Cuando veo una injusticia, me enojo muy rápido, ¿podría esto ser útil si me motiva a intervenir?

Respuesta de Lama Ole:

Cuando tienes ira, siempre actúas de manera incorrecta. No deberías ser débil ni limitar tu campo de visión. Debes hacer lo que sea necesario, con compasión.

No sé cuándo surgió la idea de que con la ira uno resuelve mejor las cosas ¡Esto no es cierto! La ira es un veneno para la mente; nos enferma y nos vuelve poco claros. Solo cuando mantengas la cabeza fría ganarás.

Procura entender que todos los seres quieren ser felices y evitar el sufrimiento. Aunque no puedas verlo, básicamente todos los seres tienen una naturaleza búdica, incluso alguien como Jomeini. Él no es malo, simplemente su mente está tan oscurecida que, de todas las opciones, siempre elige la equivocada. Él también quiere tener felicidad y evitar el sufrimiento, pero está tan confundido que solo comete errores.

Al comprender que las personas son ignorantes y no malas, puedes evitar la ira. Toma este profundo entendimiento y reacciona con compasión, pero también con el discernimiento necesario.

Tengo entendido que uno puede usar la violencia si es necesario, pero debería hacerlo sin enojo.

Respuesta de Lama Ole:

Sí, es correcto. Por ejemplo, si hay gente que está perturbando gravemente mis conferencias, a veces las saco personalmente. Mientras que uno no esté enojado, pero haga lo que es necesario, está completamente bien.

A veces es importante tomar medidas drásticas. Si solo tenemos haraganes, que no arriesgan nada, desvían la mirada y no asumen ninguna responsabilidad, nuestra cultura desaparecerá al cabo de un tiempo.

Si uno debe usar la violencia, debe hacerlo sin emociones. Más bien, es imperativo que se haga con compasión. Uno debe trabajar como un médico que sabe: “si no opero ahora, habrá más sufrimiento y más dificultades después”. El propósito debe ser beneficiar a los demás y finalmente ayudarlos en su camino.

Aquí hay un ejemplo divertido. Mi madre medía unos cinco pies de altura y pertenecía a la generación anterior a las vitaminas, pero también era profesora de educación física. Teníamos una casita de verano en Dinamarca, cerca de un prado donde los caballos solían pastar. Cuando era un niño de cinco años, una vez me quedé allí de espaldas a la cerca, perdido en mis pensamientos, acariciando un caballo que tenía su boca sobre mi hombro. Mi madre vio que el caballo –de repente– puso sus orejas planas; por algún motivo se tornó agresivo y mostró sus dientes. Mi madre saltó por encima de una cerca que era tan alta como ella y golpeó con su cabeza el vientre del caballo –con toda potencia– justo cuando me iba a morder. El caballo saltó casi un metro en el aire. Mi madre no tenía nada contra el caballo, pero quería que yo continuara viviendo con dos brazos.

En situaciones como esta, uno experimenta una dimensión completamente nueva, como si estuviese en cámara lenta. Uno actúa con mucha precisión, y la mayoría de las veces tiene éxito sin dañar demasiado al oponente.

¿Hay situaciones en las que uno tiene que actuar con una apariencia de enojo para crear algo bueno?

Respuesta de Lama Ole:

Si actúas con ira, el resultado no puede ser amor, paz y armonía. La ira es tóxica. Solamente cuando el ego no confía en sí mismo, piensa que tiene que actuar con ira.

Actúas mucho más efectivamente sin ira. Tus acciones son más fuertes y mejores cuando actúas por compasión. Entonces eres mucho más suave, ves exactamente lo que hay ahí y obtienes tu resultado. Exteriormente, puedes asumir una apariencia poderosa y enojada, pero interiormente no debes estar enojado.

Muchos jóvenes vienen a mí pidiendo un certificado que diga que, como budistas, no pueden convertirse en soldados. Yo no puedo apoyar esto; yo mismo fui soldado. Si no hay soldados, ¿quién protegerá nuestra sociedad y nuestra libertad? En realidad, tenemos nuestra libertad únicamente porque tenemos suficientes soldados. Puedes perfectamente ser budista y proteger a tu país. Simplemente, no debes estar enojado al hacerlo.

