¿Cómo puedes saber si estás equivocado, si los demás están equivocados o si todos estamos equivocados?

Respuesta de Lama Ole:

Con parejas o grupos muy pequeños que tienen relaciones cercanas, seguramente todos los involucrados tienen una parte del problema. Pero cuando el noventa por ciento de las personas que conocemos tienen el mismo problema con nosotros, no deberíamos tratar de zafarnos diciendo: “¡Oh, qué extraño! ¡Todos se han creado la misma ilusión!” Ahí tenemos que revisarnos a nosotros mismos de cerca.

Como dijo alguna vez Abraham Lincoln, de los Estados Unidos: “Puedes engañar a algunas personas todo el tiempo o engañar a todas las personas algunas veces. Pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”. Esta es una buena regla de oro para chequearnos y ver cómo los demás nos perciben. Si uno siempre tiene la misma discusión con la gente, quizás uno tenga un problema viejo con la ira, o puede haber algo subliminal que molesta a los demás. Yo me lo tomo muy en serio cuando la gente me dice algo.

La inteligencia es descrita como la habilidad de adaptarse a las nuevas situaciones. Es una buena señal si uno puede cambiar de vez en cuando y cortar unos cuantos kilos de grasa de comportamiento inútil.

No estamos siendo fieles a nuestros principios cuando nos aferramos a hábitos estúpidos. Si siempre estamos ofendiendo a otros, no podemos simplemente decir: “Bueno, es mi personalidad”.

Y realmente deberías alegrarte cuando la gente señala tus deficiencias, porque así puedes aprender. Esa es la razón básica por la cual todas las dictaduras caen: la gente descubre que el jefe no puede soportar escuchar nada malo de sí mismo. Luego, su círculo interno comienza a protegerlo de lo que realmente está sucediendo, y de repente toda la población ha partido en otra dirección. El jefe se queda con una pequeña pirámide de quince hombres que siempre dicen “sí”, y todo se derrumba.

Deberíamos estar contentos de recibir críticas. Mientras la gente nos critique, podemos aprender. Cuando se dan por vencidos y no dicen nada, o hablan a tus espaldas, entonces tienes un problema.

¿Tiene sentido discutir sobre budismo con personas que tienen un punto de vista completamente diferente?

Respuesta de Lama Ole:

Todo lo que les he dicho sobre el budismo, ha sido para fortalecer su mente. No es un arma o una herramienta para ayudarlos a ganar discusiones o convertirse en campeones del debate. Cuando surge una discusión, es suficiente con desearle lo mejor a las otras personas, mientras nosotros disfrutamos nuestra libertad para encontrar la felicidad a nuestra manera.

Mientras las personas no intenten presionarnos o quitarnos nuestra libertad, debemos desearles lo mejor y prestar atención a lo que realmente nos interesa. Pero si tratan de hablarnos como misioneros, deberíamos saber cuál es nuestra posición y decírselo amistosamente. Esto debe suceder de manera calmada y sin intentar probar nada o “ganar” la discusión.

¿Cómo podemos ayudar a las personas que están tan atrapadas en su difícil situación que no pueden ayudarse a sí mismas?

Respuesta de Lama Ole:

En lugar de ver a las personas como pecadoras, primero construye un puente humano. Quizás eres el único que le dedica un poco de tiempo a esa persona. Por ejemplo, cuando vas al carnicero, primero eres amigable. No le das lecciones de moral, señalando cuántos animales tuvieron que morir. Eso solo lo arruinaría todo. Luego, después de un tiempo, cuando hayas establecido una buena conexión, es posible que seas el único con el que el carnicero pueda abrirse un poco. Tal vez él diga: “En realidad, tengo muchas pesadillas y a menudo tengo miedo”. Y tú podrías decirle: “Tal vez estés obteniendo un poco del miedo de los animales que matas”.

