¿Cómo se sienten las cinco sabidurías?

Respuesta de Lama Ole:

Después de la luz clara de la unión, después del más alto gozo de estar juntos, cuando el mundo resurge del espacio, uno experimenta la sensación de las cinco sabidurías. El mundo es claro, o rico, o cálido y significativo, o muy definido y penetrante, o muy intuitivo. Esto es lo que surge de la luz clara, del gozo. El mundo tiene un sabor, un carácter o una sensación. Tú llevas esto contigo durante el día y lo pasas a otros, y después esto regresa a ti de nuevo. De la misma manera, la mujer que deja los brazos de su amante también se lleva algo con ella. Ella absorbe su poder, su gozo o sus habilidades.

Esto sucede bien sea a través de la unión física, o a través de estar juntos y compartiendo el trabajo o un hogar. Si uno está abierto a esto, realmente puede absorber algo. Vemos y experimentamos el mundo a través de la sabiduría y actividad que damos y recibimos. Un poeta escribe diferente cada vez que tiene una nueva novia porque ella le ha dado algo nuevo.

¿Por qué los hombres y las mujeres frecuentemente sienten que el sexo opuesto no los comprende?

Respuesta de Lama Ole:

Simplemente experimentamos algunas cosas de diferente forma. Por ejemplo, un hombre tiene problemas para darse cuenta de que una mujer tiene un ritmo de 24 horas: si ella no se ha sentido comprendida durante el día, no habrá mucha acción en la noche, no habrá calidez. Con un hombre es diferente. Él puede compartimentar muy bien su día. Durante el día, él puede ser exigente y un tanto seco, enfocado en la supervivencia, mientras que en la noche es agradable y quiere felicidad y amor. Es importante que los hombres sepan que las mujeres experimentan esto del ritmo de 24 horas, y que las mujeres entiendan que el hombre no es un hipócrita, aunque parezca seriamente organizado durante el día y un príncipe enamorado por la noche.

Déjame ponerte un ejemplo que muestra cuán diferentemente se experimentan las cosas. Una pareja sale en la noche. La cena es buena, la película es malísima, pero el sexo es bueno. Al día siguiente, cuando el hombre le pregunta a ella si le gustó la película, la mujer dirá que fue buena, porque ella la ve como parte de un todo. Él luego pensará: “¿Tiene ella tan mal gusto?” Y cuando la mujer le pregunte a él cómo estuvo el día, él dirá: “La película estuvo malísima”, y ella pensará que también se refiere a la cena y al sexo. Así que es bueno saber que experimentamos de distinta forma las cosas. Sean amables el uno con el otro y disfrútense entre sí; este quizás sea el mejor consejo.

¡La vida es demasiado corta para una batalla de sexos!

Si no tenemos mucho tiempo, ¿es mejor ayudar con el trabajo del centro o hacer nuestra propia práctica?

Respuesta de Lama Ole:

Yo intentaría hacer ambas cosas. Ayuda cuando haya mucho que hacer en el centro; si no es así, haz tu propia práctica. Lo mejor sería hacer tu práctica en el centro tan a menudo como sea posible. De esa forma te mantienes en contacto con los amigos que están allí y puedes aprender de ellos. Igualmente, las personas nuevas se sienten atraídas cuando siempre hay alguien del centro, bien sea que solo esté sentado en la cocina tomando café y saludando a la gente, o dando buen ejemplo practicando en la gompa.

Tienes muchos estudiantes. ¿Cómo te las arreglas para mantenerte en contacto con todos y qué papel desempeñan los centros budistas en esto?

Respuesta de Lama Ole:

En última instancia, no se trata de nada personal, sino de personas que crecen y se vuelven independientes. El punto es que la gente entienda que su mente es luz clara. Entonces se vuelven ausentes de temor, alegres y amorosos.

Hemos crecido mucho en los últimos años. Esto se debe principalmente a que muchos de mis estudiantes son ahora tan buenos, que puedo confiar completamente en ellos y enviarlos a enseñar por todo el mundo.

He fundado más de 600 centros y grupos alrededor del mundo, lo cual significa que ya no puedo visitarlos todos cada año. Por eso es muy importante que nuestros amigos en todas partes puedan echarnos una mano. Creo que lo que mis estudiantes y amigos logran en los centros es genial. Son verdaderos idealistas. Trabajamos con presupuestos mínimos y no tenemos donantes ricos ni poderosos. Mucho de lo que ingresa de los países más ricos va de inmediato a Rusia, Suramérica o Europa del Este, para construir algo allí. A nadie se le paga por su trabajo. Realmente todo es voluntario y todos hacen un muy, muy buen trabajo. Eso es realmente impresionante.