A veces me las arreglo bastante bien para combatir la ira, pero a menudo este sentimiento se convierte en una fuerte tristeza. ¿Qué significa eso?

Respuesta de Lama Ole:


Es una señal de que tienes fuertes purificaciones. Te metiste en esto con profundo interés y lleno de apertura. Caminaste el camino del Buda y has visto que hay sufrimiento, que el sufrimiento tiene causas, y que quizás haya un fin para el sufrimiento.

Estás muy interesado en llevar el sufrimiento a su fin. Y mientras más energía, apertura y confianza pongas en la práctica, también surgirán más desafíos. Se pueden dar incluso situaciones en las que uno pasa por todo tipo de cosas, y por lo tanto, no puede tener un contacto muy significativo con muchas personas. Por esta razón, tenemos retiros. Allí puedes arrojar todo sobre la mesa sin que nadie te critique constantemente. Puedes atravesar en silencio por muchos procesos internos. Lo mejor es hacer esto con el propio maestro o en un retiro grupal. Cuando la dificultad se va, entonces uno sale y puede ser sociable de nuevo.

Tienes cualidades y realmente has entendido que la mente no puede ser destruida. Todo lo difícil que sucede –que viene del interior– es una purificación. En esos casos, puedes estar seguro de tres cosas: no será demasiado, aprenderás algo de ello y siempre estarás deshaciéndote de algo.

Es importante que digas muchos mantras, muchos KARMAPA CHENNO y que te mantengas enfocado. También debes pensar en la vacuidad de las cosas: que todo surge, cambia y se disuelve; que las cosas no son tan reales como quieres que lo sean. Al ego también le gusta esconderse en el drama del proceso de purificación. Si meditas, los canales de energía se abrirán; pasarás por purificaciones, pero luego vuelve al trabajo. No te dejes absorber demasiado por el drama.

¿Podrías decir algo sobre aquellos propensos al deseo, la ira y la confusión?

Respuesta de Lama Ole:

La mayoría de las personas tienen un poco de todo: orgullo, celos, deseo, confusión e ira. Algunos ven algo y notan muchas cosas que les gustan, y tal vez algo que no les gusta. Estos son en su mayoría propensos al deseo. Otros ven de inmediato muchas cosas que no les gustan, y tal vez una cosa que les gusta. Así que son en su mayoría propensos a la ira. Y otras personas no tienen claro qué les gusta y qué no les gusta. Estos son los propensos a la confusión.

Algunos, por ejemplo, son propensos en un comienzo al deseo, porque tienen una necesidad física de amor. Luego, cuando el cuerpo está contento, la vieja ira puede aparecer y comenzar a encontrar muchas fallas en la pareja. De hecho, vemos esto a menudo: una hermosa luna de miel y después la gente se grita.

Yo mismo soy puramente propenso al deseo. Mi mente funciona de forma tal, que entiendo los errores de los demás como programas erróneos que se están descartando. Me olvido de casi todos los errores. Y cuando nos encontramos la siguiente vez, los saludo con alegría porque he olvidado los problemas del pasado. Pero si alguien ha hecho algo bueno, lo recuerdo muy bien, y me gusta preguntar sobre las experiencias.

Hay propensos a la ira que critican todo. Sin embargo, como saben exactamente lo que no les gusta, se aferran a esto menos de lo que lo harían otros. Así es como progresan rápidamente. Conozco a una mujer así que tuvo un progreso asombroso con su meditación. Los propensos a la ira tienen que aprender de situaciones en las que siempre se enojan o piensan que deben protegerse. Necesitan un marco protegido donde no sean atacados, y así puedan abandonar su actitud defensiva. Necesitan espacio a su alrededor para ver cómo son realmente las cosas y cuán hermoso es el mundo en su verdadera naturaleza. Entonces, descubren su riqueza y pueden dejar que toda su fuerza, amor y excedente jueguen libremente. La mayoría terminan con los nyingmapas; sus enseñanzas están dirigidas hacia eso.

A los propensos al deseo les gusta todo. En lugar de avanzar de una manera enfocada y lineal, se arrojan completamente hacia las cosas y progresan de esta manera. Tienen que aprender a reconocer la diferencia entre las cosas impermanentes y permanentes. La mayoría terminan siendo kagyus.

