extrañas cosas pasando. Esas personas alucinaban por completo. Ahora el tabaco solo es malo para los pulmones.

Eso significa: mantente alejado de las drogas. Ya no son buenas. Mi generación se mató con las drogas. También esa es la razón por la que hoy los japoneses ensamblan semiconductores y no los europeos o los americanos. Toda una generación aquí y en América, que debió haber hecho esto, ya no está. Por eso Asia del Este tomó la delantera. Suprimieron el uso de las drogas; no les dieron a sus jóvenes esa libertad.

¿Cómo funcionan las drogas desde el punto de vista budista? ¿Las cosas que uno experimenta son reales?

Respuesta de Lama Ole:

Las drogas en su conjunto no son recomendadas. La base para las fuertes experiencias que ellas ofrecen no es la droga en sí. La base es la mente. Las experiencias surgen de nuestra mente. No existe una droga que pueda brindar felicidad. La única cosa que una droga puede hacer es comprimir en un período muy corto de tiempo, la felicidad que hubiéramos tenido en un período largo. Luego, después de un tiempo, uno queda sin nada y las malas experiencias llegan.

En Copenhague en 1963, había tal vez veinte o treinta personas en nuestro grupo de amigos. Hoy quedamos cinco y dos o tres de ellos llevan las cabezas bajo sus brazos. De aquellos que sobrevivieron, solo un puñado funciona normalmente. Las pérdidas por las drogas son simplemente muy altas. Realmente no las recomiendo.

Ni siquiera usaría el hachís, la mas suave de todas ellas – ni tampoco tomaría mucho alcohol. Lo mejor que tenemos es nuestro entendimiento claro y las habilidades internas de la mente. Yo confiaría en eso. Esa es la mejor droga ¡Otra droga es una mujer hermosa! O un hombre fuerte. El amor también es una excelente droga.

Si uno cae en estados de confusión después de consumir drogas, ¿es solo debido a las drogas o también hay que tener una predisposición para ello?

Respuesta de Lama Ole:

Realmente debe haber ahí un anillo y un gancho. Soy de los años sesenta y tuve mucha experiencia con las drogas. Presenté mis exámenes en la Universidad de Copenhague y, antes de conocer el budismo, me interesaron mucho todas las posibilidades que hay para conocer la mente.

Bien, la luz clara que uno ve con el LSD es realmente genial, o poder dejar el cuerpo y todo eso. Pero gradualmente descubres que en realidad no son las drogas las que te hacen feliz. La felicidad que podrías haber experimentado en medio año, se comprime en ocho horas. Cuando lo has hecho unas cuantas veces, en algún momento, llegan las cartas de advertencia del banco: “¡Sobregiro! ¡Sobregiro!” y la alegría y el significado se van; entonces el miedo y la confusión toman su lugar.

Si has consumido drogas, entonces ese es el contexto con el que puedes trabajar. Te desarrollas más a través de la meditación, la cual sienta las bases para todo lo que está más allá. Pero si no has tomado drogas, no necesitas hacerlo ahora.

No estoy diciendo que el LSD no se deba utilizar. Debería estar disponible para que los psicólogos lo usen en casos de miedo extremo a la muerte. En realidad, en tales casos, las dosis mínimas de 25 microgramos pueden hacer un “clic” para que el miedo desaparezca. Creo que el LSD debería estar disponible como una herramienta, como un medicamento en manos de buenos psicólogos, quizás incluso también para los lamas, si tienen tiempo. Pero no debería estar disponible para que simplemente todos se llenen la cabeza con él. Eso no es bueno. Si logras un desarrollo sin drogas, si tienes éxito con tu propia fuerza a través de la meditación, es mucho más efectivo. Estableces algo permanente. Si consumes drogas, primero subes y luego chocas de nuevo; tienes muchos viajes de yo-yo de los que puedes hablar más tarde, pero no tienes una experiencia duradera. Con la meditación, pones una piedra encima de la otra. Dondequiera que estés en tu desarrollo, es ahí donde realmente estás.

