¿Cómo podemos ayudar a las personas que están tan atrapadas en su difícil situación que no pueden ayudarse a sí mismas?

Respuesta de Lama Ole:

En lugar de ver a las personas como pecadoras, primero construye un puente humano. Quizás eres el único que le dedica un poco de tiempo a esa persona. Por ejemplo, cuando vas al carnicero, primero eres amigable. No le das lecciones de moral, señalando cuántos animales tuvieron que morir. Eso solo lo arruinaría todo. Luego, después de un tiempo, cuando hayas establecido una buena conexión, es posible que seas el único con el que el carnicero pueda abrirse un poco. Tal vez él diga: “En realidad, tengo muchas pesadillas y a menudo tengo miedo”. Y tú podrías decirle: “Tal vez estés obteniendo un poco del miedo de los animales que matas”.

Sé breve, para que él no piense que estás tratando de educarlo. Y cuando haya digerido eso, puedes darle una sugerencia en algún momento, como: “Hay un nuevo puesto disponible en la oficina de correos, ¿no preferirías trabajar allí?” Ayudar a los demás no significa solo ser amable; también significa detenerlos cuando cometen errores. Pero incluso con las personas difíciles, uno no debe romper el vínculo. Quizás eres la primera persona que conocen que puede ayudarlos de alguna manera. Entonces realmente necesitas tener mucha paciencia y ayudar a las personas de manera constructiva una y otra vez.

La Promesa del Bodhisattva consiste en tener el deseo de ayudar a todos los seres. ¿Cómo puede uno hacer esto de una manera práctica?

Respuesta de Lama Ole:

En 1972, cuando Hannah y yo fuimos más o menos los primeros en comenzar, también pensaba que tenía que hacer todo por todos. Lo intenté y caí rápidamente de bruces, porque cuando el sombrero no queda, simplemente no queda. Entretanto, bajé de mi gran caballo de querer ayudar a todos; ahora me quedo con los que pueden entender lo que estoy diciendo. Afortunadamente, no somos las únicas personas que hacen cosas por los demás. Entre los socialistas, cristianos, hindúes y otras escuelas budistas, también hay personas que están ahí para aquellos que no se sienten atraídos por mi forma de trabajar o nuestros grupos. No necesitamos atender a los enfermos mentales ni los casos de asistencia social, porque hay personas que están capacitadas y se les paga para hacerlo. Y estamos contentos con su buen trabajo.

También contribuimos a esto mediante el pago de nuestros impuestos –por ejemplo, con 80 centavos por litro de combustible que bombeamos y con el 19% de impuesto en todo lo que compramos–. Es por eso que no necesitamos hacer nada más que permanecer fieles a lo nuestro. Hacemos lo correcto y lo que nosotros mismos hemos entendido. Hay otros sombreros para otras cabezas, por lo que no necesitamos diluir nuestras enseñanzas ni hacerlas más simples. Simplemente no es nuestra responsabilidad ofrecer algo que se ajuste a todo el mundo. En su lugar, queremos transmitir lo que tenemos de una manera clara y sensata. Así, todos los que tengan cabeza o corazón para ello pueden entrar en contacto con una transmisión pura y enseñanzas claras.

Nos ocupamos de las personas que de otra manera no encontrarían nada en ningún otro lugar: personas que son demasiado críticas e independientes, y que piensan con demasiada claridad como para sentirse como en casa bajo la guía de un dios o en un sistema jerárquico. Les ofrecemos a estas personas un campo donde pueden crecer y aprender.

¿Cómo podemos saber qué es lo mejor para todos los seres a largo plazo? Queremos actuar en beneficio de todos los seres, pero no estamos iluminados.

Respuesta de Lama Ole:

Puede ser un poco difícil descubrir qué trae la felicidad y qué nos aleja de la felicidad. Así que solo usaría la vieja dosis de sabiduría popular: trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti. Comenzaría con lo que es evidente, con lo que a la gente le gusta. Sé amable con ellos y evita dañarlos.

Existen tres niveles diferentes para beneficiar a los demás. En el primer nivel, podemos darles alimentos y vitaminas, pero quizás no una botella de schnapps (aguardiente) si aún tienen que conducir a casa. Hacemos lo que está delante de nuestra nariz; les damos las cosas materiales que les ayudarán en el corto plazo. Lo mejor que puedes hacer como buen budista es mirar hacia el futuro y ver los problemas a gran escala, como la sobrepoblación. Luego puedes buscar las causas de esos problemas y eliminarlos.