Los propensos a la confusión a menudo tiene que tomar el camino del pensamiento. Progresan paso a paso a través de una comprensión cada vez mejor y más clara, nivel por nivel. La mayoría terminan con los gelugpas.

Las diferentes escuelas funcionan más o menos de la siguiente manera. Para los nyingmapas, la visión desde arriba es lo más importante: al volar a través de un lago –por ejemplo, para obtener una visión general de éste– uno obtiene una comprensión del lago. Con los kagyupas, la experiencia directa es lo más importante: uno salta al lago y nada, sintiendo el agua en el cuerpo. Para los kagyupas todo está muy unido, como en una familia. Y para los gelugpas, el análisis y la comprensión son esenciales: el enfoque es llevar una muestra del agua del lago al laboratorio para ver qué hay dentro.

No podemos decir que un enfoque es bueno y otro malo. Una escuela es buena para algunos y otra escuela es buena para otros. Si uno sigue el camino correcto, alcanzará la meta. Y cuando uno se ha convertido en un buda, entonces desaparece la diferencia en cuanto a cuál camino uno tomó. Es solo una cuestión de cómo subir; cuando uno ha llegado, ya no hay diferencia.

¿Qué puedo hacer si constantemente tengo discusiones con mis padres porque siempre insisten en sus puntos de vista anticuados y no aceptan nada nuevo?

Respuesta de Lama Ole:

En algunos aspectos, llega un momento en que uno tiene que admitir que ellos están “listos para el museo”. En algunos temas no podrán cambiar y simplemente se quedarán con los puntos de vista y expresiones de su tiempo. En esos casos, sigue hablando con ellos de una manera que puedan entender y que los beneficie. Trata de mantener alejadas las cosas que no puedan entender en absoluto, porque para ellos ahora se trata de disfrutar de una vejez feliz. Puedes decirte a ti mismo: “De todos modos, no puedo hacerlos cambiar, así que solo seré amable”.

Por otro lado, hay situaciones en las que se nota una chispa de vida, y entonces uno puede tratar de decirles que deben cambiar algo ¡Que no son demasiado viejos para probar algo nuevo! Pero uno realmente no debería estar enojado, porque los padres son difíciles por ignorancia, no por maldad. Ellos desean para sus hijos solo lo mejor, pero apenas pueden entender su propia situación. Y si tú dependes de su apoyo, entonces realmente es muy difícil para ellos cuando discutes con ellos demasiado.

¿Es posible, de alguna manera, usar la impaciencia de forma significativa?

Respuesta de Lama Ole:

¡Sí, eso creo! Te daré un ejemplo de cómo manejo la impaciencia. La impaciencia siempre es agradable cuando se asemeja a conducir un automóvil con el tacómetro en la zona verde.

En la zona baja blanca, los pistones golpean demasiado fuerte –lo cual no es bueno; y en la zona roja, la película de aceite puede dañarse. Entonces se trata de permanecer en el medio, de dos mil a seis mil revoluciones por minuto.

El truco es tener siempre tantas cosas para hacer al mismo tiempo, que te mantienes dentro de estos límites. Por ejemplo, si la gente siempre pide mucho de ti, entonces estás totalmente presente con ellos. Si están un poco menos cerca, puedes hacer varias cosas prácticas. Y si están bien ocupados con ellos mismos, entonces quizás puedas estar allí y aún así escribir cartas para mantener tus conexiones con otros. Si te mantienes siempre en la zona verde, estás usando bien tu impaciencia y ésta se vuelve lo más útil posible para todos.

¿Cómo puede uno aprender a ser paciente?

Respuesta de Lama Ole:

Yo diría que la manera más fácil, es evitar situaciones en las que generalmente caes al agua. Si te sientes más fuerte después de pasar un tiempo evitando algo, podrás ver la situación con más humor; puedes reírte de ella y verla desde un nivel más allá de lo personal.

