A veces ayudamos a otros, pero cuando necesitamos ayuda, no recibimos nada. ¿Qué deberíamos pensar al respecto?

Respuesta de Lama Ole:

Es una cuestión de estilo. Simplemente, debes decidir si estás en el jardín de infantes o entre adultos. Si las personas actúan de manera tan infantil, son emocionalmente inmaduras y no deberían ser tomadas en serio. O quizás solo crees que ayudaste, como las personas que creen que están ayudando a su lama haciendo todo lo contrario de lo que él les dijo, porque creen que son más listos que él. Tal vez la gente no sienta gratitud porque actuaste basado en tus propias ideas y no en la situación de ellos. Con frecuencia hay demasiado ego involucrado a la hora de ayudar. Uno viene con una caja llena de ideas y eso complica mucho las cosas.

En mi experiencia, las personas a las que ayudas sin intenciones ocultas estarán agradecidas y desarrollarán buenas cualidades. Al comienzo, querrán ver si estás intentando volverlas dependientes de ti. Pero si brillas para ellas como el sol, una y otra vez; si eres amable sin importar lo que hagan, al final, te devolverán algo. También es muy difícil ayudar con dinero. Yo personalmente no presto dinero, más bien doy dinero si la gente lo necesita. Pero nunca los metería en una relación de dependencia.

Algunas personas siempre quieren ayudar, pero no son realmente de ayuda. ¿Puedes decir algo al respecto de esta especie de síndrome del ayudante?

Respuesta de Lama Ole:

Si la gente quiere ayudar sin haberse ayudado primero a sí misma, por lo general es alejada. A nadie le gustan estos ofrecimientos de ayuda que son pegajosos y demasiado personales. Muchas personas tienen un buen sentido para identificar lo que no es sano –cuando los ayudantes no quieren encargarse de sus propios problemas, y en vez de esto se meten en los de los demás–. Otras personas tal vez no hagan demasiado, pero están allí con firmeza, y todos quieren compartir sus vibraciones. Estas personas son más útiles de lo que uno podría pensar.

También hay un motivo por el cual la gente se ríe de las numerosas organizaciones de ayuda e instituciones religiosas, aunque sean útiles. Los borrachos van a ellas mientras tengan hambre y reciban un tazón de sopa y un sermón. Pero, apenas están un poco mejor, se van un poco más lejos a conseguir la sopa sin el sermón. Realmente podemos darnos una idea de qué es sano y qué no lo es. Incluso los perros sienten por qué los están acariciando –si se trata de alguien a quien de verdad le agradan o si solo quieren evitar ser mordidos.

¿Cuándo está bien decirle a alguien que ya no quieres ayudarlo?

Respuesta de Lama Ole:

Cuando pienses que ya no están trabajando con su situación ni progresando. Mientras que sientas que realmente están comprometidos y haciendo lo que pueden, está bien ayudar. Pero apenas se conviertan en víctimas y solo esperen algo, déjalos solos, porque en ese caso no están avanzando.

Esto puede sonar duro y no es el estilo de los años sesenta –donde tomó forma nuestro humanismo– pero uno tiene que pensar realmente en el bienestar de la persona. Las instituciones sociales y psiquiátricas de Europa Occidental ahora son muy buenas. Muchos de mis estudiantes trabajan en esa clase de lugares, y estoy seguro de que hacen un muy buen trabajo, al igual que otras personas. No tienes por qué tener remordimientos cuando dejas a alguien en manos de profesionales.

Tampoco deberíamos ser demasiado suaves con las personas que quieren suicidarse. Si el candidato comienza a ponerse evasivo, si ya no quiere explicar ni demostrar nada y dice todo dulcemente con una sonrisita delgada, a partir de ese momento ya no puedes salvarlo. Apenas se haya enamorado de la idea del suicidio, no hay nada que puedas hacer. Pero mientras exista algo de resistencia, mientras haya una lucha interna, podrás sacudirlo y decirle: “Sin duda renacerás en una zona de guerra en África”. Si la persona es un poco inteligente y sabe lo que sucede en el mundo, puedes decirle: “Piensa en los hutus y en los tutsis, y en lo que sucede entre ellos”. Si ha visto lo que sucede allí por televisión, es posible que puedas sacudirlo y hacer que se olvide de su viaje.

Si solo somos amables todo el tiempo, se enamorarán aún más de la idea del suicidio, ya que todos se la están tomando tan en serio. Entonces, cometerán suicidio a causa de los demás y no de ellos mismos. Al final, habrán hablado tanto sobre el tema, que tendrán que hacerlo.

¿Cuánto podemos dar sin hacer que el otro se vuelva dependiente de nuestra ayuda?