¿Piensas que personas como Aldous Huxley –que pensó mucho acerca de la filosofía, probó muchas cosas diferentes y también experimentó con drogas– pudieron encontrar su propio camino hacia la iluminación?

Respuesta de Lama Ole:

De hecho, Aldous Huxley tenía dos lados. Fue extremamente dotado, pero en varios niveles era bastante inmaduro. Toda la familia Huxley fue brillante. Es una lástima que sus genes se extinguieran porque, como muchas otras personas inteligentes, olvidaron reproducirse.

Por un lado, Aldous Huxley era un humanista y por el otro tenía un entendimiento de la percepción. Hay mucha sabiduría en sus libros. También lo que su esposa, Laura Huxley, dijo acerca de su muerte es muy bueno: mientras estaba muriendo, ella percibió su voz haciendo eco mas allá en el espacio. Al menos llego a un nivel muy alto de consciencia. Pero si no hubo gancho para el anillo, es incierto si él fue a una tierra pura. Es mas probable que hubiera ido a un buen reino.

Es muy difícil entrar a una tierra pura a través del poder propio. Uno necesita el refugio y una conexión con un buda.

¿Cómo afectan las drogas la mente?

Respuesta de Lama Ole:

Con excepción del LSD, la psilocibina, la mescalina y unas cuantas drogas similares del Amazonas, las drogas tienen el efecto opuesto de la meditación. Las drogas te muestran las experiencias que hay en la mente; la meditación te muestra la mente misma. Las drogas dispersan la mente; la meditación la centra. Tomar drogas y meditar no es compatible.

El alcohol –con lo estúpido y poco espiritual e inspirador que es– de hecho es mejor, porque no te hace escurridizo. Actúas estúpidamente, pero estás consciente de ello y te disculpas más tarde –las personas entienden y todo termina.

Pero el hachís es diferente. Te vuelve escurridizo como una anguila. Tú volteas las cosas para complacerte. Te haces más viejo, pero no más sabio. Yo mismo fumé mucho –casi todos los días durante nueve años de mi vida–. En los sesentas, creíamos que podía ser útil. Realmente pensábamos eso. Teníamos a Leary, Alpert, Huxley –todos los mejores cerebros del momento que decían eso.

Pero mi experiencia con drogadictos es que me vuelvo intranquilo cuando estoy con ellos. Siento que lo que estoy haciendo no es comprendido. Si estoy con personas que beben, intento decirles algo. Pero con personas que fuman hachís, prefiero leer el periódico porque tengo el sentimiento de que cualquier cosa que diga no será entendida.

Aconsejaría a las personas que quieren meditar que dejen de fumar hachís ¡Es mas barato aprender a meditar! Y después de un tiempo, es al menos igual de agradable. Pero es más difícil. Tienes que construirlo con tu propia fuerza. Por otro lado ¡Te puedes parar firmemente sobre lo que tú mismo has construido!

¿Cómo debemos tratar con las personas que acaban de llegar a nuestro centro budista y que tienen problemas con el alcohol o las drogas?

Respuesta de Lama Ole:

Yo no empezaría una gran discusión sobre esto en el centro. La gente solo puede asistir si no está consumiendo, luego obtendrán lo que quieren. Pueden pasar toda la noche hablando con alguien que tiene problemas de drogas o alcohol; él entenderá todo a profundidad y a la mañana siguiente, cuando la droga ya no tenga efecto, no recordará nada. Pagamos impuestos para que las instituciones cuiden a las personas con estos problemas. Quienes vienen a nosotros deben ser capaces de meditar y deben querer hacerlo.

No somos trabajadores sociales. Si lo fuéramos, nos desgastaríamos y no tendríamos nada que ofrecer a quienes tienen excedente. Entonces, si alguien se emborracha una vez, podemos soportarlo porque es un amigo. Si fuma marihuana una vez, tampoco es un gran problema. Pero las personas con problemas permanentes no pertenecen al centro.