Además, si comienzas a mantener una distancia mayor, podrás “dejar que el ladrón entre a una casa vacía”. Esto simplemente significa no poner energía en una sensación de impaciencia o agitación. En cambio, observa cómo la sensación corre de aquí para allá e intenta provocarte, pero tú no haces nada. Entonces, puedes usar la energía de esas sensaciones para lavar los platos, limpiar el automóvil o cavar en el jardín.

Entonces, para empezar, evita las situaciones en las que te impacientas. Cuando seas más fuerte y tengas más distancia, te darás cuenta de que la situación es como un sueño y podrás observar los sentimientos sin reaccionar a ellos.

Pero la paciencia tiene que aprenderse, y no significa simplemente aguantar y reaccionar al momento siguiente. Uno podría sentarse allí como un gato, esperando durante horas a que pase un ratón, para finalmente abalanzarse sobre él. ¡Eso no es paciencia! Es importante crear espacio para uno mismo, para poder ver la situación desde la distancia. De esta manera, puede darse una transformación, si uno quiere trabajar en esto. Durante este proceso, uno puede madurar de forma que cada vez surjan más espacio y libertad. Uno desarrolla más opciones para manejar las dificultades y ya no experimenta bloqueos u obstáculos absolutos. 

Desde que decidí firmemente trabajar de manera consciente para deshacerme de mi ira, me encuentro cada vez con menos frecuencia en situaciones en las que me hubiese enfadado antes. ¿Es esto una coincidencia?

Respuesta de Lama Ole:

Definitivamente no. Un pilar muy importante de nuestro trabajo es la Promesa del Bodhisattva. Desde el momento en que tomas esta promesa, cuando trabajas contra tu ira, cada vez menos personas desagradables vendrán a ti. Esto te lo prometo.

Lo mismo sucede cuando dejas de matar mosquitos. Entonces vendrán cada vez menos mosquitos a picarte, porque tienen el karma para una vida corta –y si no los matas– tendrán que ir a otro lugar. Lo mismo sucede cuando dejas de estar enojado. Las personas enojadas irán entonces a otro lugar, porque no tienen una conexión contigo. No las verás más.

Hannah y yo tomamos la Promesa del Bodhisattva con Karmapa en una luna llena en septiembre de 1970. Antes de eso, siempre había peleas y grandes disputas. No sé a dónde han ido las personas enojadas; ya no tengo nada que ver con ellas. Solo conozco gente agradable en todas partes. A veces hay algunas personas que crean rumores, pero también hablan cada vez menos.

Es así: uno se mueve dentro de ciertos campos de poder o campos de energía. Si, por ejemplo, uno abandona un círculo de violencia, entonces ya no se encontrará con esas personas. Si la violencia –las emociones perturbadoras– son eliminadas dentro de uno mismo, entonces uno ya no tiene nada que ver con ellas.

Hannah y yo observamos esto durante los cinco años que estuvimos en los Himalayas. Por ejemplo, nunca vimos un animal siendo sacrificado. Y el sacrificio ocurre en todas las calles justo al lado de la carretera. Nunca hemos estado en un festival de sacrificio, donde montañas enteras son empapadas de sangre. Nunca he visto esto. Solo he visto a las cabras felices y luego unas cuantas chuletas de cabra.

Al tomar esta Promesa del Bodhisattva, una gran cantidad de asperezas, negatividad –y cosas que causan dolor y sufrimiento– desaparecerán de tu vida. Esto te lo puedo prometer.

Me he dado cuenta de que cuando logro evitar la ira en un encuentro personal, luego aparecen leves sentimientos de arrogancia. Esto tampoco es bueno, ¿verdad?

Respuesta de Lama Ole:

Si eso te ayuda a evitar la ira, entonces está bien tener un sentimiento de arrogancia o cualquier otro sentimiento sustituto. Puedes tenerlo hasta que te canses, luego también se irá.

Trata a la ira como un veneno: simplemente debes dividirla en componentes menos peligrosos, y luego descomponerla aún más. Al final, puedes esparcirla en el suelo como fertilizante.

Se permite casi cualquier medio para evitar la ira. También te recomiendo que pienses: “Solo tengo que pasar diez minutos con él, en cambio él tiene que estar consigo mismo las veinticuatro horas del día, siete días a la semana”. Esto también es un poco arrogante –porque te pones por encima de alguien más– pero si te mantiene alejado de un arrebato de ira, entonces también ha sido útil.