La razón por la que todos podemos mantener este vínculo y seguir siendo amigos, es porque aquí se trata del desarrollo humano, donde todos experimentan algo y se benefician. Es cuestión de sano sentido común. La idea es desarrollar un poco de humor, alegría, confianza, excedente, fuerza, y tener los métodos que hacen esto posible.

Es muy conmovedor que todo esto pueda suceder hoy en nuestra era materialista, que la gente trabaje toda la noche sin obtener nada por esto; darle forma a mi manuscrito o enviar cartas a quinientas personas cuando solo cincuenta responden. Y estoy muy contento y orgulloso de haber puesto a funcionar esta tropa. Te lo diré, realmente me siento bien con esto.

Al tomar decisiones en nuestros centros o grupos budistas, ¿siempre debemos preguntar al Lama o simplemente tomamos las decisiones por nuestra cuenta?

Respuesta de Lama Ole:

Si se trata de la práctica de la meditación, no deben realizar ningún cambio de manera independiente, porque esto es lo que ha decidido el Karmapa. Pero la forma en que se lo comunican a las personas puede variar de caso en caso. Todos pueden hacerlo de acuerdo a sus habilidades y como se sienta adecuado a la situación.

Cuando hay decisiones más importantes a nivel cotidiano –por ejemplo, quién debe mudarse al centro– desde luego, pueden preguntar si no están seguros. Pero si quienes dirigen el centro tienen una idea clara, pueden decidir por sí mismos. Incluso si no funciona de manera permanente y el recién llegado se muda a los pocos años, podría ser de utilidad mientras está allí y traer una buena influencia.

Mi objetivo es que todos se vuelvan independientes lo antes posible. Siempre que alguien pueda aprender algo en cualquier área, que los complemente y los estabilice, les aconsejo que lo hagan. La meta es depender de uno mismo. Pero de vez en cuando uno puede consultar al Lama, si necesita una comprensión más profunda. Pero si uno ya sabe lo que quiere hacer, de todos modos, entonces no necesita preguntar.

Una vez dijiste que la práctica del Mahamudra hoy funciona a través de los centros budistas. ¿Qué quieres decir con eso?

Respuesta de Lama Ole:

Todos somos kagyus, lo que significa que tenemos conexiones estrechas entre nosotros. Esto no significa que nos veamos todos los días, sino que cada grupo tiene campos de energía que están conectados al campo de energía del Karmapa, a través de mí.

Cuando uno va a un grupo de estos, siempre aprenderá algo sobre sí mismo. La actitud básica es la del Mahamudra: sabemos que todos somos parte de una totalidad y que el sujeto, el objeto y la acción son expresiones fundamentales de la misma verdad.

Es por eso que visitar un centro siempre es un espejo que muestra tu propia cara, ya sea como una purificación o una bendición. Por esta razón, es mejor meditar apropiadamente en el centro que sentarse en el regazo del lama y mirar hacia otra parte. Si damos lo mejor de nosotros, mantenemos los lazos y tenemos confianza, el lama está allí porque la esencia del lama es espacio.

Por supuesto, debes ver al lama en persona de vez en cuando para no aislarte o volverte orgulloso, para que puedas chequearte a ti mismo y escuchar algo nuevo de vez en cuando. Pero los centros son los representantes del lama. Allí recibes las enseñanzas, las meditaciones, los métodos; puedes encontrar personas que tienen la transmisión y la bendición. Y de esta manera todo crece.

¿Por qué has establecido tantos centros budistas?

Respuesta de Lama Ole:

Porque para nosotros la práctica es esencial. En mis conferencias le doy a la gente confianza en algo que está dentro de ellos. Luego, si van a nuestros centros, pueden fortalecer esta confianza, trabajar con los profesores locales y practicar en compañía de amigos.

El único significado de todo el trabajo que hacemos es llevar a las personas a un estado de excedente para que puedan vivir mejor, morir mejor y tener un mejor renacimiento. Nuestros métodos tienen 2 500 años de antigüedad y son muy, muy efectivos. Por eso creo que lo que hacemos es importante.

Cuando tratamos de resolver algo juntos en nuestro centro budista, a veces hay problemas que conducen a la confusión y no decidimos nada. ¿Qué nos puedes aconsejar?