Respuesta de Lama Ole:

La psicología moderna tiene muchas ideas al respecto, pero para mí es mucho más simple: ayudas en tanto sea práctico y en tanto el otro no se vuelva oportunista. Ayuda mientras haya un intercambio natural. Si el otro se vuelve dependiente o no logra nada por su cuenta, puedes alegremente dejar pasar un encuentro y decirle: “Te he dado mi idea, si no te gusta, ve a otra parte”.

Por ejemplo, si yo solo diera buenas charlas cuando viene gente rica que podría donar algo, y charlas malas cuando vienen a escuchar solo unos cuantos viejos hippies, no sería ni un buen maestro ni un hombre honesto. Tengo que dar todo lo que pueda en todas las situaciones. Entonces, si algo no se entiende de la manera correcta, es el karma de las personas.

No creo que sea una buena idea medir el amor, más bien yo lo daría todo. En el amor, hay que ir a fondo y abrazar al que se acerque –y si alguien mantiene la distancia, también está bien–. Pero avanza con toda la fuerza que tengas y da lo que puedas. Esa es mi fórmula. Si la gente puede recibirlo todo, entonces reciben el cien por ciento; y si solo tienen el karma para un cinco por ciento, eso no significa que nosotros les damos menos.

¿Qué deberíamos hacer con amigos que constantemente se meten en situaciones difíciles, pero no están abiertos a recibir ayuda?

Respuesta de Lama Ole:

Si alguien realmente necesita golpearse la cabeza contra la pared, no tienes que estar siempre allí sosteniendo una almohada. En cambio, actúa como un torero, que grita “Olé” y deja que el toro se dé contra la pared. Antes de que los malos hábitos echen raíces muy profundas, la gente debería sentir rápidamente que las consecuencias duelen de verdad –que duelen tanto que el ego ya no puede seguirnos dorando la píldora–. Tal vez de esta manera se les ocurra cambiar algo.

Por supuesto, hay algunas cosas que no deben suceder. Por ejemplo, uno debe hacer todo lo posible por asegurarse de que alguien no se contagie de SIDA, ni lo pase a otros. No debemos permitir que nadie dañe con gravedad la salud de otros ¡pero está perfectamente bien si alguien acaba con la nariz sangrando a nivel personal! A menudo, tiene que doler mucho antes de que el ego esté dispuesto a ceder territorio.

Las enseñanzas del Buda son algo muy, muy precioso. Uno no debería correr tras las personas con ellas. Uno les hace saber que tiene las enseñanzas y ellos pueden correr por todos lados, hasta que descubran que las necesitan. Luego, podemos compartir con ellos lo que tenemos, pero nadie puede esperar que corramos tras ellos.

A menudo siento presión por las expectativas que mi familia tiene de mí. ¿Cómo puedo reducir este estrés sin decepcionar a nadie?

Respuesta de Lama Ole:

A las personas puedes darles pescado o enseñarles a pescar. Como budistas, deberíamos enseñarles a los demás a pescar y hacer que sean independientes. Jugamos con nuestros hijos hasta que aprenden a jugar solos. Luego podemos estar con ellos en ocasiones, y en otras hacer algo diferente. Si siempre apuntamos conscientemente a hacer que los demás sean autónomos e independientes –a que puedan desarrollarse y dominar por completo sus capacidades– podremos lograr mucho.

Si miramos las cosas desde esta perspectiva, no es difícil invertir media hora en la familia a veces, incluso cuando llegamos cansados a casa. Y luego, puedes decir: “Ahora están dando el noticiero y me gustaría verlo”, y más tarde, vuelves a darle un poco de atención a tu familia. Lo que es una verdadera carga es el hecho de que las generaciones hoy en día se estén alejando. En todas las sociedades, los niños solían ser criados por los abuelos mientras los padres salían a trabajar. Es una pena que las generaciones de personas mayores estén ahora sentadas en hogares de ancianos, mientras que los fuertes –quienes deberían estar trabajando duro y produciendo– tengan que pasar todo el día cuidando a los niños.

¿Cómo podemos ayudar a las personas que se quejan todo el tiempo, que están siempre insatisfechas, pero no quieren realmente hacer algo con sus problemas?

Respuesta de Lama Ole:

Hazles saber que no te interesa ese tipo de comportamiento ¡No les respondas! Cuando le haces ver a la gente su riqueza, se vuelven ricos. Si ellos se fijan en sus debilidades y errores, se vuelven pobres. Básicamente, la más alta verdad es el más alto gozo.

También es bueno mostrarle a la gente lo que sucede en el mundo, para que pongan sus problemas en perspectiva. Eso también los ayuda mucho.