En Ruanda o Bosnia, por ejemplo, definitivamente hay demasiadas personas en muy poca tierra. Debido a que se tratan mal entre ellos, no tienen un nivel de educación decente, ni un nivel de vida decente. Y miras hacia el futuro y dices: “¡Condones en lugar de cañones para África!”

Luego hablas con tus amigos y tal vez uno de ellos conoce a un hombre en el Parlamento o en el Congreso, que quizás diga: “Necesitamos asegurarnos de que las personas de los países cálidos no nos invadan, haciéndonos pobres a todos. De esta forma, ya nadie podrá hacer nada en el largo plazo. En cambio, si ellos tienen menos hijos, podrán vivir mejor”. De esta manera, aumentarás gradualmente la conciencia acerca del problema. Pero yo no intervendría en cosas en las que no pudiera tener una influencia directa.

En el segundo nivel, uno puede satisfacer las necesidades de las personas de manera más duradera. Uno puede hacer que las personas sean independientes, por ejemplo, a través de la capacitación y la educación, y enseñándoles a manejar sus propias vidas. Pero aún esta ayuda solo sirve hasta la tumba. Los hombres ricos pueden ser llevados al cementerio en un coche fúnebre más largo o pueden dejar una deuda más grande, pero al final llegarán a su tumba.

En el tercer nivel, el mejor regalo que uno le puede dar a otros es ponerlos en contacto con las enseñanzas del Buda; hacer que tomen conciencia de su propia naturaleza búdica. Todo lo que hace que la gente sea independiente es bueno, y lo que los hace dependientes, lo que los limita y debilita, no es bueno. Cada vez que le das a la gente confianza en sí misma y en sus posibilidades, has hecho algo bueno. Esto es lo que hace el Buda. Él no dice: “¡Diez por ciento más para los trabajadores!”, sino que nos lleva a un nivel en el que hay menos codicia, avaricia y envidia.

Debemos esforzarnos por mostrarles a las personas la claridad del espacio atemporal de sus propias mentes: aquello que está entre los pensamientos, aquello que sabe lo que se piensa, se experimenta y se siente. Si podemos darles a las personas más espacio entre sus orejas o sus costillas –o donde sea que piensen que está su mente– entonces realmente les habremos ayudado. De esta forma, actuamos de manera muy práctica, paso a paso. Aprendemos a través de la práctica. Si uno siempre hace lo mejor por el bien de los demás, una y otra vez, rara vez comete errores.

¿Puede uno actuar siempre en beneficio de los demás o debería a veces pensar en uno mismo?

Respuesta de Lama Ole:

Si uno piensa así, hay un malentendido fundamental. En la medida en que trabajamos para otros, ellos también hacen algo por nosotros. Por supuesto, también debemos actuar con inteligencia. Uno no debería darles dinero a los vividores, ni darles a las personas difíciles la oportunidad de ser difíciles. Si alguien siempre está recostado en ti, no debes dejar que se aproveche, eso no ayuda a nadie. Lo mejor es un intercambio alegre con los demás, donde todos dan lo que tienen.

Cuanto más das a nivel humano, más obtienes. La mente es como un pozo. Si siempre sacas agua de él, entonces siempre está fresca. Pero si no sacas agua, en algún momento habrá cinco ranas muertas en el pozo y no podrás beber de ella.

Yo no pensaría tanto en mí mismo. Cuando pensamos en nosotros mismos tenemos problemas, pero cuando pensamos en otros, ¡tenemos cosas importantes para hacer! No invitaría a este “yo” en absoluto. Intentaría ver qué es lo más útil. A veces puede ser más útil hacer algo por uno mismo y otras veces hacer algo por los demás. Puedes hacer flexiones para fortalecerte y luego puedes ayudar a alguien subiendo el piano por las escaleras. Cuando actúas de esta manera, no involucrarás tantos conceptos. Si haces lo que está frente a tu nariz y siempre tienes la sensación de “nosotros”, entonces todo es grande.