Respuesta de Lama Ole:

Siempre uso el principio de la caja de arena: “Entonces, ¿quién quiere jugar con la pala? ¿Quién quiere el rastrillo?”, y así. Uno divide el proyecto en varias partes y luego pregunta: “¿Quién quiere encargarse de esto y quién quiere hacer aquello?” Si nadie se ofrece, entonces pregunta: “¿Hay algún problema que debamos tratar?” Alguien definitivamente responderá, y luego dices: “Entonces, eso es lo que te preocupa ¿Tienes alguna idea sobre cómo resolverlo?” Luego pregunta: “¿A quién más le interesa esto?” Y cuando varias personas se hayan unido, les dices: “Bien, a todos ustedes les interesa eso, así que ¡siéntense juntos y resuélvanlo!”

Si gastas mucho tiempo charlando, esto es bueno para la industria del café y para las personas que venden sillones. Pero si deseas hacer algo, entonces mantienes siempre las cosas frescas, solucionas los problemas, no permites ideas raras, mantienes todo lo que sea constructivo y luego dices: “Tú haz esto y tú aquello. Tienes una queja con eso, entonces tú eres el indicado para resolverlo”.

Siempre pienso en los otros como damas y caballeros dignos: todos quieren lo mejor y cada uno de ellos tiene experiencia en algo importante. Uno debe confiar en las habilidades de las personas y darles responsabilidades, no solo trabajos no calificados. Si el resultado no es perfecto de inmediato, hablen sobre ello y permítanles mejorarlo. De esta manera, jugamos un poco con las cosas hasta que todos estén felices. Funciona bien y ahorra mucho tiempo.

¿Cómo deberíamos reaccionar cuando otras personas se comportan de manera imposible?

Respuesta de Lama Ole:

Lo primero es revisar si el problema es nuestro o no. Para nosotros, el gran juez se llama causa y efecto. Como budistas, no tenemos que intervenir en nombre de la moral o la justicia. Las personas hacen cosas negativas cuando se comportan como estúpidos, y ellas mismas sufrirán por lo que hacen.

Sin embargo, si uno se siente responsable de la situación y tiene una conexión con la persona que causa problemas, está bien hacer algo. Uno podría decir: “Oye, idiota, ¿ves lo que estás haciendo?” Pero no debería haber ira en ello. Si hay ira involucrada, la situación siempre se verá estúpida. Las personas se lo tomarán de manera personal y uno destruye las buenas conexiones.

Es bueno detener a alguien que está haciendo algo negativo, pero si hay emociones perturbadoras, es mejor tener cuidado y contenerse. En general, es mejor dar consejos que decirles a las personas a bocajarro lo que deben o no deben hacer, porque si continúan haciéndolo, la conexión se dañará y uno no podrá ayudarlos más.

Con el tiempo, aprendes a manejar situaciones como esta. Ya no eres moralista en lo absoluto y entiendes que todo se trata de la mayor felicidad humana posible. Que lo importante es beneficiar a los seres de la mejor manera posible y ver que todos sean tan buenos como puedan ser.

Tú no juzgas, sino que intentas ver si un comportamiento se ajusta a una estructura determinada. Y allí, necesitas martillar algunos clavos doblados en una pieza de madera que no encaja muy bien. Así es la vida. Manejas las cosas de manera que traigan la menor cantidad de sufrimiento –y si es posible– de forma que todos aprendan de lo que sucede. Todo es el arte de lo posible, lo que significa fluir con la situación y estar abierto a todas las posibilidades.

Es como un gran juego de naipes, como un super bridge. Uno tiene la mitad de las cartas en la manga todo el tiempo. Uno ve qué juegan los demás, observa la situación y reacciona; pero el objetivo del juego es que ganen los otros. Ese es el juego especial de los lamas: los demás deben ganar. Y es mejor cuando piensan que lo resolvieron solos; de otra forma, podrían enojarse o ponerse orgullosos fácilmente.

Uno siempre debería ver lo mejor en los demás, pero si realmente causan problemas, ¿qué hacer?

Respuesta de Lama Ole:

Deberías pensar que son budas y que aún no lo saben. Y luego, los agarras y los regañas para que puedan llegar de la mejor manera al punto donde puedan reconocer su naturaleza búdica. Si las personas no tuvieran naturaleza búdica, no habría razón para trabajar con ellas. Dicho esto, incluso si un maestro tiene treinta geniecitos sentados en el aula, tendrá que ejercer en ocasiones algo de presión, y decir: “¡Quédate en tu silla! ¡Deja de morder el lápiz! ¡No le tires del cabello!”, y cosas así. Pero esto es significativo, porque ves que algo puede surgir de allí.