¿Cómo podemos ayudar a alguien que siempre está deprimido?

Respuesta de Lama Ole:

Primero, muéstrale que su viaje mental no es interesante. Muéstrale que lo soportas porque son amigos, pero que no gana nada con eso, ni se vuelve más interesante. Luego, tal vez puedas hacerle cosquillas mentalmente –si no puedes hacerlo de otra manera–. Tan solo sé tercamente amistoso y responde únicamente a las cosas positivas. Yo hago eso. Sé que a veces los exaspero cuando lo hago. Vienen a mí pensando que tienen un gran problema, pero en realidad el punto es reconocer el espejo detrás de todos los reflejos que aparecen en él.

Mientras que ustedes solo ven las numerosas imágenes en el espejo y el agua sucia que sale de él, yo veo que cada vez más partes del espejo como tal comienzan a brillar. Eso es lo que me interesa. Los velos e impedimentos pasan y cambian todo el tiempo ¿Quién se los toma en serio al fin y al cabo? Eso no es importante.

Lo importante es la naturaleza búdica detrás de los velos. Eso es lo verdadero. Eso se vuelve más fuerte y es lo que verán y experimentarán cada vez más. No me burlo de ustedes ni soy superficial cuando les digo, “¡Te ves bien!” De hecho, se ven mejor cuanto más tiempo llevan en el dharma, realmente aprenden algo y se desarrollan.

Si alguien viene a nosotros y quiere contarnos sus problemas, ¿cómo podemos evitar vernos arrastrados a su mal viaje?

Respuesta de Lama Ole:

No aceptes nada de eso ¡Un nivel más alto de gozo es un nivel más alto de verdad! Una emoción perturbadora es algo negativo en sí mismo, algo que trae sufrimiento, un error en el programa. En cambio, dale a esa persona tu viaje mental. Se llama realismo: tú haces que las cosas buenas sean reales.

Siéntate allí con el Lama en tu corazón riéndose e irradiando luz a todos. Luego, ellos pueden contar sus historias hasta que sea demasiado y se vayan. Es un error fortalecer los malos viajes mentales de la gente. Hacerlo sería malinterpretar la actividad del bodhisattva. La verdadera actividad del bodhisattva es decirles a las personas: “¡Todo es un sueño! ¡El viaje mental no es importante! ¡No estaba allí antes y pronto habrá terminado!”.

¿Qué consejo podemos darles a los amigos no budistas cuando nos damos cuenta de que están demasiado aferrados a sus emociones perturbadoras?

Respuesta de Lama Ole:

En situaciones como esta, podemos recordar un dicho de antaño: “Lloraba por no tener zapatos hasta que vi a un hombre que no tenía pies”. Puedes recordarles que muchísima gente la pasa mucho peor que ellos. Es posible que luego no les agrades; puedes deshacerte de algunas personas difíciles de esta manera. Pero cuando las cosas les empiecen a ir mejor, volverán a ti y otra vez les agradarás. Incluso, tal vez valoren tu honestidad en ese momento.

Si intento ayudar a alguien que tiene dificultades, pero no veo progreso, ¿durante cuánto tiempo debo ser paciente y seguir intentándolo, y cuándo es mejor retirarse?

Respuesta de Lama Ole:

Si las personas están dispuestas a aprender, podemos quedarnos con ellas. Pero si solo buscan una forma de expresar sus malos hábitos, entonces debemos detenerlas. Simplemente, fíjate si están desarrollándose y progresando en el espacio que estás creando para ellos, o si tan solo lo utilizan para que sus malos hábitos se solidifiquen. Si uno permite que las personas fortalezcan hábitos negativos o estúpidos, eso es compasión estúpida. No es bueno para ellos en absoluto.

De hecho, hay un excelente dicho alemán: “Lo que no me mata, me hace más fuerte”. La escuela más difícil es la mejor, y permanecer en ella hasta el final es la mejor y la más rápida manera de desarrollarnos, no hay duda.

Si notamos que un amigo vive en un mundo de fantasía, ¿debemos destruir sus ilusiones, o eso sería peligroso?

Respuesta de Lama Ole:

¿Saltaría él por la ventana si destruyeras sus fantasías? Si lo haría, entonces no tienes un amigo, sino un paciente. Tienes que fijarte si las personas pueden soportar que les hables de lo que está sucediendo realmente. Si pueden soportarlo, puedes destruir sus ilusiones. Después de esto, deberías seguir siendo amistoso; mantén la distancia, pero quédate allí de forma protectora y haz buenos deseos.

Si no puedes decir nada, al final solo puedes desearles lo mejor. Intenta ayudarlos dos o tres veces, y si eso no funciona, simplemente sé amable y haz buenos deseos.