Al final, uno simplemente observa y piensa: “¿Por qué él hace eso?” Uno ya no tiene ira y no puede entender a dónde se fue.

Mi hermano es muy agresivo y se mete en peleas todo el tiempo. ¿Hay alguna manera en que pueda ayudarlo?

Respuesta de Lama Ole:

Si él está dispuesto a decir un mantra, entonces unos cuantos millones de repeticiones de OM MANI PEME HUNG, serían buenas. Eso remueve mucha agresividad.

Yo perdí el interés en las peleas durante mi primera visita a un sauna nudista. De repente, vi allí cuánta piel desnuda puede herirse, cuán vulnerables son realmente las personas. Cuando salí del sauna, pensé: “Ahora los protegeré; no los golpearé más; cambiaré el programa.” ¡Y eso fue muy bueno!

En mi caso, no siento que la ira venga de adentro, sino que es plantada en mí desde afuera. ¿Es eso posible?

Respuesta de Lama Ole:

¡Si no tienes ira en ti mismo, no sentirás ira afuera! Te lo prometo: es una cuestión de anillo y gancho. Si no hay un anillo para que tu ira se enganche, verás al supuesto oponente como un animal extraño en un zoológico dando volteretas. No puede surgir ningún sentimiento de ira, solo piensas: “Qué extraño, ¿por qué actúa de una manera tan rara?”

Al meditar y eliminar la ira en ti mismo, te conviertes en un pato: todo lo que se vierte sobre ti, fluye por todos lados y no te mojas. A esto es a lo que apuntamos.

Puedes cubrir todo el mundo exterior con cuero para caminar cómodamente. Esto sería agradable, pero también implicaría mucho trabajo. O en su lugar, meditas, que es como ponerte zapatos. Entonces tienes tu propia pequeña pieza de cuero sobre la cual caminar, y así tampoco sientes dolor.

¿Es posible pensar que estamos enojados con alguien por cierta razón, pero que la verdadera razón radique en un problema de una vida anterior?

Respuesta de Lama Ole:

Sí, es muy posible que en una vida anterior alguien te haya quitado a tu pareja o te haya matado. Este podría ser su karma.

De hecho, esta es una de las razones por las que es tan difícil detener las guerras. Muchos seres se matan entre sí y se reencuentran en otra vida –en todo tipo de países– solo para matarse entre sí, una y otra vez. El único antídoto es que las personas en un área se vuelvan tan positivas, que las personas con mal karma ya no nazcan en esos países.

Si abandonamos completamente la ira, ¿no seremos ignorados por los demás y simplemente dejarán de tomarnos en serio?

Respuesta de Lama Ole:

Si detenemos la confrontación entre “esto o lo otro” y “tú o yo”, si dejamos de esperar y de temer, no significa que de repente nos convertimos en vegetales amigables, sentados por ahí, mirando a nuestros ombligos y diciendo “OM” cada hora.

Cuando uno ha removido las emociones perturbadoras, se vuelve realmente efectivo. Más allá de lo que pensamos, lo que queremos, lo que imaginamos –más allá de este nivel– se encuentran el gozo total, el poder, el amor, la energía completa de nuestra mente. Todo está allí, y solo cuando las emociones perturbadoras se han ido, pueden expresarse por completo.

No permitimos que hagan cualquier cosa con nosotros. No nos volvemos pasivos ni nos sentamos como un asceta que permite todo sin interferir. Cuando las emociones perturbadoras se han ido, entonces intervenimos. Nos convertimos en un “elefante loco”, como dijo Milarepa; hacemos exactamente lo que es necesario, sin expectativas ni miedo. Reaccionamos como una espada y cortamos donde es necesario.

Cuando cambias tu manera de pensar de “esto o lo otro” a un suave “esto y aquello”, entonces puedes trabajar con las energías y llevarlas a donde quieras. En lugar de detener al tigre, atas un arado a su cola. Tú lo diriges y entonces él ara todo el terreno que querías sembrar.