De esta manera, también experimentarás que todos somos dependientes unos de otros; que todos estamos mutuamente condicionados. Si uno comienza con la actitud de hacer las cosas para uno mismo, es posible que tenga que cambiar de carril para comprender que se trata de un “nosotros”. Pero si uno no hace distinción entre “yo” y “nosotros”, sino que hace lo que hay que hacer –lo que es divertido y lo que fluye en cada momento– entonces todo es un regalo. Entonces aparecen campos de poder y conexiones; posibilidades se condensan del espacio y siempre estás en casa. Lo más importante es que uno esté siempre en su centro, descansar en uno mismo, confiar en uno mismo. Desde este centro, podemos actuar desde una posición de excedente y poder.

Si actuamos siempre de manera desinteresada, ¿no corremos el riesgo de ser ignorados o maltratados?

Respuesta de Lama Ole:

Algunas personas piensan que actuar de manera desinteresada significa minimizarte y apoyar a los demás a tus expensas. Desde un punto de vista cristiano, estamos acostumbrados a pensar en términos de “uno u otro”, viendo a una persona como pequeña y a la otra grande –pero eso es demasiado simple–. Si crees que puedes hacer el mejor trabajo en una situación dada, entonces actuar de manera desinteresada puede significar ofrecerte a ayudar. Esto significa que, en cada situación, uno apunta a lo que traerá el mayor nivel de beneficio para todos.

Lo más desinteresado que uno puede hacer es no tomarse en serio las emociones negativas de los demás. No pongas energía en esto; no les sigas el juego. Mira estos viajes como “conejos con cuernos” –como dicen los tibetanos– como algo que no existe. En su lugar, pon el mejor viaje por delante. Si te comprometes con el nivel más alto de verdad, cultivarás lo mejor que puede suceder en cualquier situación.

¿No debería ser nuestra prioridad en el Camino del Diamante ayudar a los demás? ¿No es egoísta de nuestra parte dedicar nuestro tiempo libre solamente a nuestra práctica?

Respuesta de Lama Ole:

Trato de no ser demasiado rígido aquí. Cuando la gente hace algo para sí misma, les digo: “Hazlo con la motivación de poder compartir con otros y beneficiarlos más tarde”.

Y cuando las personas hacen algo bueno por los demás, les digo: “¡Alégrate por la oportunidad que tienes de crear buen karma para ti mismo!” Muchas personas tienen la idea de que necesitan fortalecerse antes de ayudar a los demás. Otras personas quieren ayudar en cualquier circunstancia, sin fortalecerse primero, pero luego no pueden hacer mucho. Ambos extremos son bastante comunes.

Siempre aconsejo a las personas que vean el panorama general y se separen de los demás lo menos posible. Si piensas, “cuando haga algo bueno por mí, que otros también sean felices”, verás esto como un recurso para poder hacer más por los demás. Y cuando haces algo por los demás, puedes estar contento de que estás desarrollando buen karma y una comprensión profunda. Cortar a través de esta idea de un “yo” y un “tú” es una muy buena idea.

Todo es el arte de lo posible. En el budismo, existen tres formas diferentes de beneficiar a los seres. Puedes beneficiarlos como lo hace un rey: primero te haces fuerte y luego compartes con los demás. Puedes beneficiarlos como a un barquero, pensando: “alcancemos juntos la lejana orilla del río”. Y finalmente, puedes beneficiarlos como un pastor: primero ayudas a los demás y luego vas tú.

El cristianismo utiliza principalmente el sistema del pastor, pero allí siempre hay un rol de víctima involucrado, junto con la actitud de que la ayuda debe ser difícil y llena de sufrimiento. Eso viene de Jesús, quien lo demostró a través de su propio sufrimiento y sacrificio. En el budismo, la actitud es completamente diferente. Para nosotros, ayudar es el más alto gozo y algo completamente natural. Si las personas tienen un buen karma, se encuentran contigo en un día en que tus acciones son efectivas y exitosas, y si tienen un mal karma llegan un día en el que estás cometiendo errores. Y todo el tiempo tú simplemente haces lo mejor que puedes y miras lo que funciona. No hay mandamientos desde arriba. Las mentes en desarrollo no siempre tienen el mismo talento, pero son básicamente bondadosas. Uno hace lo que puede y las personas obtienen algo más o menos útil, según su karma. Cuanto más disfrutes ayudando a los demás, mejor.