Sé breve, para que él no piense que estás tratando de educarlo. Y cuando haya digerido eso, puedes darle una sugerencia en algún momento, como: “Hay un nuevo puesto disponible en la oficina de correos, ¿no preferirías trabajar allí?” Ayudar a los demás no significa solo ser amable; también significa detenerlos cuando cometen errores. Pero incluso con las personas difíciles, uno no debe romper el vínculo. Quizás eres la primera persona que conocen que puede ayudarlos de alguna manera. Entonces realmente necesitas tener mucha paciencia y ayudar a las personas de manera constructiva una y otra vez.

La Promesa del Bodhisattva consiste en tener el deseo de ayudar a todos los seres. ¿Cómo puede uno hacer esto de una manera práctica?

Respuesta de Lama Ole:

En 1972, cuando Hannah y yo fuimos más o menos los primeros en comenzar, también pensaba que tenía que hacer todo por todos. Lo intenté y caí rápidamente de bruces, porque cuando el sombrero no queda, simplemente no queda. Entretanto, bajé de mi gran caballo de querer ayudar a todos; ahora me quedo con los que pueden entender lo que estoy diciendo. Afortunadamente, no somos las únicas personas que hacen cosas por los demás. Entre los socialistas, cristianos, hindúes y otras escuelas budistas, también hay personas que están ahí para aquellos que no se sienten atraídos por mi forma de trabajar o nuestros grupos. No necesitamos atender a los enfermos mentales ni los casos de asistencia social, porque hay personas que están capacitadas y se les paga para hacerlo. Y estamos contentos con su buen trabajo.

También contribuimos a esto mediante el pago de nuestros impuestos –por ejemplo, con 80 centavos por litro de combustible que bombeamos y con el 19% de impuesto en todo lo que compramos–. Es por eso que no necesitamos hacer nada más que permanecer fieles a lo nuestro. Hacemos lo correcto y lo que nosotros mismos hemos entendido. Hay otros sombreros para otras cabezas, por lo que no necesitamos diluir nuestras enseñanzas ni hacerlas más simples. Simplemente no es nuestra responsabilidad ofrecer algo que se ajuste a todo el mundo. En su lugar, queremos transmitir lo que tenemos de una manera clara y sensata. Así, todos los que tengan cabeza o corazón para ello pueden entrar en contacto con una transmisión pura y enseñanzas claras.

Nos ocupamos de las personas que de otra manera no encontrarían nada en ningún otro lugar: personas que son demasiado críticas e independientes, y que piensan con demasiada claridad como para sentirse como en casa bajo la guía de un dios o en un sistema jerárquico. Les ofrecemos a estas personas un campo donde pueden crecer y aprender.

¿Cómo podemos saber qué es lo mejor para todos los seres a largo plazo? Queremos actuar en beneficio de todos los seres, pero no estamos iluminados.

Respuesta de Lama Ole:

Puede ser un poco difícil descubrir qué trae la felicidad y qué nos aleja de la felicidad. Así que solo usaría la vieja dosis de sabiduría popular: trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti. Comenzaría con lo que es evidente, con lo que a la gente le gusta. Sé amable con ellos y evita dañarlos.

Existen tres niveles diferentes para beneficiar a los demás. En el primer nivel, podemos darles alimentos y vitaminas, pero quizás no una botella de schnapps (aguardiente) si aún tienen que conducir a casa. Hacemos lo que está delante de nuestra nariz; les damos las cosas materiales que les ayudarán en el corto plazo. Lo mejor que puedes hacer como buen budista es mirar hacia el futuro y ver los problemas a gran escala, como la sobrepoblación. Luego puedes buscar las causas de esos problemas y eliminarlos.

En Ruanda o Bosnia, por ejemplo, definitivamente hay demasiadas personas en muy poca tierra. Debido a que se tratan mal entre ellos, no tienen un nivel de educación decente, ni un nivel de vida decente. Y miras hacia el futuro y dices: “¡Condones en lugar de cañones para África!”