Por un lado, debes mantenerte atento al nivel relativo, porque de otro modo no sabrás lo que hay que hacer. Pero si no ves el nivel absoluto, el cual se encuentra por encima del nivel relativo, entonces cometerás errores.

Si alguien siempre causa problemas y creemos que deberíamos intervenir, ¿cuál es la mejor manera de hacerlo?

Respuesta de Lama Ole:

En situaciones como esta, hay dos tipos de personas: aquellos que saben que tienen un problema y están listos para cambiar, y aquellos a quienes hay que convencer de que tienen un problema y que deben cambiar. Si una persona ya ha descubierto que tiene un carácter difícil y que las cosas no le están yendo muy bien, podemos trabajar con ella. Tenemos una responsabilidad con ella e intentamos mantenerla alejada de las situaciones difíciles.

Esto es lo que siempre digo cuando alguien viene a mí con un problema de relaciones de pareja, y dice: “Doy todo el tiempo, y a cambio recibo muy poco”. Usualmente, son mujeres. Lo que les digo es: “Mira, es fantástico tener la capacidad de dar, pero ¿sabe él lo que está recibiendo y desea dar algo también?” Si es así, no importa cuán cerrado sea el hombre, cuando haya recibido cosas buenas por el tiempo suficiente, también dará algo, porque está lleno de buenas impresiones. Entonces, si trabajamos con personas que están abiertas, es fácil.

Pero si trabajas con personas que perturban a los demás y no lo admiten, entonces detenlos para que vean que el mundo no está de acuerdo con su viaje personal. Si en ese momento se vuelven razonables y quieren aprender algo, podrás ayudarlos. Pero si no quieren entender nada y el ego sigue apareciendo una y otra vez, y se vuelve perturbador, apártalos por un tiempo. Trabaja alrededor de ellos o pasa de largo y protege a los demás de ellos; hasta que, en algún momento, descubran que las cosas eran mejor antes, que tal vez el ego no valga la pena. Entonces, estarán listos para aprender.

Mientras no estés enojado, el método que elijas será adecuado. Si tu actitud es buena, lo que suceda será el karma de los demás. Entonces, tendrán buen karma si se encuentran contigo en uno de sus días razonables, y mal karma si se encuentran contigo en un día difícil. Quien siempre hace lo mejor que puede, no tendrá dificultades.

¿Deberíamos intervenir si presenciamos una pelea?

Respuesta de Lama Ole:

Eso depende de cuántas personas haya involucradas, cuán seria sea la pelea, y qué es lo que uno puede hacer.  No obstante, bajo ninguna circunstancia deberíamos juzgar quiénes son los buenos y quiénes son los malos en una pelea, incluso si un par de bestias salen corriendo con el bolso de una anciana. Por supuesto, deberías tratar de detenerlos y devolverle el bolso a la señora. Pero no puedes juzgar porque, sin duda, la anciana les hizo a ellos algo antes. Todo es causa y efecto.

Lo que puedes hacer es intentar apaciguar la situación y usar tus habilidades donde sea posible. Observa la situación ¿Son un par de borrachos dándose golpes? ¿Tienen más o menos el mismo tamaño y fuerza, y ninguno tiene un cuchillo? En ese caso, no tienes que arrojarte a separarlos necesariamente.

Sin embargo, si uno de ellos está claramente en desventaja y el otro tiene un porte bestial, o si hay armas involucradas, llama a la policía lo antes posible. Pagas impuestos para que esa ayuda llegue en casos como estos. Quien sea lo suficientemente fuerte, puede separar a las personas y empujarlas contra la pared unas cuantas veces hasta que se calmen.  Si no hay enojo, las personas se vuelven como cera en tus manos. Te sorprenderás. Incluso los hombres más bestiales se rendirán si actúas sin ira. Saben que se trata de un poder superior y desaparecen. Y así, no solo ayudas a la persona más débil cuando intervienes; el fuerte no estará feliz si aplasta al débil.

Por cierto, si eres mujer, siempre puedes pararte cerca y gritar muy fuerte. Eso ayuda sorprendentemente bien.

¿Cómo podemos librarnos de una persona agresiva que simplemente no nos deja en paz?

Respuesta de Lama Ole:

Deberías darte cuenta de que la gente agresiva en realidad se encuentra en una posición débil. Un hombre que está bien no necesita molestar a nadie porque tiene suficiente poder y seguridad en sí mismo.