¿Cómo podemos ayudar a un amigo que se ha metido en un gran problema? No es consciente de lo que está haciendo y rechaza todo buen consejo que le ofrecen los demás.

Respuesta de Lama Ole:

Hay formas directas e indirectas de trabajar con esto. Podemos decirles directamente: “Oye, ¿sabes lo que te estás haciendo a ti mismo?”, y nos mantenemos lo más firmes que podamos. Además de eso, hacemos deseos a los budas y decimos: “Por favor, antes de que consuma todo su capital, denle un buen golpe en la nariz, rápido y duro, para que se dé cuenta de que no es una buena idea y pueda salir de esa”. Tenemos buenas experiencias con Tara –el principio búdico femenino– en situaciones como estas. Ella puede ayudar de forma maternal. Mahakala podría ser un poco rudo aquí, pero también podemos recurrir a él.

Yo haría deseos para que esa persona se meta en dificultades rápidamente para que pueda detenerse pronto, en lugar de que se torturen durante un largo tiempo. Porque mientras más sigan así, más fuerza perderán y más se meterán en problemas. Si la gente quiere darse en la cabeza contra la pared, es importante que aquellos que suelen sostener una almohada enfrente, la quiten cada tanto y le digan, “¡Olé!” –porque, cuando duele, la gente puede comenzar a pensar–. Las personas deben confrontarse con sus acciones.

Mi hermano solía trabajar con personas en rehabilitación. Él era muy duro con ellos y provocaba su orgullo. Los trataba como basura, siempre les señalaba su situación y les decía: “Mira dónde estás ahora. Mira lo que te has hecho a ti mismo”. Y en muchos casos, lograba encontrar en ellos una pizca de orgullo y podía decirles: “Vamos, ahora muéstrame cómo puedes hacer las cosas diferente”. Los sacaba de la situación de esa manera. Las malas compañías son como la miel: se pegan a los dedos.

¿Cómo podemos ayudar a los amigos que comenzaron a consumir drogas y se han vuelto arrogantes y excluyentes?

Respuesta de Lama Ole:

Tan solo deberíamos explicarles a las personas que consumen drogas que, aunque se sientan mejor subjetivamente, desde un punto de vista objetivo funcionan peor. Las drogas disminuyen nuestra capacidad de pensar de forma crítica. Aunque objetivamente las capacidades continúan disminuyendo y tienen menos logros académicos, laborales y en la vida, creen que están bien y que se están volviendo cada vez mejores, porque su capacidad de pensamiento crítico disminuye rápidamente.

El ego evita las situaciones en las que podrían haberse desarrollado. Uno siempre puede señalar los hechos de forma muy clara: los exámenes que no aprobaron, el trabajo que no hicieron, las situaciones personales que no pudieron manejar, y así sucesivamente. Tal vez se sientan bien, pero están en su propio sueño. Visto objetivamente, la vida no está yendo particularmente bien para ellos. De hecho, uno solo puede ayudar a quienes consumen drogas una vez que ellos han descubierto que su vida se está yendo por el drenaje.

La razón por la que no permitimos consumidores de drogas en nuestros centros, es porque simplemente es una pérdida de tiempo; tú no estarás hablando con ellos si no con las drogas. Si viene un consumidor de heroína, estará sentimental; si viene un adicto a la cocaína, será brusco y querrá chequearlo todo. Si viene alguien que tomó éxtasis, no entenderá nada. Una persona que tomó anfetaminas, dará tres vueltas alrededor de la mesa y se marchará de nuevo. Un fumador de marihuana se sentará y tendrá muchas emociones, pero a la mañana siguiente no recordará nada.

Como la vida es tan corta y el tiempo es tan escaso, podemos decirles: “Gracias por venir y gracias por irte. Vuelve mañana, cuando puedas entender lo que estamos diciendo”.