Luego hablas con tus amigos y tal vez uno de ellos conoce a un hombre en el Parlamento o en el Congreso, que quizás diga: “Necesitamos asegurarnos de que las personas de los países cálidos no nos invadan, haciéndonos pobres a todos. De esta forma, ya nadie podrá hacer nada en el largo plazo. En cambio, si ellos tienen menos hijos, podrán vivir mejor”. De esta manera, aumentarás gradualmente la conciencia acerca del problema. Pero yo no intervendría en cosas en las que no pudiera tener una influencia directa.

En el segundo nivel, uno puede satisfacer las necesidades de las personas de manera más duradera. Uno puede hacer que las personas sean independientes, por ejemplo, a través de la capacitación y la educación, y enseñándoles a manejar sus propias vidas. Pero aún esta ayuda solo sirve hasta la tumba. Los hombres ricos pueden ser llevados al cementerio en un coche fúnebre más largo o pueden dejar una deuda más grande, pero al final llegarán a su tumba.

En el tercer nivel, el mejor regalo que uno le puede dar a otros es ponerlos en contacto con las enseñanzas del Buda; hacer que tomen conciencia de su propia naturaleza búdica. Todo lo que hace que la gente sea independiente es bueno, y lo que los hace dependientes, lo que los limita y debilita, no es bueno. Cada vez que le das a la gente confianza en sí misma y en sus posibilidades, has hecho algo bueno. Esto es lo que hace el Buda. Él no dice: “¡Diez por ciento más para los trabajadores!”, sino que nos lleva a un nivel en el que hay menos codicia, avaricia y envidia.

Debemos esforzarnos por mostrarles a las personas la claridad del espacio atemporal de sus propias mentes: aquello que está entre los pensamientos, aquello que sabe lo que se piensa, se experimenta y se siente. Si podemos darles a las personas más espacio entre sus orejas o sus costillas –o donde sea que piensen que está su mente– entonces realmente les habremos ayudado. De esta forma, actuamos de manera muy práctica, paso a paso. Aprendemos a través de la práctica. Si uno siempre hace lo mejor por el bien de los demás, una y otra vez, rara vez comete errores.

¿Puede uno actuar siempre en beneficio de los demás o debería a veces pensar en uno mismo?

Respuesta de Lama Ole:

Si uno piensa así, hay un malentendido fundamental. En la medida en que trabajamos para otros, ellos también hacen algo por nosotros. Por supuesto, también debemos actuar con inteligencia. Uno no debería darles dinero a los vividores, ni darles a las personas difíciles la oportunidad de ser difíciles. Si alguien siempre está recostado en ti, no debes dejar que se aproveche, eso no ayuda a nadie. Lo mejor es un intercambio alegre con los demás, donde todos dan lo que tienen.

Cuanto más das a nivel humano, más obtienes. La mente es como un pozo. Si siempre sacas agua de él, entonces siempre está fresca. Pero si no sacas agua, en algún momento habrá cinco ranas muertas en el pozo y no podrás beber de ella.

Yo no pensaría tanto en mí mismo. Cuando pensamos en nosotros mismos tenemos problemas, pero cuando pensamos en otros, ¡tenemos cosas importantes para hacer! No invitaría a este “yo” en absoluto. Intentaría ver qué es lo más útil. A veces puede ser más útil hacer algo por uno mismo y otras veces hacer algo por los demás. Puedes hacer flexiones para fortalecerte y luego puedes ayudar a alguien subiendo el piano por las escaleras. Cuando actúas de esta manera, no involucrarás tantos conceptos. Si haces lo que está frente a tu nariz y siempre tienes la sensación de “nosotros”, entonces todo es grande.