¿Por qué a veces no somos bien recibidos por las personas, incluso cuando queremos hacer algo útil por ellas?

Respuesta de Lama Ole:

Siempre pienso que el karma de la gente no era lo suficientemente bueno, y continúo felizmente con el siguiente trabajo. Si siempre haces lo mejor que puedes, el resto es el karma de las personas.

Cada quien tiene su propio karma. Uno solo puede ayudar a los demás si se juntan un anillo y un gancho, si hay apertura. Si esto no es posible, uno tiene que darles pasivamente energía positiva, y en algún momento –cuando se olviden de pensar en sí mismos– esta penetrará.

Naturalmente, también depende de qué tan hábilmente presentes las cosas. Hay personas que podrían vender ropa interior larga en el Sahara y otras que ni siquiera podrían venderla en Groenlandia. Si no logras comunicarte con alguien, entonces reconoce tu falta de experiencia e intenta aprender algo. Quizás más adelante haya una situación en la que puedas manejarlo mejor.

Cuando hablo con personas que tienen visiones equivocadas, me vuelvo arrogante con bastante rapidez, y cuando se dan cuenta de eso, aceptan aún menos lo que les digo. ¿Sería mejor para mí no decir nada?

Respuesta de Lama Ole:

En algún momento eso simplemente se detiene. Primero trata de entender que todos son budas y que el solo hecho de que puedan pensar es en realidad fantástico, y que puedes compartir algo con ellos. Luego trata de construir las cosas desde este nivel.

Uno debería tratar de enfocarse siempre en algo hermoso acerca de la otra persona. Si su cara es un poco extraña, tal vez sus manos sean agradables, o su corbata, o el auto que conduce, o su novia. ¡Cualquier cosa! Encuentra algo que te interese y que también haga sentir cómodo al otro, y convierte eso en la base del encuentro. Luego, desde este punto de riqueza, expandes la conexión más y más hasta que realmente puedes compartir algo.

Al mismo tiempo, uno también debe entender que la razón por la que algo en los demás nos molesta y nos vuelve arrogantes y orgullosos, es que nosotros mismos tenemos un problema con estas cosas. Uno debe tener esto en cuenta; es fácil de olvidar. El mundo es solo un espejo para nosotros. Solo tenemos problemas con el exterior si aún tenemos algunos parches espinosos en el interior. Pero eso no significa que no debemos hablar con los demás hasta que estemos iluminados. ¡Solo aprendemos al hacerlo!

Si tienes que aclarar un problema con alguien, puedes comenzar en un nivel en el que puedan verse a los ojos. Entonces, simplemente puedes decir, de una manera muy tranquila: “Oye, ayer te oí decir esto y aquello, ¿realmente querías decir eso? Yo lo veo de esta manera…” Comienza primero desde un nivel de excedente y luego todo saldrá bien. ¡Cuando realmente te gustan las personas, ellas aceptarán cualquier cosa que venga de ti! Lo sentirán.

Eres un joven bodhisattva, así que en realidad es solo cuestión de tiempo hasta que el estilo rígido desaparezca y puedas seguir tu corazón por completo. Y no pierdes sabiduría en el proceso; no te vuelves aburrido ni poco claro. Mantienes la claridad y al mismo tiempo eres libre de enfocarte en lo que quieres, y en ayudar a los seres de diferentes maneras.

¿Cómo deberíamos reaccionar cuando nos provocan?

Respuesta de Lama Ole:

Siempre es un signo de fortaleza si puedes ser bondadoso. Los perros pequeños tienen que ladrar, pero los perros grandes no necesitan hacerlo, todos saben que son fuertes. También es así con nosotros. La práctica del protector nos ayuda a fortalecernos, y en situaciones críticas podemos mantenernos tranquilos y ser amables. De eso se trata.

Así es como puedes reconocer tu propio desarrollo ¿Cuánto espacio tienes? ¿Cómo percibes lo que hace la gente? En lugar de sentirte atacado, simplemente piensas: “¿Por qué hacen eso? ¿Por qué saltan de arriba a abajo, voltean los ojos y hacen ruidos raros? ¿Por qué diablos actuarían así?”