Yo mismo veo todo lo desagradable como una purificación y todo lo agradable como una bendición. Veo lo que perjudica a los seres, lo que causa sus problemas. Y con una motivación más allá de lo personal, intervengo y dejo que las cosas sucedan como quiero. Esto nos sucede a todos, tan pronto como nuestras expectativas y temores desaparecen. De repente, tienes mucha más fuerza que antes. Eres más efectivo y certero en lo que haces. Si estás seguro de que haces lo correcto, sin ego, entonces eres mucho más fuerte y persistente. Pero no debes enojarte en el proceso.

En muchas artes marciales, se dice que debes tener cuidado con la ira de un hombre paciente, porque él sabe lo que está haciendo. No ha desperdiciado su energía en cinco minutos de drama. Trabaja de manera enfocada en lo que quiere. Siempre asegúrate de que todo lo que hagas emerja de una conciencia simple y buena, de lo contrario pierdes credibilidad. Te quedas allí como un tonto y nadie puede tomarte en serio.

La forma de cambiar podría describirse así:

Al principio, por ejemplo, podrías ir a votar pensando: “¿Dónde obtendré la mayor cantidad de dinero?” o “¿Cómo puedo evitar límites de velocidad adicionales?” En el siguiente nivel, podrías pensar: “¿Qué beneficia a todos? ¿Qué les brinda más y más libertad y les permite a todos prosperar?” En el tercer nivel, sabes que lo que haces es correcto y simplemente haces lo que está delante de tu nariz. No hay más dudas. Estás más allá de lo personal; haces lo que es más útil.

Con una actitud budista, uno nunca se vuelve un “debilucho”. Sin embargo, ya interpretamos esto un poco de manera errónea. Los países budistas son generalmente fáciles de invadir y destruir. Cuando los atacan, no se defienden lo suficientemente bien. Esto aplica para los países gobernados en su mayoría por monjes. Cuando había más personas prácticas –laicos y yoguis– podían defenderse mejor.

Si uno piensa: “Todos tienen la naturaleza búdica; ellos son buenos y no necesitamos protegernos”, entonces el vecino –que podría haber sido solo un pequeño villano– se convierte en un gran villano, porque se le dio la oportunidad, ya que nadie le mostró sus límites para que aprendiera a comportarse bien.

¡Debemos ser fuertes y capaces de protegernos!

Aunque intento trabajar con mis emociones perturbadoras, algunas personas todavía me vuelven agresivo. ¿Qué debo hacer?

Respuesta de Lama Ole:

Sigue intentándolo hasta que la gente ya no te vuelva agresivo. Si tienes presente que a todas las personas –incluso a las que te hacen enojar– les espera la enfermedad, la vejez y la muerte, tu enojo se convertirá en compasión.

Mira a tu antagonista de esta manera: él nació, eso dolió, lloró, era tan pequeño y desprotegido. Durante su vida tuvo muchos deseos; algunos se cumplieron, otros no. Ahora mismo quiere muchas cosas que no puede conseguir. Quiere evitar muchas cosas que no puede evitar. Tal vez quiera evitarte, pero tú estás ahí de todos modos. Y constantemente tiene que cuidar de todo lo que posee.

Si has observado esto con detenimiento, te darás cuenta de que él está mal y tiene dificultades. Puedes desarrollar compasión y ver que este pobre tipo necesita tu ayuda, en lugar de una discusión. Entonces, puedes apartarte y dejar que golpee la pared. O lo detienes de una manera que sea desagradable para él. Pero cuando reacciones de esta manera, ¡nunca debe ser desde de la ira! Hay que tener en cuenta que si él desarrolla el hábito de comportarse mal, será muy difícil que vuelva a cambiar. Así que detenlo ahora.

Puedes manejar a las personas como quieras –impresionarlas, ser encantador y demás– siempre y cuando desees liberarlas. ¡Obsérvate! Con compasión y el deseo de ser útil para otros, puedes usar tu encanto. Y si estás libre de ira, puedes ser duro con los demás para ayudarlos.

Primero, mantén siempre la visión budista liberadora. Luego, cuando comiences a ver más claramente cómo viven las personas –qué desean y cuántas dificultades tienen en realidad– la aversión disminuirá constantemente y aumentarán tus deseos por su felicidad.