De esta manera, también experimentarás que todos somos dependientes unos de otros; que todos estamos mutuamente condicionados. Si uno comienza con la actitud de hacer las cosas para uno mismo, es posible que tenga que cambiar de carril para comprender que se trata de un “nosotros”. Pero si uno no hace distinción entre “yo” y “nosotros”, sino que hace lo que hay que hacer –lo que es divertido y lo que fluye en cada momento– entonces todo es un regalo. Entonces aparecen campos de poder y conexiones; posibilidades se condensan del espacio y siempre estás en casa. Lo más importante es que uno esté siempre en su centro, descansar en uno mismo, confiar en uno mismo. Desde este centro, podemos actuar desde una posición de excedente y poder.

Si actuamos siempre de manera desinteresada, ¿no corremos el riesgo de ser ignorados o maltratados?

Respuesta de Lama Ole:

Algunas personas piensan que actuar de manera desinteresada significa minimizarte y apoyar a los demás a tus expensas. Desde un punto de vista cristiano, estamos acostumbrados a pensar en términos de “uno u otro”, viendo a una persona como pequeña y a la otra grande –pero eso es demasiado simple–. Si crees que puedes hacer el mejor trabajo en una situación dada, entonces actuar de manera desinteresada puede significar ofrecerte a ayudar. Esto significa que, en cada situación, uno apunta a lo que traerá el mayor nivel de beneficio para todos.

Lo más desinteresado que uno puede hacer es no tomarse en serio las emociones negativas de los demás. No pongas energía en esto; no les sigas el juego. Mira estos viajes como “conejos con cuernos” –como dicen los tibetanos– como algo que no existe. En su lugar, pon el mejor viaje por delante. Si te comprometes con el nivel más alto de verdad, cultivarás lo mejor que puede suceder en cualquier situación.

¿Por qué a veces no somos bien recibidos por las personas, incluso cuando queremos hacer algo útil por ellas?

Respuesta de Lama Ole:

Siempre pienso que el karma de la gente no era lo suficientemente bueno, y continúo felizmente con el siguiente trabajo. Si siempre haces lo mejor que puedes, el resto es el karma de las personas.

Cada quien tiene su propio karma. Uno solo puede ayudar a los demás si se juntan un anillo y un gancho, si hay apertura. Si esto no es posible, uno tiene que darles pasivamente energía positiva, y en algún momento –cuando se olviden de pensar en sí mismos– esta penetrará.

Naturalmente, también depende de qué tan hábilmente presentes las cosas. Hay personas que podrían vender ropa interior larga en el Sahara y otras que ni siquiera podrían venderla en Groenlandia. Si no logras comunicarte con alguien, entonces reconoce tu falta de experiencia e intenta aprender algo. Quizás más adelante haya una situación en la que puedas manejarlo mejor.

Cuando hablo con personas que tienen visiones equivocadas, me vuelvo arrogante con bastante rapidez, y cuando se dan cuenta de eso, aceptan aún menos lo que les digo. ¿Sería mejor para mí no decir nada?

Respuesta de Lama Ole:

En algún momento eso simplemente se detiene. Primero trata de entender que todos son budas y que el solo hecho de que puedan pensar es en realidad fantástico, y que puedes compartir algo con ellos. Luego trata de construir las cosas desde este nivel.

Uno debería tratar de enfocarse siempre en algo hermoso acerca de la otra persona. Si su cara es un poco extraña, tal vez sus manos sean agradables, o su corbata, o el auto que conduce, o su novia. ¡Cualquier cosa! Encuentra algo que te interese y que también haga sentir cómodo al otro, y convierte eso en la base del encuentro. Luego, desde este punto de riqueza, expandes la conexión más y más hasta que realmente puedes compartir algo.

Al mismo tiempo, uno también debe entender que la razón por la que algo en los demás nos molesta y nos vuelve arrogantes y orgullosos, es que nosotros mismos tenemos un problema con estas cosas. Uno debe tener esto en cuenta; es fácil de olvidar. El mundo es solo un espejo para nosotros. Solo tenemos problemas con el exterior si aún tenemos algunos parches espinosos en el interior. Pero eso no significa que no debemos hablar con los demás hasta que estemos iluminados. ¡Solo aprendemos al hacerlo!