Lo que te digo aquí conlleva una gran responsabilidad. Esto también es parte de la Promesa del Bodhisattva. La forma más rápida de desarrollarse es actuar siempre de la manera más noble posible. Trata de comportarte como un bodhisattva, incluso cuando no puedas detener los hábitos de tu habla y te escuches a ti mismo decir algo que sabes que no deberías decir; o cuando no puedas controlar tu mente y te encuentres en un rincón donde no quieres estar; o cuando no puedas controlar tu cuerpo y hagas cosas que sabes que irritarán en extremo a otros.

Pero incluso si no puedes detenerte, debes al menos intentar ver que esto está sucediendo entre budas. Uno puede sonreír un poco, hacer una broma sobre la escena que uno está haciendo para que no se vuelva demasiado seria y pesada, para que se abra un poco. Intenta ver la situación desde el nivel más alto posible. Simplemente decide que está sucediendo entre budas, que tiene sentido, que es buena la forma en la que se está desarrollando.

Esta es la esencia de todo lo que estoy hablando aquí. Las emociones perturbadoras y los hábitos estúpidos son fuertes, pero también son torpes. Podemos desarrollar más y más espacio alrededor de los hábitos para evitar un ataque emocional, o para simplemente dejarlo pasar. Hay muchas posibilidades. Comienza a repetir un mantra para crear una capa de aceite que haga que la emoción resbale, o de repente di “¡PEI!” internamente y luego concéntrate en otra cosa. Hay muchas formas de bloquear estos empaques emocionales y destrozarlos.

Es parte de la práctica del Camino del Diamante ver que estos viajes son un sueño, viejos restos de hábitos que uno no debe tomarse en serio. El noventa por ciento de todos los problemas son bastante estúpidos, pero son parte del proceso de crecimiento de las personas. Y si uno no está allí en el momento y no puede dar a otros lo que necesitan, entonces no se desarrollan.

Quizás su problema nos parezca estúpido si hemos meditado unos años más o hicimos más en la vida anterior, pero para ellos se siente muy real. Entonces tenemos que abordarlo y dar lo mejor de nosotros. Esto es difícil a veces si uno tiene prisa. En la vida laboral, no siempre tenemos que lidiar con el problema, pero en nuestras relaciones con otros como budistas, lo hacemos. Eso aplica para todos ustedes: en los centros, para los que viajan conmigo, etcétera.

De acuerdo, si la gente solo quiere armar problemas, mándalos lejos. Pero si tienen un problema real, tenemos que encargarnos de él y no creernos mejores. En lugar de eso, haz de cuenta que eres una matrona, que piensa: “Ah, un niño hermoso está llegando al mundo”.

A veces pienso que mi principal motivación para practicar es el miedo. ¿Esto también es correcto?

Respuesta de Lama Ole:

En tu caso, simplemente pensaría: “OK, el miedo es mi caballo”. Tan pronto el miedo aparece, tú piensas: “¡Hoy mi miedo es particularmente fuerte, así que meditaré bastante!” Yo lo dejaría manifestarse y lo usaría una y otra vez como un motor para la meditación. Un día mirarás alrededor y todos los velos se habrán ido. ¡Así que úsalo!

Uno puede aprender a usar la energía de un sentimiento perturbador, sea el miedo, los celos o cualquier otro. Si uno aprende a usar este poder, las posibilidades son inmensas.

¿Qué se puede hacer contra los miedos que siempre vuelven?

Respuesta de Lama Ole:

La mejor manera de combatir el miedo es a largo plazo. Trabajar con la mente es como trabajar con el cuerpo. Si hacemos un montón de flexiones hoy, no seremos fuertes hoy, sino mañana. Hoy, los brazos duelen.

La meditación funciona exactamente así. Si tenemos un problema hoy, no podemos eliminarlo meditando hoy. Sin embargo, si meditamos ayer, el problema no vendrá hoy. Y aun así viene, podemos quitarlo de la mesa. Simplemente no sembramos y cosechamos el mismo día.

Sin embargo, también hay métodos para trabajar con algo así rápidamente. Imagina que estás en el proceso de conquistar tu mente, y de repente, aparece un problema: miedo, ira, torpeza o algo así. Puedes lidiar con ello de dos maneras. Puedes atacar el problema o emoción perturbadora directamente, enviando dos batallones y diciendo: “¡Detente! ¡Eso no está bien!” Si tienes suficiente capital en la mente, en forma de buenas impresiones, esto tendrá éxito. Pero si te das cuenta de que aún no tienes suficientes caballeros de brillante armadura para lograrlo de esta forma, –es decir, la motivación, el poder o la confianza necesarios– entonces conquistas los terrenos aledaños. Solo continúa y no pienses en el problema. No te identifiques con eso, ni lo alimentes. Luego, cuando busques el problema más adelante, no lo encontrarás por ninguna parte.