¿Qué podemos hacer por personas muy confundidas o que incluso sufren psicosis?

Respuesta de Lama Ole:

En un caso como ese, yo trabajaría con mantras. Dales el bueno y vigoroso mantra OM MANI PEME HUNG y acostúmbralos a usarlo. Un mantra funciona como una capa protectora de aceite. Las perturbaciones suelen dejar rayones en nuestra mente y crean hábitos en los que caemos una y otra vez. Pero cuando usamos un mantra, las perturbaciones comienzan a patinar de un lado para otro y luego desaparecen, sin crear hábitos. Una buena dosis de OM MANI PEME HUNG es buena para todo el mundo. Solo ten cuidado de que no piensen que estás tratando de convertirlos a la fuerza.

¿Cómo debemos lidiar con las personas difíciles?

Respuesta de Lama Ole:

Cuando las personas son difíciles, por lo general lo mejor es dejarlas que hagan lo suyo. ¡Solo mantén la distancia! Nadie te paga por educarlos. Pero si no puedes evitarlos, piensa: “¡Aquí puedo aprender sobre la paciencia! Sin paciencia, no hay iluminación; sin personas difíciles, no hay paciencia. ¡Gracias!”.

En cualquier caso, lo mejor es simplemente hacer lo que tenemos enfrente de la nariz y no prestarle atención a la ira. Hay una historia del propio Buda. Alguien se acercó a él y realmente quería causar problemas. El Buda lo escuchó durante un rato y luego dijo: “Si alguien quiere darte un regalo, pero no lo aceptas, ¿a quién pertenece el regalo?”. “A quien lo da”, respondió el hombre. “Entonces, quédate con tu mal viaje” –dijo el Buda–. “Lo siento, pero no lo necesito, ni lo quiero”.

Puedes examinar con mucha calma si quieres ese viaje mental o no. Si la persona problemática no te molesta mucho, simplemente puedes verla como un animal exótico del zoológico. Es distinto cuando alguien está claramente perturbando a muchas personas. Si están dañando a otros, hasta cierto grado eres responsable de lidiar con ellos. En ese caso, tienes que ver si se comportan de manera difícil porque son incapaces de actuar de otra manera, o si tan solo quieren ser difíciles. Probablemente, lo mejor sea halagarlos mucho y enviarlos a otra parte. Si esto no es posible porque clavan sus garras y buscan tu atención de forma constante, intenta dejarles claro que no tienes mucho tiempo y que tienes que hacer lo que es posible.

Pero deberíamos ser siempre pacientes y ver a estas personas como un espejo de nuestra propia mente. El hecho de que constantemente nos encontremos o no con personas difíciles, depende también de nuestra visión. Si un profesor entra al salón de clases y piensa: “¡Oh, no! ¿Qué hacen aquí estos treinta gorilas?”, no podrá enseñarles mucho a los niños, porque no puedes enseñarles mucho a los gorilas. Pero si entra y piensa: “¡Guau! ¿Qué hacen aquí estos treinta Einsteins?”, entonces todo será posible.

Si provocas a las personas difíciles, las ignoras e impides que tengan lo que quieren –haciendo que se enojen– crearás karma negativo para ti mismo. Pero si actúas con buena motivación y quieres ayudar a las personas, las cosas saldrán bien. Realmente depende de la motivación.

¿Cómo deberíamos actuar con las personas que nunca ven nada bueno en nosotros y solo critican?

Respuesta de Lama Ole:

Tal vez puedes enviarlos lejos a conocer a otras personas, si es posible. Por otra parte, no debemos ser tan escurridizos como para pensar que siempre la culpa es de los demás, cuando tienen un problema con nosotros. Tenemos que escuchar con atención.

Sin embargo, si las personas tienen el hábito de fastidiar, sin duda puedes encontrar otra compañía. La vida es demasiado corta para estos viajes. Si la gente quiere ser difícil y malhumorada, pueden serlo por su cuenta. No hace falta que estemos con ellos. Piensa en la vida como una obra de teatro: interpreta dos papeles en las comedias y evita las tragedias.

Es gracioso ver el drama que crea la gente, por ejemplo, en las familias. Es una audiencia muy pequeña y a nadie le gusta la obra, pero la representan día tras día. En casos como este, solo puedes sacudir la cabeza…

Debemos insistir en mantener las cosas interesantes: que haya crecimiento, que sea divertido. Si las cosas se ponen tontas, puedes marcharte. Siempre puedes irte a meditar, leer un libro, visitar gente, y así. Tienes muchas posibilidades. Luego, puedes regresar cuando la situación vuelva a ser razonable.