Si tienes que aclarar un problema con alguien, puedes comenzar en un nivel en el que puedan verse a los ojos. Entonces, simplemente puedes decir, de una manera muy tranquila: “Oye, ayer te oí decir esto y aquello, ¿realmente querías decir eso? Yo lo veo de esta manera…” Comienza primero desde un nivel de excedente y luego todo saldrá bien. ¡Cuando realmente te gustan las personas, ellas aceptarán cualquier cosa que venga de ti! Lo sentirán.

Eres un joven bodhisattva, así que en realidad es solo cuestión de tiempo hasta que el estilo rígido desaparezca y puedas seguir tu corazón por completo. Y no pierdes sabiduría en el proceso; no te vuelves aburrido ni poco claro. Mantienes la claridad y al mismo tiempo eres libre de enfocarte en lo que quieres, y en ayudar a los seres de diferentes maneras.

¿Cómo deberíamos reaccionar cuando nos provocan?

Respuesta de Lama Ole:

Siempre es un signo de fortaleza si puedes ser bondadoso. Los perros pequeños tienen que ladrar, pero los perros grandes no necesitan hacerlo, todos saben que son fuertes. También es así con nosotros. La práctica del protector nos ayuda a fortalecernos, y en situaciones críticas podemos mantenernos tranquilos y ser amables. De eso se trata.

Así es como puedes reconocer tu propio desarrollo ¿Cuánto espacio tienes? ¿Cómo percibes lo que hace la gente? En lugar de sentirte atacado, simplemente piensas: “¿Por qué hacen eso? ¿Por qué saltan de arriba a abajo, voltean los ojos y hacen ruidos raros? ¿Por qué diablos actuarían así?”

Lo que te digo aquí conlleva una gran responsabilidad. Esto también es parte de la Promesa del Bodhisattva. La forma más rápida de desarrollarse es actuar siempre de la manera más noble posible. Trata de comportarte como un bodhisattva, incluso cuando no puedas detener los hábitos de tu habla y te escuches a ti mismo decir algo que sabes que no deberías decir; o cuando no puedas controlar tu mente y te encuentres en un rincón donde no quieres estar; o cuando no puedas controlar tu cuerpo y hagas cosas que sabes que irritarán en extremo a otros.

Pero incluso si no puedes detenerte, debes al menos intentar ver que esto está sucediendo entre budas. Uno puede sonreír un poco, hacer una broma sobre la escena que uno está haciendo para que no se vuelva demasiado seria y pesada, para que se abra un poco. Intenta ver la situación desde el nivel más alto posible. Simplemente decide que está sucediendo entre budas, que tiene sentido, que es buena la forma en la que se está desarrollando.

Esta es la esencia de todo lo que estoy hablando aquí. Las emociones perturbadoras y los hábitos estúpidos son fuertes, pero también son torpes. Podemos desarrollar más y más espacio alrededor de los hábitos para evitar un ataque emocional, o para simplemente dejarlo pasar. Hay muchas posibilidades. Comienza a repetir un mantra para crear una capa de aceite que haga que la emoción resbale, o de repente di “¡PEI!” internamente y luego concéntrate en otra cosa. Hay muchas formas de bloquear estos empaques emocionales y destrozarlos.

Es parte de la práctica del Camino del Diamante ver que estos viajes son un sueño, viejos restos de hábitos que uno no debe tomarse en serio. El noventa por ciento de todos los problemas son bastante estúpidos, pero son parte del proceso de crecimiento de las personas. Y si uno no está allí en el momento y no puede dar a otros lo que necesitan, entonces no se desarrollan.

Quizás su problema nos parezca estúpido si hemos meditado unos años más o hicimos más en la vida anterior, pero para ellos se siente muy real. Entonces tenemos que abordarlo y dar lo mejor de nosotros. Esto es difícil a veces si uno tiene prisa. En la vida laboral, no siempre tenemos que lidiar con el problema, pero en nuestras relaciones con otros como budistas, lo hacemos. Eso aplica para todos ustedes: en los centros, para los que viajan conmigo, etcétera.