Otra opción es confrontar tus miedos de frente, sin importar lo mal que se sienta al principio. De esta manera uno les rompe el cuello y nunca más volverán. Recuerdo un ejemplo de mi propia vida cuando era niño. Estaba visitando a mi tío en Jutlandia y en su sótano había un grueso cable eléctrico. Me habían dicho que este cable se convertía en una serpiente en la noche. Una mañana mis padres bajaron al sótano y me vieron –yo tendría probablemente tres o cuatro años– con el cable en una mano y un palo en la otra. Me había quedado allí toda la noche, esperando a que se convirtiera en una serpiente para poder aplastarla. Esta es una manera de lidiar con el miedo. Pero también se puede ir por el camino de la sabiduría y descubrir que no hay ninguna serpiente después de todo. Esto es más fácil, por supuesto.

¿Cómo puede uno disolver rápidamente el miedo?

Respuesta de Lama Ole:

Mira a tu alrededor y piensa: “¿Quién querría comprar este miedo?” Luego piensa: “Ella no lo comprará, él tampoco lo hará y aquella tampoco está interesada” Así que piensas: “Bueno, tal vez este miedo es inútil”, y luego simplemente lo descartas.

El miedo también está a menudo conectado a la respiración. Uno respira de una forma incorrecta e irregular en una situación que produce miedo. Entonces, una técnica es forzarse a respirar más lenta y profundamente. Inhala hasta un punto justo debajo del ombligo. Aguanta la respiración por un momento en el vientre, como si estuviera contenida en un jarrón –pero no hasta el punto de marearte– y luego vuelve a exhalar. Si respiras profundamente así un par de veces, el miedo desaparecerá gradualmente.

La mejor manera de lidiar con todos los miedos y dificultades es pensar: “Todos los seres son mis amigos y se beneficiarán si me va bien. Entonces, simplemente daré lo mejor de mí para hacer lo que esté frente de mi nariz”. Entonces uno hace precisamente eso. Esto también es bueno si uno se asusta antes de los exámenes. Entonces piensa: “Esto es en realidad una total conspiración. El examinador quiere que yo pase, el profesor quiere que yo pase. Todo está a mi favor”. Luego ve al examen, siéntate con tus amigos, explícales todo lo que no entendieron y da lo mejor de ti al presentarlo. Haz que tu entorno sea tan amigable que solo puedas ganar.

¿Cómo aparece el miedo?

Respuesta de Lama Ole:

El miedo no es un sentimiento primario ni secundario, sino terciario. El sentimiento perturbador básico primario es la ignorancia. De esta surgen otros, tales como la confusión, el orgullo y la ira. De los anteriores surge el miedo.

El miedo se origina de una ira antigua y del resentimiento, los cuales vuelven a surgir y uno no soporta tenerlos en la mente. Si uno tiene estos sentimientos perturbadores dentro de uno y la mente mira su propio contenido, entonces verá cosas que no le gustan y experimentará miedo.

El mundo exterior es una proyección de nuestra propia mente. Si miramos a través de lentes rosados, el mundo es hermoso. Si miramos a través de lentes negros, es horrible. Tendremos miedo si la ira, el resentimiento y las perturbaciones dentro de nosotros no han sido resueltas. La mejor manera de deshacerse del miedo es desear a todos los seres todo lo mejor cada día de manera consciente, tan a menudo y profundamente como sea posible. Entonces no habrá miedo que no desparezca, los bloqueos que uno no puede soportar desparecerán. Los buenos deseos por otros son el antídoto más fuerte.

En el caso de la ira y el miedo, también es muy bueno hacer un millón de repeticiones del mantra om mani peme hung. Este mantra es como un limpiador todo uso. Om remueve el orgullo, Ma disuelve los celos, Ni remueve el apego, Pe corta la confusión, Me elimina la avaricia y la codicia, y Hung destruye la ira. Cada vez que decimos om mani peme hung, limpiamos el espejo interno de nuestra mente ¡Esto es muy efectivo!