Entonces, en tu caso, ese hombre tiene un problema y no es tu problema. Tal vez en una vida pasada te paraste sobre su corbata, pero para ti eso ya pasó. Ahora estás frente a una persona que está perturbada. En este caso, tú eres el médico y tienes que decidir qué tratamiento darle. Él ha venido a ti con su problema y tú tienes que decidir cómo quieres ayudarlo.

Hay varias posibilidades, pero hay una cosa que no debe suceder: no debes enojarte. Si te enojas, estás en su mismo nivel.  Entonces, tú también estás en una posición débil y cometerás errores.

En cambio, puedes hablar directamente con esa persona y decirle: “Oye, escucha, ¿tienes un problema? ¿Puedo ayudarte?” Probablemente, la mejor manera de librarte de esa persona sea ser excesivamente amistoso y psicológicamente útil: “Tienes este problema. Ya escuché todo al respecto ¿Cómo podemos ayudarte con él?” Hablas sobre sus problemas hasta que se canse de ti y encuentre a alguien más a quien molestar. Si le dices: “Hablé con mi Lama sobre tu problema”, te librarás de esa persona enseguida.

Cuando me atacan verbalmente, me siento impotente ante la ira. ¿Cómo puedo defenderme sin enojarme?

Respuesta de Lama Ole:

Rápidamente llevaría a la gente hasta terreno resbaladizo. Como en el Aikido: dale vuelta a la fuerza del oponente y derríbalo con ella. Le dices: “¿Qué fue eso? No te entendí. Dilo otra vez”. Y luego tienen que repetirlo, y tú dices: “Pero no puedes querer decir eso así, ahora… ¿cómo lo querías decir?” Y dices: “¿Por qué no preguntamos esto y lo otro acerca de eso?” Luego dile a una tercera persona: “Escucha, ella dijo tal y tal cosa, ¿qué piensas sobre eso? Ah, aquí viene el jefe –él también debería saber sobre esto, realmente–. Escucha, ella dijo esto, y yo creo esto y lo otro. ¿Quién crees que está en lo correcto?”

Saca todo fuera de proporción y luego ve al baño y fúmate un cigarrillo, mientras todos discuten lo que ella dijo y por qué lo dijo. Luego regresa y diles: “Muchas gracias, eso es lo que yo pienso también”. Y sigues haciendo lo que quieres. Si la gente es desagradable, llévalos hasta terreno resbaladizo, y haz la situación grande y vergonzosa, hasta que digan cosas buenas o nada en lo absoluto.

Por supuesto, también hay casos en los que uno sabe que uno actuó estúpidamente.  Si alguien se queja de eso, simplemente puedes decir: “Lo siento”. Eso es diferente. No se trata de ser resbaladizo como una anguila y evitar todas las críticas, porque entonces no aprenderás nada. Debes disculparte inmediatamente si has cometido un error. Pero si alguien trata de crear problemas porque sí, simplemente hazle parecer tan ridículo que no vuelva a hacerlo. Ese es mi consejo. La vida es corta y no tenemos tiempo para juegos de guardería. Simplemente no tenemos tiempo para eso.

Quiero a mis padres y espero con ansias nuestras visitas, pero solemos terminar peleando. ¿Cómo puedo evitarlo?

Respuesta de Lama Ole:

No los visites con demasiada frecuencia, pero trata de ser amigable mientras estés allí. Cada generación tiene su propio estilo de vida, y cuando se encuentran, cada una hace lo posible por cubrir esa brecha. Cuando la visita no marche bien, regresa a casa e inténtalo más adelante por teléfono.

A partir de cierta edad, la gente queda amparada como un monumento protegido: tienes que comportarte bien con ellos y no agitarlos demasiado. Fíjate si aún están en condiciones de aprender algo nuevo o si solo puedes redondear lo que ya está allí, y dejarles algunas buenas impresiones que puedan llevarse consigo para la próxima vida.

Nuestros padres han hecho mucho por nosotros, y reconstruyeron Europa después de las guerras. Por eso, realmente les debemos algo. Deberíamos ver cómo darles felicidad e intentar tratarlos bien. Pero, a veces, tratarlos bien significa no visitarlos demasiado seguido, y mejor llamarlos por teléfono. Cuando eso también termina en peleas, es mejor escribir postales: “Estoy bien y pienso en ustedes”, y así. Y cada generación puede hacer lo suyo.