De acuerdo, si la gente solo quiere armar problemas, mándalos lejos. Pero si tienen un problema real, tenemos que encargarnos de él y no creernos mejores. En lugar de eso, haz de cuenta que eres una matrona, que piensa: “Ah, un niño hermoso está llegando al mundo”.

¿Cómo puedo ver la belleza en ser madre? Tengo un bebé y no he dormido bien durante ocho meses. Estoy totalmente exhausta y el niño a menudo se enferma. Quiero darle amor, pero estoy tan agotada que temo que voy a caer del cansancio.

Respuesta de Lama Ole:

Yo también estoy trabajando al límite todo el tiempo. A menudo llego a algún lugar, me encuentro con todos mis amigos y estoy ansioso por hablar con ellos. Pero sé que si no me acuesto por una hora primero, daré una conferencia muy aburrida más tarde porque diría lo mismo una y otra vez por la fatiga.

Pero también es posible usar el dolor como fuente de energía. Varias veces he logrado terminar una conferencia debido únicamente a que el dolor me sirvió como fuerza de empuje. Recuerdo que una vez extendí mucho una conferencia porque la policía estaba parada afuera y quería hablarme sobre el auto en el que llegué. Y como no querían interrumpir la conferencia, la extendí más y más hasta que se fueron. Estaba tan cansado que apenas podía mantener los ojos abiertos. Pero mis botas estaban demasiado apretadas y ese dolor me permitió resistir.

Creo que fue el actor Laurence Olivier quien recomendó mantener siempre una piedra en tu zapato cuando tengas que aprender algo. Esta presión dolorosa era un punto de referencia para él, desde el cual podía ganar fuerza. Si te duelen los ojos, sé consciente de ellos y saca la energía del dolor de ellos. Si te duele la espalda, presta atención y úsala como fuente de energía.

En tu caso, sería mejor usar tu amor maternal como una fuente de fortaleza. De hecho, esto es lo que dos mil millones de madres en el mundo están haciendo exactamente de la misma manera en este momento. Trata de sacar fuerza de tu amor maternal y de tu experiencia.

Siempre encuentra lo que sea más fuerte y saca energía de allí. Cualquier pensamiento que aparezca, dale un uso. Enriquécete a través de tus experiencias. Comienza desde una perspectiva rica, nunca desde una pobre. Nosotros creamos nuestras propias vidas, nosotros mismos determinamos lo que sucede. Toma el camino de la identificación, es el más rápido y el más directo.

En el nivel externo, evita cualquier cosa que te pueda conducir a sueños y experiencias difíciles. Evita las hostilidades reales y los problemas grandes, por ejemplo, nunca prestes mucho dinero. Luego, en el nivel interno, se trata de desarrollar compasión y sabiduría. La compasión significa pensar tanto en los demás, que uno no tiene más tiempo para sí mismo; y que uno también reconoce verdaderamente y experimenta el deseo de felicidad para todos los seres. Sabiduría significa no volver a tomarse las cosas de forma personal; despertar al hecho de que tales cosas les suceden a todos en algún momento.

Y en el nivel más alto, uno se identifica directamente con los budas. Todas nuestras meditaciones funcionan exactamente de la misma manera. Después de una meditación de veinte minutos, nada es como era antes. Al salir de la meditación, uno entra en un mundo puro: todos son budas, lo sepan o no. Todo es inherentemente puro, lleno de cualidades y posibilidades. Es importante experimentar todo desde el nivel del excedente. Y eso significa, no solo meditar, sino también actuar como un buda tanto como sea posible. Aún después de la meditación, la pareja está demasiado gorda, el perro todavía ladra, los niños siguen siendo inmanejables y el jefe sigue siendo insoportable. Pero uno experimenta todo esto de una manera diferente. Es importante experimentar un nivel puro al salir de la meditación.