¿Qué se entiende por los cuatro velos?

Respuesta de Lama Ole:

Hay cuatro velos que cubren nuestra mente. Por encima de todos, esta la ignorancia básica –la incapacidad de ver que sujeto, objeto y acción son parte de la misma totalidad–. En segundo lugar, están las emociones perturbadoras que surgen de esta ignorancia. En tercer lugar, están las palabras y acciones negativas que surgen de estos sentimientos perturbadores, y finalmente los hábitos que se desarrollan como consecuencia de esto.

Estos cuatro velos no nos permiten ver la verdadera naturaleza de la mente, ni experimentar el verdadero poder y gozo dentro de nosotros. Están ligados el uno al otro como una cadena. No importa donde rompas la cadena, todos los eslabones se vuelven de inmediato inútiles. Si uno frena las emociones perturbadoras, también tendrá menos malas experiencias. Entonces también estará menos interesado en ir en contra de otros e igualmente los hábitos se desvanecerán lentamente. O si uno, por ejemplo, disuelve su propia ignorancia básica, el resto también desaparece.

Quienquiera eliminar los velos habituales debería permanecer en meditación un poco más y meditar en el “espacio como gozo”, en el “espacio como frescura y posibilidad”. Aquí deberíamos especialmente mantener el estado de conciencia desnuda, donde no estamos conscientes de algo sino que somos conscientes de la conciencia misma. En este estado, nuestras tendencias habituales desde tiempo sin principio se rompen y se disuelven.

Si la mente ha sido luz clara desde tiempos sin principio, ¿por qué llegan a surgir los sentimientos perturbadores?

Respuesta de Lama Ole:

Todas las emociones perturbadoras surgen de la ignorancia. La ignorancia es la incapacidad fundamental de la mente para ver que el que experimenta, lo que es experimentado y la experiencia misma, se complementan entre sí; que el espacio y su claridad son lo mismo en todas partes. Desafortunadamente uno confunde el espacio con un “yo” y piensa que la claridad –todo lo que aparece en el espacio– es un “tú”. De esta separación, surgen los sentimientos perturbadores.

Desarrollamos apego hacia lo que queremos y aversión contra lo que nos disgusta. Del apego surgen el deseo y la codicia, y de la aversión surgen el odio y los celos. Igualmente, de la ignorancia –la estupidez– aparece el orgullo: uno piensa que es algo real e importante, aunque podría morir en cualquier momento.

El Buda enseña que hay 84 000 combinaciones de estas emociones perturbadoras básicas. Todas ellas conducen a palabras y acciones dañinas que de nuevo producen malos resultados. Este sufrimiento nos hace creer que el mundo está en contra nuestra. Entonces malas acciones surgen nuevamente y el ciclo se repite una y otra vez.

A causa del cristianismo, creemos aquí en Occidente que las cosas “claras” no pueden ser sagradas. Pensamos que solamente pueden ocurrir milagros si dejamos las cosas confusas, si son un poco místicas. ¡Pero en el budismo queremos hacer todo lo más claro posible! Es bueno mirar las cosas cuidadosamente, para dudar, para diferenciar, para ser críticos. Así es como uno se vuelve un budista realmente bueno. El Buda explica las cosas como son, pero la experiencia debemos ganarla nosotros mismos. Solo que es poco inteligente dudar de las mismas cosas una y otra vez. Cuando hemos resuelto una duda –y en consecuencia aprendido algo– simplemente seguimos adelante. Pero es bueno examinar todo críticamente.

Quien es crítico al principio, es como un diamante al final: indestructible y claro. Uno ha aclarado todas las dudas y ha interiorizado la esencia de las enseñanzas. Quien al principio está lleno de amor y deseo, será como una flor de loto al final: abierto a todo.

Las personas pertenecen a diferentes familias búdicas:

La transformación de la ira es la familia del diamante.

La transformación del orgullo es la familia de la joya.

La transformación del apego es la familia del loto.

La transformación de los celos es la familia de la acción.

La transformación de la estupidez es la familia del buda.

El sentimiento perturbador más fuerte –el que pone más piedras en nuestro camino– es al mismo tiempo la mejor materia prima para la iluminación.