¿Siempre tenemos que decir la verdad o podemos mentir para proteger a alguien en ciertos casos?

Respuesta de Lama Ole:

Eso depende del nivel de tu práctica. En el nivel del Theravada –el nivel de causa y efecto, donde el enfoque es más en uno que en los demás– deberías decir siempre la verdad. Aquí es muy importante evitar las diez acciones perjudiciales. Éstas se dividen en tres acciones dañinas del cuerpo: matar, robar y dañar a otros sexualmente. Cuatro acciones dañinas del habla: mentir, calumniar, hablar de manera tosca o dañina y hablar de forma insensata. Y tres acciones dañinas de la mente: ser codicioso, odiar a otros y tener visiones equivocadas.

En el nivel del Mahayana o del Bodhisattva, hay algunas situaciones en las cuales uno puede proteger a otros seres al no decir la verdad. Por ejemplo, si alguien viene corriendo por la calle seguido por quince granjeros armados con horquillas, quienes nos preguntan a dónde fue la persona, entonces no deberíamos decirles la verdad porque esto dañaría a la persona. En el nivel del Gran Camino o Mahayana, de hecho, solo hay tres acciones dañinas de la mente que debemos evitar totalmente: no debemos odiar, ser envidiosos, ni estar confundidos. Con nuestro cuerpo y habla, podemos hacer cualquier cosa para beneficiar a todos los seres de la mejor forma posible.

Hay una buena historia acerca de esto en el libro “The Divine Madman” (El Divino Loco) acerca del famoso yogui tibetano Drugpa Kunley. Su madre era conocida en todo el pueblo como una chismosa. Siempre estaba hablando de otros y creando rumores. Drugpa Kunley sabía que a ella no le quedaba mucho tiempo de vida y que su conducta no le traería experiencias agradables en su próxima vida. Debido a que él amaba a su madre, le aconsejó una y otra vez que aprendiera a meditar, pero no sirvió de nada y ella mantuvo su hábito de chismosear. Un día, Drugpa Kunley corrió por el pueblo gritando a todo pulmón: “¡Acabo de acostarme con mi madre!” –lo cual por supuesto no era cierto–. Cuando esto llegó a oídos de su madre, fue tan vergonzoso que ella no pudo decir nada a nadie. De allí en adelante, ella usó su tiempo para meditar en vez de chismosear, y cuando ella murió Drugpa Kunley fue capaz de llevar su mente hacia un estado de liberación.

Si la motivación es buena, uno también puede mentir en ocasiones. Pero no debería convertirse en un hábito y no debería suceder por debilidad, sino únicamente para proteger a otros.

A veces una relación solo sucede porque la persona se ajusta a nuestros patrones, por ejemplo, porque representan la figura de una madre o de un padre. ¿Cómo debemos manejar esto? ¿Deberíamos tratar de analizarlo o simplemente ignorarlo?

Respuesta de Lama Ole:

En cuanto le ponemos nombre a algo, lo hacemos pequeño. Si decimos “esto es así”, lo definimos y no le damos una oportunidad de ser nada más. De este modo, le quitamos espacio a la situación y la despojamos de todas las demás posibilidades. Es mejor fluir con la situación. Mi consejo aquí sería que ambos vean por sí mismos cuál es la mejor forma de complementarse el uno al otro, cuál es la mejor forma de estar juntos. El análisis es un buen acercamiento para las cosas muertas. Si uno comienza a cortar algo para investigarlo, hasta volverlo pedazos, lo matamos.

Pero una relación siempre está en movimiento y no deberíamos paralizarla. Simplemente apuntamos hacia lo que queremos conseguir. Esto no significa ser deshonestos o no querer ver algo. Pero en cada situación, damos ventaja, damos espacio para que pueda desarrollarse lo mejor. Yo le llamo a esto “verdad dinámica”. Cada persona se enfoca más en las posibilidades que en lo que ya se ha alcanzado. Es como el agua: fluye, ¡está viva!