¿Qué debemos hacer si nos encontramos con personas que quieren mantenernos pequeños y dependientes?

Respuesta de Lama Ole:

Si la gente quiere mantenerte pequeño y dependiente, entonces hazte un poco más poderoso. Haz un poco de ejercicio con pesas, aprende un arte marcial o sedúcelos. Enfréntalos con el hecho de que ya no eres tan pequeño, aunque no les va a gustar esto, porque la mayoría de las personas tienen ideas fijas sobre cómo deberían ser los demás. Sé persistente, no reacciones a esto y sigue viviendo como desees. De esta manera, la relación puede nivelarse hasta lograr una buena convivencia con el paso del tiempo, y podrán compartir sus ideas. Pero no te dejes encarcelar. Si nada cambia, sigue viviendo a tu manera.

¿Cómo podemos reconocer con qué tipo de persona estamos tratando?

Respuesta de Lama Ole:

Primero, fíjate en el lenguaje corporal. Si se reclinan en su asiento y dan la impresión de que no quieren escuchar, entonces son personas iracundas, y es mejor mantener un poco de distancia. Si se acercan a ti y siempre quieren más, son impulsadas por el deseo y uno puede entrar en la situación por completo. Y si miran hacia atrás y hacia adelante y no saben lo que está pasando, entonces uno está ante una persona confundida.

También ves esto en las calles: algunas personas casi se caen dentro de las vitrinas de las tiendas porque lo quieren todo. Otros casi son atropellados por los autos porque quieren tener mucha distancia de todo. Y algunos van en zigzag de aquí para allá, porque no saben a dónde quieren ir. La ropa también dice mucho, ya sea que se ajuste al cuerpo y muestre la piel o si en cambio es un poco acartonada o desmañada.

Yo mismo soy el mejor ejemplo de los impulsados por el deseo. Para mí es casi imposible recordar cosas que no me gustan, y constantemente me gusta todo lo que veo. Los del tipo iracundo, por otro lado, son aquellos que siempre pueden encontrar algo que no les gusta. Hay más distancia. Cada quien tiene su caja; son más dignos y corteses. Y luego están los del tipo filosófico, que tienen muchas ideas y realmente no saben lo que quieren.

Uno simplemente debe tratar de comportarse con los demás de acuerdo con sus tendencias. El dharma es bueno para todos. Los caminos son diferentes, pero en la meta todos somos uno nuevamente. Con esta buena sensación, uno pasa por alto las diferencias y trata de usar lo mejor en el momento.

¿Qué debo hacer si a menudo me encuentro entre personas con las que no encajo o cuya compañía realmente no me gusta?

Respuesta de Lama Ole:

Entonces, deséales todo lo mejor, vete y haz aquello que te interesa. Construye tu propio campo de poder en otro lugar. Los seres humanos emanan ciertas energías; algunas son compatibles y otras no. Si otros están perturbados por lo que estás haciendo, entonces sepárate de ellos sin tomártelo personal, porque sabes que ellos también quieren ser felices y evitar el sufrimiento.

Actúa de acuerdo con la situación. Si crees que alguien te está tratando mal, entonces puedes darle una lección. Tienes que ser capaz de defenderte a ti mismo. Pero tu reacción siempre debe ser consecuente con la situación. Así que, por favor, no rompas una nuez con un mazo.

Si alguien está constantemente causándome problemas, ¿cómo puedo aclarar la situación sin que ambos nos enojemos?

Respuesta de Lama Ole:

Es mejor decir lo que uno piensa de una manera honesta y amigable.

Simplemente dile a la persona, sin ningún enojo, que no te gustan ciertas cosas, que te resultan desagradables y que te gustaría que este comportamiento terminara. Si la otra persona no reacciona, ni siquiera ante una solicitud repetida, entonces toma algo de distancia. Aclara las condiciones bajo las cuales podrían vivir juntos, luego múdate o pídele que se vaya si es necesario.